Referencias Bíblicas
• Matthew 2:13-18
• Obispo Barron
Amigos, el Evangelio de hoy cuenta la historia de la masacre de los niños inocentes por parte de Herodes, que nos recuerda, por supuesto, el asesinato de los hijos varones hebreos por parte del Faraón al momento del nacimiento de Moisés.
John Courtney Murray ha comentado que un motivo principal de los Evangelios es una creciente agon (lucha) que caracteriza la vida de Jesús. Desde el principio Jesús encuentra oposición. Herodes tiembla de miedo por su nacimiento y luego intenta de la manera más brutal posible acabar con Él, obligando el exilio de su familia. Y desde el inicio de su ministerio público despierta una feroz oposición, tanto de los poderes cósmicos como de los representantes de la clase dirigente religiosa. A medida que la narrativa progresa, la guerra solo se vuelve más intensa, la violencia verbal da paso a amenazas de daño físico y finalmente a la violencia institucional que culmina con la crucifixión.
El significado teológico de esta lucha queda claro en el discurso de Pedro a las multitudes reunidas en los recintos del Templo después de Pentecostés: “Rechazaste al Santo y al Justo . . . y mataste al Autor de la vida, a quien Dios resucitó de entre los muertos”. La oposición a Jesús es un juicio divino sobre la disfunción del mundo.
Los Santos Inocentes
Fiesta Litúrgica 28 de diciembre
Por: Redacción
Fuente: Archidiócesis de Madrid
Mártires
Martirologio Romano: Fiesta de los Santos Inocentes, mártires, niños que fueron ejecutados en Belén de Judea por el impío rey Herodes, para que pereciera con ellos el niño Jesús, a quien habían adorado los Magos. Fueron honrados como mártires desde los primeros siglos de la Iglesia, primicia de todos los que habían de derramar su sangre por Dios y el Cordero.
Breve Reseña
La consulta bien intencionada de aquellos Magos que llegaron de Oriente al rey fue el detonante del espectáculo dantesco que organizó la crueldad aberrante de Herodes a raíz del nacimiento de Jesús.
Habían perdido el brillo celeste que les guiaba, llegó la desorientación, no sabían por donde andaban, temieron no llegar a la meta del arduo viaje emprendido tiempo atrás y decidieron quemar el último cartucho antes de dar la vuelta a su patria entre el ridículo y el fracaso.
Al rey le produjo extrañeza la visita y terror la ansiosa pregunta sobre el lugar del nacimiento del Mesías; rápidamente ha hecho sus cálculos y llegado a la conclusión de que está en peligro su status porque lo que las profecías antiguas presentaban en futuro parece que ya es presente realidad. Se armó un buen revuelo en palacio, convocaron a reunión a los más sabios con la esperanza de que se pronunciaran y dieran dictamen sobre el escondrijo del niño «libertador». El plan será utilizar a los visitantes extranjeros como señuelo para encontrarle. Menos mal que volvieron a su tierra por otro camino, después que adoraron al Salvador. Impaciente contó Herodes los días; se irritó consigo mismo por su estupidez; los emisarios que repartió por el país no dan noticia de aquellos personajes que parecen esfumados, y se confirma su ausencia. Vienen los cálculos del tiempo, y contando con un margen de seguridad, le salen dos años con el redondeo.
Los niños que no sobrepasen dos años en toda la comarca morirán. Hay que durar en el poder. El baño de sangre es un simple asunto administrativo, aunque cuando pase un tiempo falten hombres para la siembra, sean escasos los brazos para segar y no haya novios para las muchachas casaderas; hoy sólo será un dolor pasajero para las familias sin nombre, sin fuerza, sin armas y sin voz. Unas víctimas ya habían iniciado sus correteos, y balbuceaban las primeras palabras; otras colgaban todavía del pecho de sus madres. Pero para Herodes era el precio de su tranquilidad.
Son los Santos Inocentes. Están creciendo para Dios en su madurez eterna. Ni siquiera tuvieron tiempo de ser tentados para exhibir méritos, pero no tocan a menos. Están agarrados a la mano que abre la gloria. Aplicados los méritos de Cristo sin que fuera preciso crecer para pedir el bautismo de sangre, como tantos laudablemente hoy son bautizados en la fe de la Iglesia con agua sin cubrir expediente personal. El Bautismo es gracia.
Entraron en el ámbito de Cristo inconscientes, sin saberlo ni pretenderlo; como cada vez que por odio a Dios, a la fe, hay revueltas, matanzas y guerras; en esas circunstancias surgen mártires involuntarios, que aún sin saberlo, mueren revestidos y purificados por la sangre de Cristo, haciéndose compañeros suyos en el martirio; y no se les negará el premio sólo porque ellos mismo, uno a uno, no pudieran pedirlo. En este caso es el sagrado azar providente de caer por causa de Cristo, porque la mejor gloria que el hombre puede dar a Dios es muriendo.
Ya el mismo Jeremías dejó dicho y escrito que «de la boca de los que no saben hablar sacaste alabanza».
Hoy los mayores también hacen bromas en recuerdo del modo de ser juguetón y alegre de aquellos bebés que no tuvieron tiempo de hacerlas; es buena ocasión de hacer agradable la vida a los demás, con admiración y sorpresa, en desagravio del mal que provocó el egoísmo de aquel que tanto se fijó en lo suyo que aplastó a los demás.
Un llanto que no quieren escuchar
Santo Evangelio según San Mateo 2, 13-18.
Santos Inocentes.
Por: Jorge Alberto Leaños García, LC
Fuente: somosrc.mx
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Vengo ante ti para hablar con un amigo, con un hermano. Quiero tener un auténtico encuentro al grado de olvidarme de mí y servirte solo a ti.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según Mateo 2, 13-18
Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». José se levantó y esa misma noche tomó al niño y a su madre y partió a Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: De Egipto llamé a mi hijo. Herodes se dio cuenta de que los magos lo habían engañado, se puso furioso y mandó matar, en Belén y sus alrededores, a todos los niños menores de dos años, conforme a la fecha que los magos le habían indicado. Así se cumplieron las palabras del profeta Jeremías: En Ramá se ha escuchado un grito, se oyen llantos y lamentos: es Raquel que llora por sus hijos y no quieren que la consuelen, porque ya están muertos.
Palabra del Señor
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Es extraño ver, entre la alegría de la navidad, el egoísmo y la ira de un hombre cegado por la maldad. Los santos inocentes aparecen, en medio de este ambiente de gozo, para no olvidar el dolor de los hombres cuyos llantos no han sido escuchados.
Podemos formarnos, entre regalos y adornos, entre amistades y comidas, una esfera o una burbuja en donde nos aislamos de todo sufrimiento ajeno. Se trata de un dolor silencioso que puede estar a nuestro lado. ¿Quién hace caso de este sufrimiento en medio de la navidad?
Dios da el ejemplo. Nos acompaña como la luz entre las tinieblas. Por eso se ha encarnado. Se ha puesto a lado de los que sufren y se desesperan, trayendo la esperanza a los que, a lo largo de toda la historia, han llevado el nombre de inocentes.
Aunque no sepamos quién es el inocente que sufre en silencio podemos acompañarlo ¿Cómo hacerlo? Intercedamos ante Dios por los que llevan el nombre de inocentes para que puedan ser Santos inocentes.
«¿Dónde está Dios cuando las personas inocentes mueren a causa de la violencia, el terrorismo, las guerras? ¿Dónde está Dios, cuando enfermedades terribles rompen los lazos de la vida y el afecto? ¿O cuando los niños son explotados, humillados, y también sufren graves patologías? ¿Dónde está Dios, ante la inquietud de los que dudan y de los que tienen el alma afligida? Hay preguntas para las cuales no hay respuesta humana. Sólo podemos mirar a Jesús, y preguntarle a él. Y la respuesta de Jesús es esta: «Dios está en ellos», Jesús está en ellos, sufre en ellos, profundamente identificado con cada uno. Él está tan unido a ellos, que forma casi como «un solo cuerpo». Jesús mismo eligió identificarse con estos hermanos y hermanas que sufren por el dolor y la angustia, aceptando recorrer la vía dolorosa que lleva al calvario». (Homilía de S.S. Francisco, 29 de julio de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Haré un esfuerzo sincero para ayudar a algún inocente.
Despedida
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
¿Por qué participar del Jubileo en mi propia diócesis?
El Jubileo es una gran celebración para toda la Iglesia Católica; y aunque se invita a los católicos a peregrinar a Roma, también es posible peregrinar en la propia ciudad de origen
El Jubileo es una oportunidad para reavivar la esperanza; un tiempo especial para la reconciliación y la conversión.
Durante este periodo, se llama a los católicos a peregrinar a Roma; sin embargo, para quienes no pueden hacerlo, también se establecen iglesias jubilares en cada diócesis.
El Papa Francisco estableció que el domingo 29 de diciembre de 2024, los obispos diocesanos celebren la Eucaristía como apertura solemne del Año jubilar en todas las catedrales y concatedrales; abriendo así la posibilidad de participar a todos los fieles en sus Iglesias particulares, llamadas «iglesias jubilares».
En la Bula de convocación, el Pontífice reconoce que estas iglesias «podrán ser oasis de espiritualidad en los cuales revitalizar el camino de la fe y beber de los manantiales de la esperanza, sobre todo acercándose al sacramento de la Reconciliación, punto de partida insustituible para un verdadero camino de conversión».
¿Por qué participar del Jubileo desde mi ciudad?
Participar activamente del Año Santo, así sea desde Roma o la propia diócesis, permite que el fiel obtenga las bendiciones que trae consigo el vivir un momento de encuentro personal con el Jesús, «puerta» de salvación (cf. Jn 10, 9):
1 Indulgencia plenaria
A cumplir con las disposiciones, se podrá obtener la indulgencia plenaria, que es la remisión de la pena temporal de nuestros pecados. Ésta, dice el Papa «permite descubrir cuán ilimitada es la misericordia de Dios».
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2 Ser parte de una misma Iglesia
Unirse a esta celebración nos permite ser parte activa de nuestra comunidad diocesana, que a la vez, es parte de una misma Iglesia universal.
3 Entrar en el camino de la conversión
La peregrinación, el acercamiento a los sacramentos -en especial el de la Reconciliación, que es el «punto de partida insustituible para un verdadero camino de conversión»- y la meditación y profundización en los misterios de nuestra fe nos permitirá renovar la esperanza y contagiarla, con nuestra propia vida, a cuantos la desean.
Renovar la esperanza y contagiarla a los demás
El Santo Padre desea que participar de este Jubileo nos ayude a dar un testimonio que «pueda ser en el mundo levadura de genuina esperanza, anuncio de cielos nuevos y tierra nueva (cf. 2 P 3,13), donde habite la justicia y la concordia entre los pueblos, orientados hacia el cumplimiento de la promesa del Señor».
Para conocer cuales son las iglesias jubilares de tu diócesis y en qué horarios y celebraciones puedes participar te invitamos a ponerte en contacto con tu diócesis o pedir más información directamente en tu parroquia.
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