Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
Hija mía, quiero instruirte sobre la lucha espiritual, nunca confíes en ti misma, sino que abandónate totalmente a mi voluntad, en el abandono, en las tinieblas y en diferentes dudas recurre a mí, y a tu director espiritual», él te responderá siempre en mi nombre, no te pongas a discutir con ninguna tentación, enciérrate inmediatamente en mi corazón y la primera oportunidad revélala al confesor.
Reflexión: Lucha espiritual
Todo esto le va diciendo Jesús a Santa Faustina pon el amor propio en el último lugar, para que no contamine tus acciones, sopórtate a ti misma con gran paciencia, no descuides las mortificaciones interiores, justifica siempre dentro de ti la opinión de las superioras y del confesor, aléjate de los murmuradores como de una peste que todo se comporten como quiera, tu compórtate como yo exijo de ti, observa la regla con máxima fidelidad, después de sufrir un disgusto piensa que como cosa buena podrías hacer para la persona que te ha hecho sufrir, evita la disipación, calla cuando te amonestan, no preguntes la opinión de todos sino de tu director espiritual, con él se sincera y sencilla como una niña.
Hermanos que importante esta enseñanza que nos está dando el Señor a Santa Faustina en el combate espiritual, por eso dice las escrituras desde los días de Juan hasta ahora, el reino de los cielos padece violencia y quienes se esfuerzan la conquistan, es necesario luchar hasta el final de nuestros días para seguir al señor y recuerda hermano que mientras estemos en este mundo, la vida del cristiano es una constante lucha espiritual contra las fuerzas del mal, es una lucha constante entre el amor a Cristo o dejarse llevar por la tibieza, las pasiones que mata todo amor hacia el amor de los amores.
Padre eterno yo te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de tu amado hijo nuestro señor Jesucristo como propiciación de nuestros pecados y del mundo entero, y por su gloriosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Oh sangre y agua que brotaste del corazón del Jesús como fuente de misericordia de nosotros, en ti confío.
Desearte un lindo día, que el señor de la misericordia te de esa fuerza y las gracias necesarias para este combate espiritual a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce