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• Matthew 5:33-37

Bishop Robert Barron

 

Amigos, en el Evangelio de hoy el Señor nos enseña sobre juramentos y votos.

Aunque Jesús prohibió prestar juramento, la tradición de la Iglesia ha permitido que los juramentos “se hagan por motivos serios y justos”, por ejemplo, en los tribunales.

Pero la Iglesia ha empleado tradicionalmente votos para mantener los compromisos de los sacerdotes y religiosos para que, como lo expresa el Catecismo, “se conformen más plenamente a un Cristo obediente”.

Por ejemplo, los votos han sostenido la santidad de muchas religiosas que se han convertido en santas, incluida Santa Catalina Drexel, una filántropa que nos ha mostrado cómo es la justicia cuando está invadida por el amor; Teresa de Lisieux, doctora de la Iglesia cuyo “pequeño camino” demuestra una prudencia radicalizada por Cristo; Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), filósofa y mártir que es un ícono del coraje evangélico; y Santa Teresa de Calcuta, una misionera de la caridad que encarna el poder de la pobreza y el ascetismo cuando se ponen al servicio de Jesús.

 

 

Amós, Santo

Profeta del A.T., 15 de Junio
Por: P. Ángel Amo |
Fuente: Catholic.net

Martirologio Romano: Conmemoración de san Amós, profeta, que siendo pastor de Tecoa y cuidador de sicómoros, fue enviado por Dios a los hijos de Israel para defender su justicia y santidad contra sus prevaricaciones (s. X a.C.).

Etimológicamente: Amós = Aquel que es fuerte, es de origen hebreo.

Breve Biografía


Amós es el primer profeta escritor y sus vaticinios, que constituyen para nosotros el primer documento del profetismo, son también una preciosa fuente de noticias sobre su vida y sobre las costumbres de su pueblo, siete siglos y medio antes de Cristo. Predicó entre el 762 y el 750 a.C., después de una precisa vocación divina que lo sacó de su pueblo, Téqoa, cerca de Belén, y de su oficio de criador de rebaños y cortador de sicómoros.


Jeroboam II, aprovechando el desinterés de Egipto y de Asia, había ampliado los límites de Israel; pero las fáciles victorias habían suscitado una situación social desordenada: había pocos ricos, ávidos de riqueza, y muchos pobres, marginados y explotados inhumanamente por los comerciantes, magistrados y funcionarios deshonestos; además, el ocio, la pereza y el deseo de placeres habían frenado el antiguo impulso religioso del pueblo de Dios. El sentimiento religioso de la antigua Alianza había sido reemplazado por la exaltación presuntuosa del hombre y por su poder.

 

Contra esta mentalidad laica y el cumplimiento puramente formal de la Ley, Amós levanta su voz para anunciar el inminente castigo de Dios, que destruirá a Israel, castigará a los ricos y hará desaparecer ese vacío culto idólatra de la riqueza: “Porque oprimís al pobre y le imponéis tributo del grano; casas de piedras labradas habéis construido, pero no las habitaréis; habéis plantado viñas deliciosas, pero no beberéis su vino. Porque sé que son numerosos vuestros crímenes y que son grandes vuestros pecados… Buscad el bien y no el mal, a fin de que viváis y así el Señor Dios estará con vosotros como decís… Odiad el mal y amad el bien, restableced el juicio en la puerta, y quizá Yahvé se apiade del resto de Jesé”.

El peor mal está en la presunción de haber cumplido los propios deberes religiosos con el ofrecimiento de sacrificios pingües y generosos, es decir, con un culto exterior que oculta una vida desordenada moral y socialmente. La justicia divina lanza por boca del profeta el último llamamiento antes del desastre.

Amós propone elegir entre una vida con Dios y una vida sin Dios. Pero esta prueba extrema será también un llamamiento providencial a vivir la alianza hecha con su pueblo, “elegido entre todas las familias de la tierra”, esa alianza que llegará a su perfección en el eterno reino del Mesías. Terminada su misión profética, Amós regresó a su pueblo, en donde, según una tradición que cuenta Epifanio y que se encuentra en el Martirologio Romano fue muerto con un golpe en la cabeza por el hijo del sacerdote Amasías, para hacer callar esa voz incómoda, particularmente severa contra la hipocresía de los sacerdotes.

Este día también se festeja a San Renato

 

 

Todo lo que se dice de más, procede del Maligno

Santo Evangelio según san Mateo Mt 5, 33-37.

 

Sábado de la X semana del Tiempo ordinario.
Por: Staff | Fuente: Vatican News

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo Mt 5, 33-37.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso y le cumplirás al Señor lo que le hayas prometido con juramento. Pero yo les digo: No juren de ninguna manera, ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es donde él pone los pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del gran Rey.

Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer blanco o negro uno solo de tus cabellos. Digan simplemente sí, cuando es sí; y no, cuando es no. Lo que se diga de más, viene del maligno’’.
 
Comentario del Santo Padre:
 
«“Sí, sí”, “No, no”; Todo lo que se dice de más, procede del Maligno.» (Mt 5,37). Las medias verdades, los discursos sutiles que buscan engañar al prójimo, las reticencias que ocultan las verdaderas intenciones, no son actitudes acordes con la justicia. La persona justa es recta, sencilla y directa, no usa máscaras, se presenta tal como es, dice la verdad. En sus labios se encuentra a menudo la palabra «gracias»: sabe que, por más que nos esforcemos para ser generosos, estamos siempre en deuda con nuestro prójimo. Si amamos es también porque hemos sido amados primero. En la tradición se pueden encontrar innumerables descripciones de la persona justa. Veamos algunas de ellas. La persona justa venera las leyes y las respeta, sabiendo que son una barrera que protege a los indefensos de la arrogancia de los poderosos.

 

 

La persona justa no sólo se preocupa por su bienestar individual, sino que quiere el bien de toda la sociedad. Por eso, no cede a la tentación de pensar sólo en sí mismo y de ocuparse de sus propios asuntos, por legítimos que sean, como si fueran lo único que existe en el mundo. (…) El justo mantiene la palabra dada, devuelve lo que ha recibido prestado, reconoce un salario justo a los trabajadores: la persona que no reconoce el justo salario a los trabajadores no es justa, es injusta. Nadie sabe si en nuestro mundo las personas justas son numerosas o escasas como perlas preciosas. Sin embargo, son personas que atraen gracia y bendiciones tanto sobre sí mismas como sobre el mundo en el que viven. Los justos no son moralistas que se erigen en censores, sino personas rectas que «tienen hambre y sed de justicia» (Mt 5,6) (Audiencia General, 3 de abril de 2024)

 

 

El Papa a los comediantes: “Vosotros también hacéis sonreír a Dios”

 

 

El Papa Francisco se reunió con más de cien comediantes en el Vaticano, entre ellos los mexicanos Chumel Torres y Florinda Meza

«Cuando conseguís arrancar sonrisas inteligentes aunque sea a un solo espectador, también hacéis sonreír a Dios», dijo el Papa Francisco durante una audiencia con 107 comediantes en el Vaticano. Les dijo que «es posible» reírse de Dios, pero «sin herir los sentimientos religiosos de los creyentes, especialmente de los pobres».

Más de un centenar de cómicos de 15 países habían acudido a reunirse con el Papa. Entre ellos estrellas internacionales como los cómicos estadounidenses Chris Rock y Whoopi Goldberg y los presentadores Stephen Colbert y Jimmy Fallon. De México, acudieron Chumel Torres y Florinda Meza; de España, Cristina Castaño, Belén Cuesta Llamas, Sara Escudero Rodríguez y Victoria Martin.

 

El Pontífice, de tan buen humor que incluso hizo una mueca para animar al público, dijo que sus invitados estaban entre las personalidades «más queridas, solicitadas y aplaudidas». Un éxito que explicó por la naturaleza de su arte: «tenéis y cultiváis el don de hacer reír».

El Papa describió este talento como particularmente precioso «en medio de tantas noticias sombrías, inmersos como estamos en tantas urgencias sociales e incluso personales». «Es más fácil hacer lo trágico que lo cómico», dijo espontáneamente, antes de insistir en la centralidad de la risa en la vida humana y describir el humor como «el mejor antídoto contra el egoísmo y el individualismo».

La risa que no ofende

El Pontífice confesó que lleva «cuarenta años» recitando la célebre oración de Santo Tomás Moro «Dame, Señor, sentido del humor». «Es una gracia que pido todos los días», insistió, instando a los humoristas a aprender esta oración.

A continuación, el Papa Francisco alabó el humor que «no ofende, no humilla y no reduce a las personas a sus defectos», especialmente en un momento en el que la comunicación genera tensiones. Lo mismo ocurre con el humor sobre Dios y la religión, insistió, afirmando que es «posible» reírse de ellos, pero solo «sin herir los sentimientos religiosos de los creyentes, especialmente de los pobres».

 

 

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Manu Payet: «híper impresionado»

A la salida de la audiencia, Manu Payet declaró a I.MEDIA y a varios periodistas presentes que estaba «muy impresionado» tras la audiencia, a la que asistió acompañado de su madre. El actor, que dice ser «de fe católica», destacó la «modernidad de este Papa» y dijo que se había quedado «muy impresionado» al saludarle.

Chris Rock y Whoopi Goldberg exclamaron «Increíble», justo por delante de Stephen Colbert, que explicó que no había entendido las improvisaciones del Pontífice en italiano. El presentador estrella se declaró muy honrado por haber sido elegido para grabar la versión audio en inglés de la última biografía del Papa Francisco. También dijo que era su sueño entrevistar al Papa Francisco sobre su relación con la cocina, afirmando que estaba seguro de que el Pontífice hacía muy buenos «tortellini».