Mark 12:18-27

Amigos, en el Evangelio de hoy, Jesús está debatiendo con los materialistas de su tiempo: los saduceos, aquellos que negaban la resurrección. Ellos le presentaron un caso casi cómico de siete hermanos que murieron sin dejar descendientes para la viuda. Le preguntan entonces: “Cuando resuciten los muertos, ¿de quién será esposa, ya que los siete la tuvieron por mujer?” Jesús hace a un lado esta pequeña y fácil casuística.

El cuerpo es un medio de comunicación. La comunicación personal más intensa posible es la que ocurre entre dos personas casadas: intimidad sexual, psicológica y personal. Dadas las limitaciones y restricciones de nuestros cuerpos aquí abajo, este tipo de intimidad sólo es posible con otra persona.

El estado celestial también involucra un cuerpo, pero un cuerpo transformado, transfigurado y elevado, lo que Pablo llamó cuerpo espiritual. Sigue siendo un medio de comunicación, pero ahora es tan intenso y espiritualizado que puede mediar una comunión íntima con todos los que aman al Señor. No somos cuerpos disminuidos en el Cielo; somos super corporales. Nos comunicamos de manera más extensa e íntima, y con todos. Por lo tanto, en el cielo, no se nos da a una sola persona en matrimonio, sino a todos. Todo esto se hace evidente en la Resurrección de Jesús de entre los muertos.

Bonifacio, Santo

Memoria Litúrgica, 5 de junio

Por: P. Ángel Amo | Fuente: Catholic.net

Obispo y Mártir

Martirologio Romano: Memoria de san Bonifacio, obispo y mártir. Monje en Inglaterra con el nombre de Wifrido por el bautismo, al llegar a Roma el papa san Gregorio II lo ordenó obispo y cambió su nombre de pila por el de Bonifacio, enviándolo después a Germania para anunciar la fe de Cristo a aquellos pueblos, donde logró ganar para la religión cristiana a mucha gente. Rigió la sede de Maguncia (Mainz) y, hacia el final de su vida, al visitar a los frisios en Dokkum, consumó su martirio al ser asesinado por unos paganos. ( 754)

También se lo conoce como: Bonifacio de Maguncia, Bonifacio de Crediton

Breve Biografía

La obra misionera de San Bonifacio no habría sido posible sin la organización política y social europea de Carlomagno. Bonifacio o Winfrid parece que perteneció a una noble familia inglesa de Crediton del condado de Devonshire, en donde nació en el año 673 (o 680). Fue monje en la abadía de Exeter, y después se dedicó a la evangelización de los pueblos germánicos, más allá del Rin. Quiso ir a Frisia, pero no le fue posible por la hostilidad entre el duque alemán Radbod y Carlos Martelo.

Entonces Winfrid fue a Roma en peregrinación para orar sobre las tumbas de los mártires y recibir la bendición del Papa. San Gregorio. II apoyó el compromiso misionero, y Winfrid regresó a Alemania. Se detuvo en Turingia, luego pasó a Frisia, recientemente sometida por los francos, y allí logró las primeras conversiones.

Durante tres años recorrió gran parte del territorio germánico. Los Sajones correspondieron con entusiasmo a su predicación. El Papa lo llamó a Roma, lo consagró obispo y le dio el nuevo nombre de Bonifacio. Durante el viaje de regreso a Alemania, en un bosque de Hessen, hizo derribar un gigantesco roble al que los pueblos paganos le atribuían poderes mágicos, porque decían que era sede de un dios. Ese gesto fue considerado como un desafío a la divinidad y los paganos corrieron para presenciar la venganza del dios ofendido. Bonifacio aprovechó la ocasión para transmitirles el mensaje evangélico. A los pies del roble derribado hizo construir la primera iglesia, que dedicó a San Pedro.

Antes de organizar la Iglesia a orillas del Rin, pensó en la fundación, entre las regiones de Hessen y Turingia, de una abadía, que fuera el centro propulsor de la espiritualidad y de la cultura religiosa de Alemania. Así nació la célebre abadía de Fulda, comparable con la de los benedictinos de Montecassino por la actividad y el prestigio. Eligió a Maguncia como sede arzobispal, pero expresó el deseo de ser enterrado en Fulda.

Ya anciano, pero todavía infatigable, regresó a Frisia. Lo acompañaban unos cincuenta monjes. El 5 de junio había citado cerca de Dokkum a un grupo de catecúmenos. Era el día de Pentecostés; estaban comenzando la celebración de la Misa cuando un grupo de Frisones armadas con espadas asaltaron a los misioneros. Bonifacio les dijo a los compañeros: “No teman. Todas las armas de este mundo no pueden matar nuestra alma”. Cuando la espada de un infiel cayó sobre su cabeza, él trató de cubrirse con el misal, pero el enemigo derribó el libro y le cortó la cabeza al mártir.

La lógica de Dios

Santo Evangelio según San Marcos 12, 18-27. Miércoles IX de Tiempo Ordinario.

Por: Adrián Olvera, LC | Fuente: somosrc.mx

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Creo, Señor, y Tú lo sabes, sin embargo, aumenta mi fe.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 12, 18-27

En aquel tiempo, fueron a ver a Jesús algunos de los saduceos, los cuales afirman que los muertos no resucitan, y le dijeron: «Maestro, Moisés nos dejó escrito que si un hombre muere dejando a su viuda sin hijos, que la tome por mujer el hermano del que murió para darle descendencia a su hermano. Había una vez siete hermanos, el primero de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo se casó con la viuda y murió también, sin dejar hijos; lo mismo el tercero. Los siete se casaron con ella y ninguno de ellos dejó descendencia. Por último, después de todos, murió también la mujer. El día de la resurrección, cuando resuciten de entre los muertos, ¿de cuál de los siete será mujer? Porque fue mujer de los siete». Jesús les contestó: «Están en un error, porque no entienden las Escrituras ni el poder de Dios. Pues cuando resuciten de entre los muertos, ni los hombres tendrán mujer ni las mujeres marido, sino que serán como los ángeles del cielo. Y en cuanto al hecho de que los muertos resucitan, ¿acaso no han leído en el libro de Moisés aquel pasaje de la zarza, en que Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Están, pues, muy equivocados».

Palabra del Señor

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Definitivamente la lógica de Dios no es la lógica de los hombres. Muchas veces no es que nuestra lógica sea una lógica equivocada sino que nos cuesta aceptar que es una lógica limitada. He ahí nuestra equivocación.

A veces podemos intentar meter a Dios en una especie de fórmula en donde podamos tener seguro el resultado de la operación. O en otras palabras, a veces intentamos tener el control de nuestra vida, que nada se nos escape…, A + B = C, y basta.

Se nos puede olvidar que la vida va más allá de razonamientos lógicos…, de un aspecto simplemente natural; es necesario dar el paso a lo sobrenatural.

Sólo de esta manera es cómo podemos entender el poder de Dios; solamente de esta manera es cómo podemos ir conociendo la voz de Dios. Si nos quedamos simplemente en un plano meramente «humano», tratando de meter a Dios en una ecuación, nos daremos cuenta que el resultado no concuerda, pues no estamos hechos simplemente para caminar en las calles de lo finito sino también para emprender el vuelo hacia la eternidad.

Nuestra equivocación está en quedarse hasta donde pensamos que podemos llegar y no llegar hasta donde Dios nos quiere llevar. La primera es la lógica de los hombres, la segunda es la lógica de Dios.

«No depositar nuestra confianza en los bienes efímeros, a usar las cosas sin apego y egoísmo sino según la lógica de Dios, la lógica de la atención a los demás, la lógica del amor. Nosotros podemos estar muy pegados al dinero, tener muchas cosas, pero al final no las podemos llevar con nosotros. Recordad que «el sudario no tiene bolsillos»».

(Homilía de S.S. Francisco, 7 de agosto de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hacer un acto de fe poniendo en las manos de Dios alguna situación que vaya más allá de lo que puedo hacer y de mi comprensión.

Despedida

Siguiendo el ejemplo de Jesús como maestro, puedes dedicar tiempo a compartir y reflexionar sobre las enseñanzas de la fe con tu familia, fomentando un ambiente donde todos puedan crecer espiritualmente juntos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.