Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

+ La infinita bondad de Dios al enviarnos
Su Hijo Unigénito

Oh Dios, que no has exterminado al hombre después de la caída, sino que en Tu misericordia lo has perdonado como Dios, es decir, no sólo le has perdonado la culpa, sino que le has colmado de toda gracia.  La misericordia Te ha empujado a dignarte descender hacia nosotros y levantarnos de nuestra miseria.  Dios descenderá a la tierra, el Señor de los señores, el Inmortal se humillará.  Pero ¿dónde descenderás, Señor?  ¿Al templo de Salomón o haces construir un santuario nuevo al que piensas descender? 

Reflexión: Hijo unigénito

La infinita bondad de Dios al enviarnos a su hijo unigénito. Oh Dios que no has exterminado el hombre después de la caída sino que en tu misericordia lo has perdonado como Dios, es decir, no solo le has perdonado la culpa, sino que le has colmado de toda gracia, la misericordia te ha empujado a dignarte descender hacia nosotros y levantarnos de nuestra miseria. Dios descenderá a la tibieza, el señor de los señores, el inmortal se humillará ¿Pero, dónde descenderás, Señor? Al templo de Salomón, ¿o haces construir un santuario nuevo al que piensas descender? Tú eres mi hijo. Yo te he engendrado hoy. El adverbio hoy habla de la eternidad, el hoy de la santísima e inefable trinidad. Durante su vida pública Jesús anunció muchas veces la fraternidad en relación a los hombres. Para Jesús, Dios no es solamente el padre de Israel, el padre de los hombres sino es el padre mío. Mi padre es el padre de Jesucristo. Aquel que es el origen de su ser. Es la misión mesiánica de su enseñanza. Pedro confiesa, tú eres el mesías, hijo de Dios, vivo. Jesús le responde: Bienaventurado tú porque no es la carne ni la sangre quien esto te ha revelado sino mi padre, porque solo el padre conoce al hijo lo mismo que solo el hijo conoce al padre. Solo el hijo da a conocer al padre, el hijo, visible hace ver al padre invisible. El que me ha visto a mí, ha visto al padre. El hijo nacido en Belén, es el hijo de Dios. Unigénito coexistencial al padre eterno en su propia naturaleza divina y la naturaleza humana, asumida en el seno virginal de María y habitó entre nosotros, se hizo hombre pero no por eso dejó de ser Dios. Jesucristo es perfecto hombre y Dios perfecto.

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te libre del pecado, a ti y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce