Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Bendito seas, oh Dios misericordioso,

Amor eterno,
Tú estás por encima de los cielos, zafiros y firmamentos,
La pura legión de espíritus Te alaba así,
Con su himno eterno, tres veces Santo.

Contemplándote cara a cara, oh Dios,
Veo que antes de ellos habrías podido llamar a otras criaturas,
Por eso me postro ante Ti con gran humildad,
Porque veo bien que esta gracia se debe únicamente a la misericordia.

Reflexión: Santísima Trinidad II

Adorado seas, único en la Santísima Trinidad, bendito seas, oh Dios misericordioso, amor eterno, tú estás por encima de los cielos, zafiros y firmamentos. La pura legión de espíritus se alaba así con su himno eterno tres veces santo. Contemplándote cara a cara, oh Dios, veo que antes de ellos habrías podido llamar a otras criaturas. Por eso me postró ante ti con gran humildad, porque veo bien que esta gracia se debe únicamente a la misericordia. Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, habita en nuestra alma en gracia. De un modo igual, mediante la gracia santificante, el reino de Dios está dentro de vosotros. La doctrina católica nos enseña como dogma fundamental, que existe un solo Dios en tres personas distintas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Para bien, la fe católica es que veneremos a un solo Dios en la Trinidad, ya que la Trinidad en la unidad, sin confundir las personas ni separarla porque una es la persona del Padre, otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo. Pero el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo tienen una sola divinidad, gloria igual y coeterna majestad. Así Dios es el Padre, Dios es el Hijo, Dios es el Espíritu Santo, y sin embargo no son tres dioses, sino un solo Dios. Hay que usar la misma unidad en la Trinidad que la Trinidad en unidad. El que quiera salvarse así ha de sentir la Trinidad. Toda la vida sobrenatural del cristiano se orienta a ese conocimiento y trato íntimo con la Trinidad que viene a ser el fruto y el fin de toda nuestra vida. Para eso hemos sido creados y llevados al orden sobrenatural, para conocer, tratar y amar a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo que habitan en el alma en gracia. La contemplación y la alabanza a la Trinidad Santa es la sustancia de nuestra vida sobrenatural. Nuestra felicidad y nuestro gozo será una alabanza eterna al Padre por el Hijo en el Espíritu Santo. Amén.

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda conocer a la Santísima Trinidad, a ti y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce