• John 14:6-14
Bishop Robert Barron
Amigos, hoy leemos el maravilloso y misterioso pasaje del decimocuarto capítulo del Evangelio de Juan. Los discípulos se reúnen alrededor de Jesús en la Última Cena, permanecen en intimidad con Él, hacen preguntas y buscan obtener sabiduría.
Ahora escuchemos las palabras de Jesús: “Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”. San Pablo se refiere a Jesús como un ‘icono del Dios invisible’. Lo que tanto Jesús como San Pablo están diciendo es que las palabras de Jesús son las palabras del Padre y sus obras son las obras del Padre.
Felipe, uno de los primeros discípulos elegidos, todavía no lo entiende y dice: “Maestro, muéstranos al Padre”. Lo que no entendió fue la humildad del Logos: “Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí es el que hace las obras”. Ni las palabras, ni las obras de Jesús son “suyas”. Él las recibe del Padre.
El objetivo de la vida moral es hacernos felices. Entonces, ¿cómo llegamos a ser felices? La respuesta de Santo Tomás, que está en consonancia con la gran tradición cristiana, es mediante el ordenamiento adecuado del deseo, aprendiendo cómo desear las cosas y la manera correcta. Y eso es precisamente lo que Jesús nos manda a hacer.
La enseñanza del Evangelio es clara: se debe rezar siempre, también cuando todo parece vano, cuando Dios parece sordo y mudo y nos parece que perdemos el tiempo. Incluso si el cielo se ofusca, el cristiano no deja de rezar. Su oración va a la par que la fe. Y la fe, en muchos días de nuestra vida, puede parecer una ilusión, un cansancio estéril. Hay momentos oscuros, en nuestra vida y en esos momentos la fe parece una ilusión. Pero practicar la oración significa también aceptar este cansancio. “Padre, yo voy a rezar y no siento nada… me siento así, con el corazón seco, con el corazón árido”. Pero tenemos que ir adelante, con este cansancio de los momentos malos, de los momentos que no sentimos nada. Muchos santos y santas han experimentado la noche de la fe y el silencio de Dios —cuando nosotros llamamos y Dios no responde— y estos santos han sido perseverantes. En estas noches de la fe, quien reza nunca está solo. (Audiencia general, 11 de noviembre de 2020).
La Santa Cruz
Una preciosa fiesta popular que arranca desde el día en que se encontró la Santa Cruz en el año 326.
Por: P. Felipe Santos
Fuente: Catholic.net
Fiesta
Hoy se celebra en Granada y en el mundo el día de la Cruz. Una preciosa fiesta popular que arranca desde el día en que se encontró la Santa Cruz en el año 326.
Casi todas las fiestas tienen un origen religioso. Hay algunos que en la actualidad las quieren convertir simplemente en culturales, abandonado su trasfondo religioso.
Eusebio de Cesarea fue un gran historiador de aquellos tiempos. Cuenta en sus libros que el General Constantino no era creyente pero le tenía mucho respeto a los cristianos por su paz y el bien que hacían en todos sitios.
Antes de una dura batalla contra Majencio –jefe de Roma -, tuvo un sueño en el que pudo contemplar una cruz luminosa y una voz que le decía:»Con este signo vencerás»
Y sin tener la menor duda de su triunfo, puso en todos los estandartes y banderas la cruz. Y arengando a las tropas les decía:»Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena».
Al ganar la batalla, llegó bien pronto a ser emperador. Decretó el cese de perseguir a los cristianos y la libertad religiosa.
Hay, además, otros escritores célebres como san Ambrosio y Juan Crisóstomo afirman que Elena se fue a Jerusalén en busca de la Cruz del Señor.
Los arqueólogos se emplearon a fondo en esta labor. Al cabo del tiempo, encontraron tres cruces. ¿Cuál era la de Jesús? La respuesta se la dio una mujer que estaba muy enferma. Al tocarla, quedó curada.
Elena y el obispo de Jerusalén juntamente con muchos creyentes, la llevaron en procesión por las calles de la ciudad.
A raíz de estos acontecimientos se implantó esta fiesta por todo el orbe cristiano.
Ultimamente, al hacer la reforma del calendario litúrgico, ha desaparecido como fiesta. Pero el pueblo, siempre sencillo, la sigue celebrando.
Por ejemplo es Granada es fiesta. De esta forma, mantiene viva la tradición.
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¡Felicidades a quienes celebran hoy esta fiesta!
La fe es la fuerza de todo cristiano
Santo Evangelio según San Juan 14, 6-14.
Santos apóstoles Felipe y Santiago
Por: Rogelio Suárez, LC
Fuente: somosrc.mx
(La liturgia en México, dedica el 3 de mayo a la Exaltación de la Cruz, sin embargo, el siguiente Evangelio es de la liturgia pascual general que se celebra en el resto de los paises).
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, creo en ti, pero ayúdame a creer con firmeza. Espero en ti, pero ayúdame a esperar sin desconfianza. Te amo, pero ayúdame a no volver a ofenderte.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 14, 6-14
En aquel tiempo, Jesús dijo a Tomás: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto». Le dijo Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta». Jesús le replicó: Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y toda vía no me conoces? Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Entonces por qué dices: ‘Muéstranos al Padre’? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí, créanlo por las obras.Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre; y cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Cuántos años llevamos con Cristo y todavía no lo conocemos? Muchas veces queremos, como los discípulos, ver y conocer con claridad a Dios. «Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta» hoy en día diríamos: Señor, mándame una señal… que te pueda ver, etc. Nos puede ocurrir que, después de un tiempo, nos vayamos acostumbrando, que nuestra fe poco a poco se apague. Es por eso que en este día la liturgia nos invita a detenernos un momento para poder medir nuestra fe.
El conocimiento de Cristo, implica en nosotros la fe, que es la que da sentido a la vida cristiana. La fe que nos impulsa a ir adelante, a confiar y a no tener miedo. «La fe es la fuerza del cristiano», es lo que le permite andar en su vida sin detenerse.
Así como no tiene sentido tener un carro sin gasolina, no tiene sentido ser un «católico» sin fe. La fe no tiene límites, solo hace falta creer.
Pero eso sí, la verdadera fe no solo se profesa con la boca, sino también con la vida. La fe es bella cuando se vive. Hoy en día necesitamos católicos que transmitan la fe con su vida, dando testimonio del amor de Dios. Conozcamos a Cristo en la oración, para después poderlo transmitir a los demás con nuestra vida.
«Es Jesús mismo quien nos dice que Él es el camino: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Todo. Yo te doy la vida, yo me manifiesto como verdad y si tú vienes conmigo, soy el camino. He aquí entonces que para conocer a quien se presenta como camino, verdad y vida, es necesario ponerse “en camino”. Es más, el conocimiento de Jesús es el trabajo más importante de nuestra vida. También porque conociéndole se llega a conocer al Padre». (Homilía de S.S. Francisco, 16 de mayo de 2014).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Buscar un tiempo para estar con Jesús Eucaristía para ver cómo se encuentra mi fe, cómo la estoy viviendo y qué es lo que haré para transmitirla con mi vida .
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Conoce estas diferentes formas de hacer la señal de la cruz
Desde los primeros siglos, los cristianos se han hecho la señal de la cruz en el cuerpo de diferentes maneras, según las circunstancias
Muchos cristianos orientales, como los ortodoxos y los bizantinos, tienen una forma de hacer la señal de la cruz que difiere de la que usan los católicos romanos: el gesto consiste en tocar con tres dedos de la mano derecha (pulgar, índice y corazón) la frente, luego el pecho, después el hombro derecho y, por último, el hombro izquierdo. Además de esta diferencia principal, existen tres formas de hacer la señal de la cruz en la Iglesia católica.
El Catecismo de la Iglesia católica, citando a san León Magno dice que:
«La señal de la cruz hace reyes a todos los regenerados en Cristo, y la unción del Espíritu Santo los consagra sacerdotes…» (CEC 786)
1 CON EL PULGAR DERECHO
La señal de la cruz en la Iglesia primitiva se hacía con el pulgar de la mano derecha, normalmente en la frente. Sin embargo, también podía hacerse en cualquier otra parte del cuerpo. Hoy en día, esta forma de hacer la señal de la cruz se encuentra en varios sacramentos, como la unción de los enfermos y el rito de la confirmación.
2 EN LA FRENTE, LA BOCA Y EL PECHO
El segundo método es la señal de la cruz hecha con el pulgar sobre la frente, la boca y el pecho. Actualmente, esta señal de la cruz se hace especialmente durante la Liturgia de la Palabra, cuando el sacerdote anuncia el Evangelio y la congregación responde: “Gloria a ti, Señor”.
3 LA SEÑAL HABITUAL
La tercera forma es la señal habitual de la cruz, que consiste en poner la mano derecha en la frente, luego bajo el pecho, luego en el hombro izquierdo y luego en el hombro derecho. Esta es la señal de la cruz con la que están familiarizados la mayoría de los católicos, ya que se hace antes de entrar en una iglesia o antes de una oración. Suele ser la primera oración que los padres o abuelos enseñan a sus hijos desde pequeños.
Sea como sea que os persignéis, hacedlo con fe, recordando el amor de Dios por cada uno de vosotros.
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La Fiesta de la Santa Cruz y sus manifestaciones en diferentes partes del mundo
En la actualidad es una fiesta popular con diferentes manifestaciones en varios países del mundo
Hoy la Iglesia católica celebra el día de la Santa Cruz -fiesta de la Cruz de Mayo, o de las cruces- como memoria de aquel madero donde murió Jesús, y que desde siempre ha sido considerado el signo más significativo del cristiano. No en vano el mismo San Mateo en su evangelio hizo referencia a ella: «Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viviendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria».
El origen de esta celebración, que en la actualidad es una fiesta popular con diferentes manifestaciones en varios países del mundo, data del siglo IV en tiempo de Constantino I el Grande, de quien se dice, antes de enfrentarse a los bárbaros a orillas del Danubio, tuvo una visión en el cielo de una cruz que encima decía «Con esta señal vencerás». La historia, que para algunos tiene un matiz legendario, dice que Constantino de inmediato mandó construir una cruz que fue puesta frente a su ejército, y que venció sin problema al ejército enemigo.
Más adelante, continua la historia, fue el mismo Constantino quien encomendó la misión a su madre, hoy Santa Elena, de buscar la verdadera cruz donde murió Cristo. En efecto así hizo la mujer, quien se dirigió a Jerusalén y con la ayuda de unos sabios sacerdotes encontró en el Monte Calvario 3 maderos ensangrentados.
Narra la tradición que para determinar cuál era la cruz en la que había muerto Jesús, pidieron a personas enfermas que tocaran una por una las 3 cruces, notando que una en particular sanaba a los enfermos.
Desde ese entonces -con el hallazgo de la cruz de Cristo, y con el deseo de Elena de conmemorar la fecha en la que fue encontrado este madero- celebra en el mundo la Fiesta de la Santa Cruz.
La Fiesta de las Cruces en el mundo
Esta conmemoración tiene manifestaciones diversas en varios países del mundo. En España, por ejemplo, en la Fiesta de las Cruces, como se conoce en el país europeo, se elaboran cruces con flores, las cuales sacan en procesiones por las calles, y son, en ocasiones, acompañadas por pasos que cargan niños. En ciudades como Granada, las calles, plazas, patios y colegios son adornados con cruces de flores, en su mayoría con claveles rojos y blancos.
En Colombia también se acostumbra a elaborar cruces de mediano tamaño con hojas secas o flores, y en departamentos como Risaralda, Quindío y Antioquia existe la tradición de conmemorar el «Día de los Mil Jesuses», que consiste en repetir mil veces el nombre de Jesús, esto con la creencia que Dios los protegerá durante todo el año.
Por su parte, en Venezuela realizan lo que se conoce como los «Velorios de la Cruz de Mayo», una festividad que combina las tradiciones españolas con elementos indígenas y afro descendientes. Para la ocasión las personas adornan cruces con cintas y papeles de colores, para expresar, de forma alegórica, el deseo de quitarle a Jesús el dolor de su crucifixión.
En Perú, esta fiesta se vive de manera particular en la región de Tacna, ubicada al sur del país suramericano, donde diferentes hermandades, antes del 3 de mayo, elaboran cruces que son situadas en lo alto de los cerros de la zona, las cuales, una semana antes de la festividad, son bajadas y reunidas en la Catedral de Tacna para ser veneradas durante el mes de mayo por los fieles de la región.
Flor del 3 de mayo:
Madre de Dios Fiesta de nuestra Señora del Valle.
Meditación: “Por ser su Hijo Dios, María es Madre de Dios” (Lucas 1,3-5). Dios nos amó tanto que no sólo nos entregó a Su Hijo sino que nos dio a Su Madre. “Cuando llegó la plenitud del tiempo, Dios envió a Su Hijo nacido de Mujer…para que recibiésemos la adopción de Hijos de Dios” (Gálatas 4,5). Este es el maravilloso final del Plan del Padre y el sublime oficio de María, hacernos hijos de Dios, uno en Dios.
Oración: ¡Oh María, te agradecemos el regalo que nos ha hecho nuestro Dios amado, ponernos en tus hermosas manos para hacernos santos. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Examinar mi devoción a la Virgen y cómo la practico.