Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Oh virgen, flor preciosa,
Ya no permanecerás mucho tiempo en este mundo,
Oh, qué bello es tu encanto,
Oh Mi casta esposa.

Ninguna cifra puede indicar
Lo preciosa que es tu flor virginal.
Y tu resplandor no ofuscado por nada
Es valiente, fuerte, invencible.

Reflexión: Castidad

Oh virgen, flor preciosa, ya no permanecerás mucho tiempo en este mundo, oh que bello es tu encanto, oh mi casta esposa, ninguna cifra puede indicar lo preciosa que es tu flor virginal, y tu resplandor no ofuscado por nada, es valiente, fuerte, invencible. Nuestro Señor es modelo de castidad que es segundo voto por el cual se promete a Dios amarlo solo a él, todo nuestro amor se lo damos a nuestro señor por este hermoso voto, la Santa Comunión. Jesucristo en su Eucaristía es la esencia misma de la fuerza, la aumenta, la fortalece, la preserva y la mantiene contra todos los acometidos del infierno, del mundo y de la carne, en la comunión comemos la carne virginal del cordero sin mancha, sin la comunión no se puede ser casto, la Virgen María es el ejemplo acordado de toda una vida dedicada por completo a Dios, la renuncia al amor humano por Dios es una gracia divina que impulsa y anima a entregar el cuerpo y el alma al señor con todas las posibilidades que el corazón posee, Dios es entonces el único destinatario de este amor que no se comparte, es donde el corazón encuentra su plenitud y su perfección sin que exista la mediación de un amor terreno, el voto de la castidad obliga a renunciar al matrimonio y a evitar todo lo que está prohibido por el sexto y el noveno mandamiento, no todo pensamiento malo es pecado, pero llega a serlo solamente cuando a la reflexión de la mente se una la conformidad de la voluntad y el consentimiento. ¿Cuáles son los métodos para conservar la virtud de la castidad? Combatir las tentaciones interiores con la presencia de Dios y las exteriores evitando las ocasiones, la guarda de los sentidos, evitar el ocio, evitar cualquier amistad especialmente, las particulares, para cultivar el espíritu de mortificación para conservar esta virtud es necesario humildad, oración, devoción sincera a la Santísima Virgen María.

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda la castidad, a tí y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce