San Gregorio Magno

Textos Selectos sobre la Caridad

 

616 El amor que debe mediar entre los cristianos nace de Dios, que es amor (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Amigos de Dios, 228).

617 Mas ninguno, por el mero hecho de amar a su prójimo, piense ya tener caridad, sino que primero debe examinar la fuerza misma de su amor. Pues si alguno ama a los demás, pero no los ama por Dios, no tiene caridad, aunque piense que la tiene. Es caridad verdadera cuando se ama al amigo en Dios y al enemigo en Dios (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 38 sobre los Evang.).

618 Amamos a Dios y al prójimo con la misma caridad. Pero debemos amar a Dios por si mismo, y al prójimo por Dios (SAN AGUSTÍN, en Catena Aurea, vol III, p. 92).

619 El que ama a Dios ama también inevitablemente al prójimo (SAN MÁXIMO, Sobre la caridad, 1,1).

 

620 Nuestro Rey, a pesar de su condición altísima, por nosotros viene humilde, mas no con las manos vacías; el trae para sus soldados una dadiva esplendida, ya que no solo les otorga copiosas riquezas, sino que les da también una fortaleza invencible en el combate. En efecto, trae consigo el don de la caridad (SAN FULGENCIO DE RUSPE, Sermón 3).

621 Así pues, todo hombre que vive entre los hombres busque a Aquel a quien ama, de modo que no abandone a aquel con quien camina; y preste a este su auxilio de tal manera que bajo ningún motivo se separe de Aquel a quien se dirige (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 38 sobre los Evang.).

622 El Creador del universo, cuando os saco de la nada, deposito en vuestros corazones simientes de caridad (Orígenes, Sobre el Cantar de los Cantares, 2, 9).

623 No se trata de saber cuanto amor debemos al hermano y cuanto a Dios: incomparablemente mas a Dios que a nosotros, y a nuestros hermanos tanto como a nosotros; ahora bien, no podemos amarnos mucho a nosotros si no amamos mucho a Dios. Es, pues, con un mismo amor con el que amamos a Dios y al hermano; pero amamos a Dios por si mismo, a nosotros y al prójimo por Dios (SAN AGUSTÍN, Trat. sobre la Santísima Trinidad, 8, 12).

624 Cuanto mas cerca esta de Dios el apóstol, se siente mas universal: se agranda el corazón para que quepan todos y todo en los deseos de poner el universo a los pies de Jesús (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 764).

Fuente: Catholic.net