Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Si, (83) acusarse de los pecados no es difícil, pero descubrir los más escondidos secretos del corazón, rendir cuenta de la actuación de la gracia de Dios, hablar de cada deseo de Dios, de todo lo que pasa entre yo y Dios decir esto a un hombre, eso está por encima de las fuerzas. 

Reflexión: Confesión

Una fuerte tentación. Si, acusarse de los pecados no es difícil, pero descubrir los más escondidos secretos del corazón, rendir cuenta de la activación de la gracia de Dios, hablar de cada deseo de Dios, de todo lo que pasa entre yo y Dios, decir esto a un hombre, eso está por encima de las fuerzas. Para confesarse bien hace falta primero examinarse bien y un buen examen requiere tres condiciones: 1. Tenemos que pedir primero la gracia de conocernos tales cuales somos a sus ojos. 2. Hay que invocar el socorro de la Santísima Virgen y de nuestro ángel custodio, testigo de todas nuestras acciones. 3. Debemos luego averiguar nuestros pecados repasando unos tras otros, todas las ocupaciones del día. Debemos examinar las faltas exteriores que superen también las interiores, recordando los deberes diarios para con Dios. 4. Consagrar más tiempo a la constricción que al examen. Recordar que Dios perdona al corazón contrito y humillado, a pesar de haber ofendido a quien tanto nos ha amado. Ten confianza, tus pecados te son perdonados. Cada confesión bien hecha es un impulso que recibimos del Señor para seguir adelante, sin desánimos, sin tristezas, libres de nuestros misterios. Hijo mío, vuelve a empezar. Es el mismo quien nos perdona después de la humilde manifestación de nuestras culpas. Debemos recordar que la confesión ha de ser sobrenatural, consciente de que vamos a pedir perdón al mismo Señor a quien hemos ofendido. La confesión con sentido sobrenatural, es un verdadero acto de amor a Dios. El examen de consciencia diario y la práctica de la confesión frecuente son medios importantes para preparar cada día ese encuentro definitivo con el Señor. En la confesión hay que hablar con claridad, transparencia, huyendo de las generalidades y medias verdades sin ocultar nada.

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda la confesión, a tí y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce