Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

+ La lucha contra cierta tentación.  Había una persona que me abordaba continuamente con palabras lisonjeras y conociendo la hora en que yo salía a la capilla o a la veranda, me cortaba el camino y no atreviéndose a acercarse solo, se había buscado a un compañero semejante a él, pero ninguno se atrevía a acercarse.  Mientras iba al oficio del mes de mayo, [vi que] esas personas ya estaban allí por donde yo tenía que pasar; antes de llegar allí donde estaban oí (76) palabras aduladoras dirigidas a mi.  Y el Señor me dio a conocer los pensamientos de sus corazones, que no eran buenos.

 Reflexión: Tentación

 Tentación. La lucha contra cierta tentación. Había una persona que me abordaba continuamente con palabras lisonjeras y conociendo la hora en que yo salía a la capilla o a la vereda, me cortaba el camino y no atreviéndose a acercarse solo, se había buscado a un compañero semejante a él, pero ninguno se atrevía a acercarse. Mientras iba al oficio del mes de mayo, vi que esas personas ya estaban allí porque antes de llegar por donde yo tenía que pasar. Antes de llegar allí, oí palabras aduladoras dirigidas a mí, y el Señor me dio a conocer los pensamientos de sus corazones, que no eran buenos. Bienaventurado el varón que soporta la tentación, dice el apóstol Santiago, porque probado recibirá la corona de la vida que el Señor prometió a los que le aman. Eclesiastés: Hijo, si quieres servir a Dios, consérvate en santidad y en temor y prepárate para la tentación. ¿Qué significa la tentación? Significa seducir a alguien para que haga lo malo arrastrándolo al pecado, persuadirlo para que elija el camino equivocado. En la Sagrada Biblia, significa ser puesto a prueba para saber de qué es capaz. La tentación no solo es un ataque de las fuerzas del mal para hacernos pecadores, es sobre todo una ocasión para que demostremos nuestra fidelidad a Dios y nuestro dominio sobre el pecado. La tentación no tiene fin porque el que sea más pecador, sino el que nos volvamos fuertes. No es solo un castigo por nuestra condición de hijos de Adán, sino por una ocasión para que demostremos que con la gracia de Dios toda victoria es posible. No hace falta ver al diablo. Su poder más temible consiste en penetrar en nuestras defensas exteriores e interiores. Sus aliados son nuestros pensamientos, nuestra imaginación, orgullo y nuestros deseos.

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda superar la tentación, a tí y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce