Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Viernes Santo.  Vi al Señor Jesús martirizado, pero no clavado a la cruz, antes de la crucifixión y me dijo: Tú eres Mi corazón, habla a los pecadores de Mi misericordia.  Y el Señor me mostró interiormente todo el abismo de su misericordia por las almas y conocí que lo que había escrito era, verdaderamente, una gota.

Reflexión: Pureza de corazón

Viernes Santo. Vi al Señor Jesús martirizado, pero no clavado a la cruz, antes de la crucifixión, y me dijo, Tú eres mi corazón, habla a los pecadores de mi misericordia. ¿Quién subirá al monte de Yahvé? ¿Y quién permanecerá en su lugar santo? El hombre de manos inocentes, de corazón puro. La pureza de corazón aparece como una condición para acercarse a Dios, para participar en su culto y ver su rostro. Ha de comenzar por el corazón, pues de él proceden los malos pensamientos, las fornicaciones, hurtos, homicidios, adulterios, codicias, maldades, fraudes, deshonestidad, envidia, blasfemia, soberbia. Las acciones del hombre provienen primero del corazón. Jesús nos enseña a amar la pureza del corazón, que nos permitirá ver a Dios, y en medio de nuestras tareas. La pureza del alma que pide el Señor es la castidad y rectitud interior en los demás afectos y sentimientos. Es también el fruto de un gran amor a la confesión frecuente, bien hecha, donde nos purifica el Señor y nos llena de su gracia, donde lavamos nuestro corazón. Desde el fondo del corazón humano, es de donde el Espíritu Santo quiere hacer surgir la fuente de una vida nueva, que penetra poco a poco en el hombre entero. El corazón ama, es el órgano de que se sirve el alma para manifestar los afectos y el amor. Los limpios de corazón verán a Dios. Si está limpio el corazón, sabremos reconocer a Cristo en la intimidad del corazón. Dios nos pide la pureza del corazón, esa pureza que es vida del alma. Debemos mirar el corazón ardiente de Jesús, que es sobre todo el Espíritu Santo, en el que Dios Hijo se une eternamente al Padre. En ese corazón debemos encender el celo apostólico por las almas.

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda la pureza de corazón, a tí y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce