Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
Jesús mío, Tú me bastas por todo en el mundo. Aunque los sufrimientos son grandes, Tú me sostienes. Aunque los abandonos son terribles, Tú me los endulzas. Aunque la debilidad es grande, Tú me la conviertes en fuerza. No sé describir todo lo que sufro; y lo que he escrito hasta ahora es apenas una gota.
Reflexión: Sus caminos
Jesús mío, tú me bastas por todo en el mundo, aunque los sufrimientos son grandes, tú me sostienes. Aunque los abandonos, son terribles, tú me los endulzas. Sus caminos son impenetrables e incomprensibles para nosotros.
Aunque la debilidad es grande tú me la conviertes en fuerza. No sé describir todo lo que he escrito hasta ahora, es apenas una gota. Hay momentos de sufrimientos que yo de verdad no sé describir. Pero hay en mi vida también momentos cuando mi boca calla y no tiene ni una sola palabra en su defensa y se somete totalmente a la voluntad de Dios. Y entonces el Señor mismo me defiende e interviene en mi favor y su intervención se puede ver incluso por fuera. Sin embargo, cuando advierto sus mayores intervenciones que se manifiestan como castigos entonces le suplico ardientemente misericordia y perdón. Pero no siempre soy escuchada, el Señor procede conmigo de un modo misterioso. Hay momentos en que Él mismo permite terribles sufrimientos, pero también hay momentos cuando no me permite sufrir y elimina todo lo que pudiera entristecer mi alma. He aquí sus caminos. Nuestro deber es someternos siempre a su Santa Voluntad. Hay misterios que la mente humana jamás logrará penetrar aquí en la Tierra. Nos los revelará la eternidad. Yo soy el camino, la verdad y la vida. Mis caminos no son vuestros caminos. Jesús es el modelo y el medio para andarlo. No se va al cielo sino participando de la vida del Salvador. Las virtudes de Jesús es el camino que debemos seguir. Caminos que nos conducen al Santísimo Sacramento.
Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda andar por sus caminos, a tí y tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce