Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
No sé como pudo ser que la habitación donde me encontraba, estaba muy descuidada, y a veces no la limpiaban nada durante más de dos semanas. Muchas veces nadie encendía la estufa y por esa razón mi tos aumentaba. A veces pedía, y otras veces me faltaba el valor para pedirlo. Una vez, cuando me visitó la Madre Superiora y preguntó si seria, quizá, que calentaran más, contesté que no, porque ya hacia calor afuera y teníamos la ventana abierta.
Reflexión: Caridad
No sé cómo pudo ser que la habitación donde me encontraba estaba muy descuidada y a veces no la limpiaban nada durante más de dos semanas. Muchas veces nadie encendía la estufa y por esta razón mi tos aumentaba. “Este es mi mandamiento: Que os ameís los unos a los otros como yo os he amado. Desde entonces sabemos que la caridad es la vía para seguir a Dios más cerca y para encontrarlo con más prontitud. El alma entiende mejor a Dios cuando vive con más finura la caridad porque Dios es amor y se ennoblece más en la medida en que crece en esta virtud teologal. El modo de tratar a quienes nos rodean es el es el distintivo por el que nos conocerán como sus discípulos. Nuestro grado de unión con él se manifestará en la comprensión con los demás en el modo de tratarles y servirles. La caridad no hay que buscarla únicamente en los acontecimientos importantes sino ante en la vida ordinaria. La caridad es paciente, la caridad es benigna, la caridad lo supera todo. La caridad puede más que los defectos de las personas que la diversidad de caracteres. Que todo aquello que se pueda interponer en el trato con los demás. La caridad vence todas las resistencias. Todo lo que hicisteis por uno de mis hermanos pequeños por mí lo hicisteis. La virtud de la caridad nos acerca profundamente al prójimo. “Si no tengo caridad nada soy”. De poco sirven los dones más apreciados, la falta de calidad embota la inteligencia para conocimiento de Dios. Hoy podríamos preguntarnos en nuestra oración cómo vinimos c esta virtud cada día. Las cualidades de la caridad: Ser paciente, es benigna, no es envidiosa, no obra con soberbia, no es ambiciosa. Todo lo que cree, todo lo espera, todo lo sufre. La caridad no termina nunca.
Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda la caridad a tí y tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce