Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

20 [III 1938].  Hoy he acompañado espiritualmente a cierta alma agonizante.  Le he obtenido la confianza en la Divina Misericordia.  Aquella alma estaba al borde de la desesperación.

Reflexión: Desesperación

20-III- 1938, Hoy he acompañado espiritualmente a cierta alma agonizante, le he obtenido la confianza en la divina misericordia, aquella alma estaba al borde de la desesperación.

“Judas, ¿con un solo beso entregas al hijo del hombre?, el pecador desespera como necesariamente, esta desesperación es en efecto que sigue siempre al placer del pecado, efecto hasta más cierto que el placer, Adán y Eva cuando huyen y ponen en duda la Divina Misericordia. Caín cuando lo niega exclamando, mi pecado es demasiado grande para que pueda ser perdonado. Son los tipos del pecador después de la falta, el haber sido infiel induce a desesperar y es lo que impide a la mayor parte de los pecadores convertirse, dejándolo siempre para más tarde es la desesperación, es imposible que se me perdone, he ofendido a Dios, se desesperan, el día que lloren estarán convertidos y la pregunta, la piedad ¿Por qué cae? Cae también por desesperación que consiste en desanimarse uno al ver los caídos que se ha fracasado, que es la cosa no sale como deseaba, porque el demonio siembra la desconfianza porque tal es su mejor secreto para penetrar en el alma y aminorarla, cuanto más piadosos más sentiremos la tentación del desaliento, la mayor prueba de que Dios nos ama es el habernos dado el poder de alcanzar perdón cuando le hemos ofendido, la misericordia salió del cielo y envolvió al hombre, la misericordia es infinita, nunca se agota, nunca se cansa ni desespera jamás, Padre perdónalos porque no saben lo que hacen, no comprendo que haya hombres que sufran sin tener una gran devoción a la eucaristía, sin ella caerían en la desesperación, qué bueno ha sido Jesús quedándose perfectamente en la Eucaristía.

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te libre de la desesperación a tí y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce