Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
Esta noche la conoces sólo Tu, oh Señor. La he ofrecido por los pobres pecadores empedernidos para impetrar Tu misericordia para ellos. Despedázame aquí, quémame aquí, con tal de que me des las almas de los pecadores y especialmente…. Oh Jesús, Contigo nada va perdido; Tú tienes todo, dame las almas… de los pecadores.
Reflexión: Pecador
Esta noche la conoces solo tú, oh Señor, la he ofrecido por los pobres pecadores empedernidos para impetrar tu misericordia para ellos. Instintivamente el hombre pecador teme a Dios, no bien cede al demonio cuando va a ocultarse huyendo de la mirada del Creador, no osa contestar a su voz. El pecador tiene miedo de Dios y cuanto más culpable sea, tanto mayor es su espanto, podrá sumergirse en el cenagal de sus crímenes y cometer exceso sobre exceso. Lo que eso demuestra es su miedo, caen en la desesperación de no ser perdonados, por eso no quieren venir a la iglesia, también tienen miedo de nuestro Señor y si alguna circunstancia les obliga a entrar alguna vez en ella tiemblan y les falta sosiego. El pecador tiene miedo de sí mismo, no puede vivir con su corazón y su conciencia, asimismo se infunde miedo, por eso se aturde y huye de sí, la Sagrada Eucaristía nos muestra este sentimiento dominando hasta tal punto en el hombre, que los mayores santos temblaban cuando se les mostraba Dios o les hablaba por medio de algún ángel.
Sintámonos pues felices por esta admirable invención de Dios para con nosotros. La Eucaristía hace que Dios esté presente y la comunión nos introduce en su familiaridad. Los pecadores que le reciben indignamente le crucifican de nuevo en su alma y le unen al demonio dueño absoluto de sus corazones. El pecador que mira de frente a Dios a quien ha ofendido le insulta. Debemos recordar, el Señor es el clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad. El Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. Cuando el hombre peca gravemente se pierde para Dios y también para sí mismo. Fuera de Dios es imposible la felicidad. En el pecador la raíz del pecado está en el interior del hombre. Por eso el remedio parte también del corazón.
Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te libre del pecado a tí y tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce