Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Mis deseos son tan inconcebibles y tan grandes
Que nada es capaz de llenar el abismo de mi corazón.
Ni siquiera las más bellas criaturas escogidas del mundo entero
Ni por un solo instante me sustituirían a Ti, oh Dios.

Con una sola mirada he penetrado el mundo entero en su totalidad.
Y no he encontrado un amor semejante al de mi corazón,
He vuelto la mirada al mundo eterno, ya que éste es muy pequeño para mí,
Mi corazón ha deseado el amor del Inmortal.

Mi corazón ha sentido que soy hija del Rey,
Que me encuentro en el destierro, en una tierra extranjera,
He conocido que mi casa es un palacio celeste,
Sólo allí me sentiré como en mi propia patria.

Tú Mismo, oh Señor, has atraído mi alma hacia Ti.
Oh Soberano eterno, Tú Mismo Te has humillado hasta mí,
Dando a mi alma un conocimiento más profundo de Ti Mismo.
Sé el misterio del amor por el cual me has creado.
El amor me ha hecho fuerte y valiente,
No tengo miedo ni de los Serafines ni del querubín que vigila con la espada
Y paso libremente allí donde los demás tiemblan,
Porque no hay de qué temer cuando el amor es el guía.

Reflexión: Amor I

Mis deseos son tan inconcebibles y tan grandes que nada es capaz de llenar el abismo de mi corazón. Ni siquiera las más bellas criaturas escogidas del mundo entero, ni por un solo instante te sustituirán a ti, Oh Dios. Con una sola mirada he penetrado el mundo entero en su totalidad y no he encontrado un amor semejante al de mi corazón. He vuelto la mirada al mundo entero ya que este es muy pequeño para mí. Mi corazón ha deseado el amor del inmortal. Mi corazón ha sentido que soy hija de rey, aunque me encuentro en el destierro, en una tierra extranjera, es conocido que mi casa es un palacio celeste. Solo allí me sentiré como en mi propia patria. El amor es el fruto más grande que el espíritu produce en el cristiano. Brota como resultado del experimentar el infinito y maravilloso amor de Dios. Consta del amor a Dios sobre todas las cosas y del amor al prójimo como a uno mismo. Este fruto es un reflejo del amor que fluye de Dios hacia la humanidad pecadora. Este es el amor que restaura a personas y familias en crisis. ¿Qué es el amor? La palabra amor refrenda a Dios. Puede tomarse en tres sentidos. 1. Esencialmente, es común a las tres divinas personas. 2. Nocionalmente, únicamente al padre y al hijo, es su amor activo que da origen al Espíritu Santo. 3. Personalmente, es exclusivo al Espíritu Santo como término pasivo del amor del padre y del hijo. Entonces, el padre y el hijo se atraen con un amor único. Y esa conexión inefable de padre e hijo procede el efecto por una sublime esfinación de amor.

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda su amor, a tí y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce