Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Reflexión: Sencillez

27-II-1938. Entonces oí una voz: y como eres una niña permanecerás junto a mi corazón; me es más agradable tu sencillez que las mortificaciones.

Esta virtud de la sencillez, fue enseñada por él mismo, Nuestro Señor: “Si no os hiciereis como los niños no entrareis en el Reino de los Cielos”. Es la forma y vestido de la humildad, es aquella pobreza de espíritu que beatificó el Divino Maestro. Debe ser así la sencillez, firma y fondo de nuestra vida. La sencillez es una cualidad de la Santidad: para santificarnos y ser felices en la vida de oración, es necesario que seamos sencillos.

Sencillez en primer lugar con Dios. El que anda con sencillez, anda con confianza, dice el Espíritu Santo. Esta sencillez con Dios es aquella confianza con que el alma se entrega en manos de Dios, porque conoce su bondad. Cuando un alma se turba o se desalienta, señal que no es sencilla.

Tenemos que ser cándidos y sencillos como el niño que no oculta nada, que hace todo lo que quiere la madre sin preocuparse de que sea bueno o malo.

Debemos ser sencillos con los superiores. Un superior es pastor y tiene carga de almas, responde de vuestras almas. Tengo observado que Dios no bendice a una comunidad cuyos miembros no son sencillos con su superior.

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda el anonadamiento, a tí y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce