Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Oh Jesús mío, qué bueno es estar en la cruz, pero Contigo.  Contigo, amor mío, mi alma está continuamente tendida en la cruz y se llena de amargura.  El vinagre y la hiel rozan mis labios, pero está bien, está bien que sea así, ya que tu Corazón divino, durante toda la vida, siempre bebió amargura y a cambio del amor recibiste la ingratitud.  Estabas tan dolorido que de Tus labios se escapó esta queja dolorosa con la cual buscabas a quien Te consolara y no lo encontraste [391].

Reflexión: Besar la cruz

Oh Jesús mío, qué bueno es estar en la cruz, pero contigo. Contigo, amor mío, mi alma está continuamente tendida en la cruz y se llena de amargura. El que quiera seguir a Jesús y ser su discípulo, es preciso seguir su consejo: “El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”.

Es en la cruz donde el alma alcanza la plenitud de la identificación con Cristo. “El mundo no puede salvarse sino con la cruz de Cristo”. “La cruz es el escudo y el trofeo contra el demonio”. Es el sello para que no nos alcance el ángel exterminador, es el apoyo de los que se mantienen en pie, el bastión de los débiles, la guía de quienes se extravían, la meta de los que avanzan, la salud del alma y del cuerpo la que ahuyenta todos los males, la que acoge todos los bienes, la muerte del pecado, la planta de la resurrección, el árbol de la vida eterna.

Cuando las cruces llegan sobre nosotros y las espinas hieren nuestra frente no hemos de morderlas con despecho sino besar la cruz como portadoras de Jesucristo, nuestro buen maestro. Cuando lleguen las tempestades y miedos y enfermedades, debemos elevarnos por encima de ellos y someternos humildemente a Dios y confiar en El, más es necesario descansar a la sombra de este árbol de vida del calvario, descansar sobre él en su sagrado corazón , lleno de amor y misericordia y esforzarnos en vivir más de Él para Él y solo en {El. La cruz no es un castigo sino un trazo de la cruz de nuestro Señor. El amor que no sufre no merece el nombre de amor.

La cruz es el alimento, la prueba del amor divino, la regla de la perfección. La cruz es fuego que purifica, que tiembla a un alma en la virtud. La cruz es el campo de batalla, del amor divino, el altar del sacrificio, la mayor gloria de Dios.

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda besar la cruz a tí y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce