Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
(10) 16 [II 1938]. Mientras rezaba al vivo Corazón de Jesús que está en el Santísimo sacramento según la intención de cierto sacerdote, en un momento Jesús me dio a conocer su bondad y me dijo: No le daré por encima de sus fuerzas.
Reflexión: Las pruebas
II-1938. Mientras rezaba al vivo corazón de Jesús según la intención de cierto sacerdote. Jesús me dijo no le daré por encima de mis fuerzas.
Entre los sufrimientos de que está sembrada la vida presente para que la consideremos tan sólo como un camino que debe llevarnos al cielo, hay algunos singularmente dolorosos, son las pruebas espirituales.
Quien desea llevar una vida más recogida en Dios debe esperarse a mayores sufrimientos interiores, porque el alma se torna más delicada y siente más vivamente la ausencia sensible de Dios, y porque Dios que es tan interior y tan amigo, hace sentir inmediatamente al alma sus infidelidades para que vuelva al instante al camino del deber. Además, Dios utiliza frecuentemente este procedimiento para mantener al alma en el ministerio de la obediencia y en la inmolación completa de la razón, y en este estado crucificante el alma purifica de cuanto puede haber de imperfecto en ella.
Debemos dejar obrar a nuestro Señor y seguirlo en todo con amor y agradecimiento. En los momentos de prueba, de sufrimiento, de tentaciones, de rebelión, de imitación, entregar nuestra alma a la Santísima Virgen y a Jesús nuestro salvador para que la guarden. Debemos tener y conservar la paz, la calma y la ciencia, en sobrellevar la aridez espiritual.
Cuando nos hallemos en ese estado de impotencia, en lugar de querer reflexionar y considerar verdades debemos ejercitarnos en actos de fe, de confianza, de humilidad y de amor como si nos sintiéramos felices.
Debemos seguir recibiendo la santa comunión, aún cuando no experimentemos ternura. Debemos seguir sirviendo a Dios, solo a Dios, con la fidelidad del amor generoso.
Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda fortaleza en las pruebas a tí y tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce