Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
Oh Jesús mío, Tu ves cuánta gratitud tengo para el Padre Sopocko que ha hecho avanzar mucho Tu obra. Esta alma tan humilde supo resistir todas las tormentas y no se desanimó por las contrariedades, sino que ha contestado fielmente a la llamada de Dios.
Reflexión: Padre Sopocko
Oh Jesús Mío, tú ves cuanta gratitud tengo para el Padre Sopocko que ha hecho avanzar mucho tu obra.
El siervo de Dios, Rev. P. Miguel Sopocko, el confesor y director espiritual de Santa María Faustina preparado especialmente por el Señor para ella, durante los años que Faustina fue asignada al convento de Viena.
El proceso diocesano para su beatificación fue inaugurado el 4 de diciembre de 1987.
Como me trasladaba a menudo, no tenía a un confesor permanente, además tenía una dificultad increíble en explicar estas cosas. Rezaba con ardor que Dios me diera esta enorme gracia de tener al director espiritual. La recibí sólo después de los votos perpetuos, cuando fui a Viena. Es el Padre Sopocko, Dios me permitió conocerlo primero interiormente antes de venir a Viena. Oh si hubiera tenido al director espiritual desde el principio, no hubiera malgastado tantas gracias de Dios. El confesor puede ayudar mucho al alma, pero también puede destruir mucho. Diario 35.
Santa Misa celebrada por el Padre Sopocko, vi al pequeño Jesús tocando con un dedito la frente de aquel sacerdote me dijo: su mente está unida estrechamente a mi mente, así que quédate tranquila por mi obra no le permitiré equivocarse y tú no hagas nada sin su permiso. Diario 1408.
Un día vi interiormente lo mucho que iba a sufrir mi corazón y pregunté al Señor. ¿Por qué se portaba así con él? “Me porto así con él para dar testimonio de que esta obra es mía. Dile que no tenga miedo de nada, mi mirada está puesta en el día y noche”. Yo no premio por el éxito en el trabajo sino por el sufrimiento. Diario 90.
Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda un director espiritual, a tí y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce