Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
1560 3 II [1938]. Hoy, después de la Santa Comunión Jesús me ha dado de nuevo algunas indicaciones. Primero: no luches sola contra la tentación, sino que descúbrela inmediatamente al confesor y entonces la tentación perderá toda su fuerza; segundo: en estas pruebas no pierdas la calma, vive Mi presencia, pide la ayuda de Mi Madre y la de los santos; tercero: ten la certeza de que Yo te miro y te sostengo; cuarto; no tengas miedo ni de las luchas espirituales ni de ninguna tentación, porque Yo te sostengo con tal de que tú quieras luchar; has de saber que la victoria siempre está de tu lado; quinto: has de saber que con una lucha intrépida Me das una gloria y ganas méritos para ti, la tentación ofrece la posibilidad de demostrarme tu fidelidad.
Reflexión: La tentación
3-II-1938. Jesús me ha dado algunas indicaciones. Primero: No luches sola contra la tentación, sino que descúbrela inmediatamente al confesor y entonces la tentación perderá toda su fuerza.
La tentación ofrece la posibilidad de demostrarme tu fidelidad. Dice el sabio: Hija, si quieres servir a Dios, consérvate en justicia y en temor y prepárate para la tentación. Jesús dijo a sus apóstoles: Velad y orad para no caer en la tentación. Dice San Jerónimo: “Entrar en la tentación no es ser tentado, sino ser vencido de la tentación”: unas tentaciones nos envían el Señor de su mano y otras permiten que nos venga por medio del demonio, mundo y carne.
¿Qué es la causa, porque permite y quiere el Señor que tengamos tentaciones? La tentación no tiene por fin el que seamos pecadores, sin el que nos volvamos fuertes, es una ocasión para que demostremos que con la gracia de Dios toda victoria es posible.
Dice San Gregorio: “Los trabajos que nos fatigan y aprietan en esta vida hacen que accedamos y nos volvamos a Dios”. Dios permite las tentaciones, trabajos y adversidades. Permite las tentaciones para que nos conozcamos y humillemos y para que acudamos más a Dios. Somos tentados para probar la virtud de cada uno. Dice el sabio: como los vasos se prueban en el horno y la plata y oro con el fuego, así los justos se prueban con la tentación. En las tentaciones el hombre se hace diligente y fervoroso.
Recordemos hermanos: Dios no permite que nadie sea tentado, más de lo que pueda llevar, y que no debemos desmayar cuando crece o dura a tentación.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda el temor de Dios, a ti y tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce