Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
1 II [1938]. Hoy estoy un poco peor de salud, no obstante todavía participo en la vida comunitaria de toda la Comunidad. Estoy haciendo todavía grandes esfuerzos, que sólo Tu conoces, oh Jesús. Hoy, en el refectorio pensé que no iba a resistir durante todo el almuerzo. Cada comida me causa dolores tremendos.
Reflexión: Sacrificios en la vida religiosa
1-II-1938. Hoy estoy un poco peor de salud no obstante todavía participo en la vida comunitaria de toda la comunidad.
¿A qué condición pone Jesucristo su reinado en la vida religiosa? La de dejarlo todo por amor, así quien quisiere ser verdadero discípulo de Jesucristo debe.
Renunciar a la vida civil, es decir no tener nada propio, estar muerto al mundo. El religioso es un pobre voluntario que la religión alimenta y mantiene por amor de Jesucristo. Estar muerto al mundo equivale a no vivir en su estima, en su afectos, en sus honores, ni en sus placeres. ¡Venturosa pobreza la que nos hace amigos y hermanos de Jesucristo! – “Os amo, Dios Mío más que todos los bienes, más que todos los honores, más que todas las posiciones; a todo eso renuncio por vuestro amor”.
-Otro sacrificio en la vida religiosa es abrazar la continencia. Para conservar la castidad en toda su pureza es necesario abrazar la mortificación de Jesucristo, no dar al cuerpo más que lo preciso, tenerlos sentidos sujetos a la ley de nuestro Señor. Muertos estos, dice San Pablo y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.
-Para ser religioso perfecto hay que negarse a la voluntad propia por amor de Dios. Negarse a sí mismo quiere decir renunciar al espíritu propio, a los juicios, gustos y deseos personales. En la obediencia encuentra el religioso toda clase de gracias, goza de una paz y una libertad de espíritu. La vida del religioso es vida es vida sujeta a regla.
Todas sus acciones son reguladas y todas sus horas las ocupa el servicio de nuestro Señor. Lo mismo su comida como su descanso obedecen a una ley. ¡Dichosa servidumbre que no deja tiempo para la pereza ni para la sensualidad de la vida! ¡Bendita sea la regla que para el religioso es voz de Dios, llena de gracia y de amor!
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda sacrificios en la vida religiosa, a ti y tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce