En este tercer domingo de Cuaresma, regresamos nuevamente a las bases espirituales, y la primera lectura del Exodo y el Evangelio de Juan se centran ambos en el símbolo del agua. El agua en la Biblia puede ser un símbolo negativo de destrucción, pero también puede ser un símbolo positivo de vida -no solo de vida física sino de vida divina de la gracia.
El agua para cuerpos sedientos simboliza El agua de la gracia para las almas sedientas. Piensen en el ¨tohu wabohu¨, el caos acuoso en el comienzo de la creación. Piensen en la aguas del diluvio, las aguas del Mar Rojo. El agua puede ser un signo de destrucción. Pero en la Biblia es también un símbolo de vida. Y pienso, son personas del desierto las que escribieron estos textos así que encontrar agua… Pienso en mucha menor, cuando uno vive en tierra de sequía, cuando llegaba la lluvia,era como una revelación maravillosa. Así que para la gente de la Biblia, el agua es un símbolo de vida, -profundicémoslo-. No sólo vida física, sino de la vida divina de la gracia. Y así es como deberíamos interpretar, pienso tanto en la lectura del Éxodo y el famoso pasaje que es el famoso pasaje del Evangelio de hoy. Miremos primero el Éxodo. La gente ha sido conducida por Moisés hasta el desierto. Están de camino a la tierra prometida, pero las cosas no están yendo bien porque esto está llevando mucho tiempo.
¿Qué tal por casa? Quiero decir, ¿alguno reconoce esto en el orden espiritual? La travesía hacia Dios, la travesía hacia la redención es siempre dolorosa porque implica deshacerse del pecado. Implica deshacerse del modo de vida viejo. En los términos de la Biblia, es su vida como esclavos en Egipto. Vean, todos nosotros somos esclavos de nuestras pasiones y esclavos de los bienes del mundo que hemos producido finalmente y todo lo demás. Así que la travesía, es una travesía por el desierto, necesariamente dolorosa. Escuchen entonces:
¨En aquellos días, el pueblo torturado por la sed, fue a protestar contra Moisés, diciéndole¨¿Nos has hecho salir de Egipto, para hacernos morir de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestro ganado?¨ Esto es muy familiar, ¿no es cierto? Sabemos que Egipto es malo. No debería ser un esclavo espiritual. Debería estar en camino de mi redención. Pero cuando estoy en medio de esta travesía, es tan doloroso. Piensen en alguien que se pone a dieta o alguien que intenta cambiar su estilo de vida, o lo que sea. Cuando estás embarcado en esta travesía casi inevitablemente la encuentras dolorosa y difícil. Y entonces quieres regresar a la vida anterior. Sé que éramos esclavos. Pero, diablos, al menos teníamos suficiente para comer y teníamos agua para beber.lNo No estaríamos aquí muriéndonos en el desierto. Bueno, ese es el modo en que todos nos sentimos mientras estamos en la trayectoria espiritual. Y ahora pienso que estamos como en el medio de la Cuaresma, podríamos sentirnos de esta manera. ¿Cuándo terminará esto? ¿Cuándo llegaré al final de esta peregrinación? Y entonces como el pueblo nos quejamos. Nos quejamos. Dios les da agua. Es muy conocido que Moisés golpea la piedra y el agua fluye. Dios quiere a su pueblo vivo, como he dicho tantas veces.
Dios quiere que participemos de su gracia. Porque ¿Cuál es el problema? La gracia -gratia-. Significa regalo. ¿Qué es lo único que no puedes hacer con la gracia? No puedes sujetarla. No puedes tomarla y hacerla tu propiedad. Porque en ese mismo movimiento deja de ser gracia y se convierte en algo como una posesión. Por lo tanto el quejarse y la sujeción y el ¨dámelo ahora¨ -esa actitud es incompatible con la naturaleza misma de la gracia. Dios les da vida. Pero el problema es que la gente estaba, en su negatividad y su queja, exigiendo y sujetando. Piensen aquí en el hijo pródigo. ¨Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde a mí¨. ¿Lo recuerdan? Bueno, el Padre le dice eventualmente, mira, todo lo que tengo es tuyo. Quiero que tengas todo esto. Pero lo que no puedes hacer ed asirte a ello. ¨Dame la parte de la herencia que me corresponde así puedo transformarla en mi pequeña posesión¨. Entonces deja de ser gracia. Es una paradoja central de la vida espiritual. Tropezamos con ella una y otra vez. Queremos la vida divina pero sólo puedes recibir la vida divina como regalo. No puedes sujetarla.
De acuerdo con esta lección espiritual en mente, PASAMOS A LA HISTORIA MAGNIFICA, ETERNAMENTE INSTRUCTIVA DE LA MUJER SAMARITANA EN EL POZO DEL EVANGELIO DE SAN JUAN. Y una vez más se utiliza la imagen del agua. El agua para los cuerpos sedientos que simboliza el agua de la gracia para las almas sedientas. Escuchen, Juan es un maestro teológico por supuesto, pero es también un maestro literario, que significa que todo es importante en el modo en que se cuenta la historia. JESÚS llega al pueblo samaritano y cansado del camino se sentó sin más en el brocal del pozo. Está cerca el mediodía. El magnífico comentario de San Agustín: ¨está cansado de su travesía que lo introduce en nuestra humanidad. Es una referencia a la Encarnación. JESÚS ha tenido la voluntad de entrar en toda la limitación humanidad pecaminosa sin convertirse en un pecado por supuesto. Pero entra en nuestra debilidad. ¿Y dónde se sienta? En el brocal del pozo. Un pozo el lugar donde brota el agua. PERO VEREMOS AHORA EN EL TRANSCURSO DE LA HISTORIA, esta es la manera en que tendemos a buscar el agua de la vida divina. De acuerdo JESÚS se sienta justo allí. Llega juzgo al lugar donde nosotros pecadores tendemos a venir. Y luego el detalle adorable -¨Era cerca del mediodía¨. Otra idea central en el Evangelio de San Juan, es la oscuridad y la luz.
¿Recuerdan? JESÚS es la luz del mundo y la oscuridad nunca lo vencerá. Cuando lo traiciona Judas, deja la habitación y Juan dice, ¨Era de noche. Era la hora de la oscuridad¨. Bueno, ¿que es eso? Es el momento más luminoso del día. El sol está en lo alto. La luz en otras palabras está realmente brillando en esta historia. Estamos destinados a ver algo de importancia y claridad extraordinarias. Entonces llegó una mujer de Samaria a sacar agua y JESÚS le dijo: ¨Dame de beber¨. Esto podrá parecer un poco extraño, incluso un poco impertinente. ¿Por qué le pide de beber? ¿Cuál es nuestro problema básico? Regresemos directamente a las aguas de Meribá. Sujetarlo. Lo deseo. Es mío. Lo necesito. Quiero hacerlo mi posesión. ¿Cuál es la jugada inicial del SEÑOR JESÚS? Ahora UDS. piensen en esto ahora. En nuestro sujetar, estamos tratando de ser felices y entonces nos aferramos a las cosas. ¿Cuál es la primera jugada del SEÑOR? ¨Dame de beber¨. En otras palabras, revertir el impulso. Desplazarse del sujetar al dar. Ahora ven lo que está sucediendo aquí. La gracia que está simbolizada por el agua, tanto en la primera lectura como aquí. Gratia -regalo. ¿Cómo lo obtienes? No sujetándola sino dándola. Lo que recibes como un don dalo como un don, y obtendrás más de ese don. Ese es el principio. No conozco un principio más importante en el orden espiritual. Así que déjenme decirlo de nuevo: ¨La gracia es un regalo¨. Por lo tanto cuando recibimos este regalo, deberíamos darlo como un regalo, y luego obtenemos más del regalo. ¿Quisieran ver ese principio articulado de forma preciosa? Dice JESÚS, ¨El que bebe de esta agua vuelve a tener sed¨. Pero el que beba del agua que YO le daré, nunca más tendrá sed¨. El agua que YO le daré se convertirá dentro de él en un manantial capaz de dar la vida eterna¨. Pasen el resto de sus vidas meditando este pasaje. Aquellos que vienen al pozo somos todos nosotros pecadores. ¿Qué está simbolizando el pozo aquí? Todas las formas en que buscamos, alegría y vida y felicidad. Lo hacemos lo he dicho tantas veces, a través del dinero y el poder y el placer y el honor y todo lo demás.
Y venimos a estos pozos, y sujetamos y bebemos. Pero volvemos a tener sed. Por supuesto que sí. Debemos porque esto no es gracia. Eso es transformar el agua, digamos así, en nuestra posesión. La tengo. Es mía. ¨El que beba del agua que YO le daré, nunca más tendrá sed¨. ¿Por qué? Porque el agua que está dando JESUS es el agua de la gracia divina. Y eso nunca se termina, se provee en tanto la recibamos y la demos. Y luego tendremos más. Cuando obtengamos más de ella, démosla inmediatamente. Y se encontrarán, escuchen ahora, ¨Un manantial capaz de dar la vida eterna¨. La tragedia central de nuestras vidas pecaminosas es que pensamos que seremos felices sujetando y llenándonos con lo que sea. Ir a este pozo y a aquel pozo, bebiendo, tomando. Por eso no nos satisface. Al contrario. Antes bien el agua que les daré dice JESUS -esa es el agua de la gracia- se convierte en agua en ti que brota de la vida eterna, y nunca tendrás sed de nuevo. ELABOREN LA MANERA DE HACER DE SUS VIDAS UN REGALO. SERÁN FELICES. Encuentren la manera de regalar lo que han recibido. El secreto de la infelicidad es regresar una y otra vez a estos pozos y beber y tomar. Allí están los israelitas en las aguas de Meribá. DAME TENGO SED. Dame, dame. Bueno no recibirás esta gracia así. ¿Quieres el agua del manantial que da la vida eterna? Da la gracia que se te ha dado. Noten en esa historia, pero adoro que al final cuando la mujer llega a comprender quién es JESÚS y la verdad que le está transmitiendo. Dice, ¨dejó su cántaro¨. Piensen en esa mujer, día, tras día llevando el cántaro hasta el pozo y llenándolo con agua, y que pesado que es. ¿Todos han llevado agua con el cántaro? Que pesado es bajo el peso de ese patrón de pecado adictivo. La mujer no necesita ir a esos pozos una y otra vez. HA ENCONTRADO LA FUENTE DE LA VIDA ETERNA. UDS. también pueden dejar el peso de sus adicciones. Y no se lo que es. UDS. conocen el pozo al que han estado acudiendo una y otra y otra vez para ser felices y nunca funcionó. Suéltenlo… Dejen de sujetarlo y hagan de sus vidas un regalo. Y luego, por supuesto, de forma hermosa, al final de la historia habiendo dejado el cántaro va al pueblo y anuncia: ¨Vengan a ver a UN HOMBRE que ma ha dicho todo lo que he hecho¨. Bueno no literalmente pero en cierto modo, sí porque Él ha destapado el patrón pecaminoso
por el cual ella vivió toda su vida. Le ha dicho todo, lo que ella ha hecho, esta interminable travesía por felicidad yendo a esto pozos. Y ella llega al pueblo como una evangelista, ofreciendo una palabra de liberación: MIREN PUEDEN TENER LO MISMO QUE ENCONTRÉ. MI DEFINICIÓN FAVORITA DE LA EVANGELIZACIÓN, SEAN APÓSTOLES, SEAN QUIENES LLEVEN BUENAS NOTICIAS A LOS DEMÁS, una persona famélica diciéndole a otra persona famélica donde puede encontrar pan. Eso es lo que es ella, esta persona eternamente sedienta diciéndole a otra gente sedienta cómo puede satisfacer su sed. Dejen de intentar llenar sus vidas y paren de sujetar y tomar y den lo que se le ha dado. A JESUS VIVO. CON AMOR DE CORAZON A CORAZON DESDE PAX CON JESUS Y MARIA.
Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús se encuentra con una mujer samaritana. A lo largo del Antiguo Testamento vemos que los pozos son lugares de encuentro. El criado de Abraham encontró una esposa para Isaac junto a un pozo; Jacob conoció a su esposa, Raquel cerca de un pozo.
Por lo tanto, cuando San Juan nos dice que Jesús se encuentra con una mujer en el pozo de Jacob, deberíamos esperar que algo parecido a un matrimonio esté por suceder. La mujer samaritana, dice San Agustín, representa a la Iglesia, que es la novia de Jesús.
La mujer samaritana le dice a Jesús que no está casada. Jesús responde con claridad devastadora: “Tienes razón al decir que no tienes marido, porque has tenido cinco y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad”. Pensemos en los cinco maridos como cinco caminos errantes que la mujer ha tomado. Se ha “casado” con la riqueza, el placer, el honor, el poder, las cosas materiales, etc. Pensemos en ello como cinco ideologías o gurús que ha seguido, con la esperanza de encontrar alegría.
El punto de la historia es Jesús que propone matrimonio a la mujer, a su novia, la Iglesia. Solo en Él la raza humana encontrará la felicidad, la paz y un “manantial de agua que mana hacia la vida eterna”.
«Poco a poco, la mujer samaritana entiende que quien le ha pedido de beber, puede saciarla. Jesús se le presenta como la fuente de la que brota el agua viva que apaga para siempre su sed. La existencia humana revela aspiraciones ilimitadas: la búsqueda de la verdad, la sed de amor, de justicia y libertad. Son deseos satisfechos sólo en parte, porque desde lo más profundo de su ser el hombre se mueve hacia un «más», un absoluto capaz de satisfacer su sed de manera definitiva».
(Homilía de S.S. Francisco, 25 de enero de 2015).
Luis Orione, Santo
Sacerdote y Fundador, 12 de marzo
Por: . | Fuente: vatican.va
Sacerdote y Fundador
Martirologio Romano: En Sanremo, en la región de Liguria, en Italia, san Luis Orione, presbítero, que instituyó la Pequeña Obra de la Divina Providencia, para bien de los jóvenes y de todos los marginados. († 1940)
Fecha de beatificación: 26 de octubre de 1980 por S.S. Juan Pablo II
Fecha de canonización: 16 de mayo de 2004, durante el pontificxado de S.S. Juan Pablo II
Breve Biografía
Luis Orione nació en Pontecurone, diócesis de Tortona, el 23 de junio de 1872. A los 13 años fue recibido en el convento franciscano de Voghera (Pavía) que abandonó después de un año por motivos de salud. De 1886 a 1889 fue alumno de San Juan Bosco en el Oratorio de Valdocco de Turín.
El 16 de octubre de 1889 entró en el seminario de Tortona. Siendo todavía un joven clérigo, se dedicó a vivir la solidaridad con el prójimo en la Sociedad de Mutuo Socorro San Marciano y en la Conferencia de San Vicente. El 3 de julio de 1892, abrió en Tortona el primer Oratorio para cuidar la educación cristiana de los jóvenes. Al año siguiente, el 15 de octubre de 1893, Luis Orione, un clérigo de 21 años, abrió un colegio para chicos pobres en el barrio San Bernardino.
El 13 de abril de 1895, Luis Orione fue ordenado sacerdote y, al mismo tiempo, el Obispo impuso el hábito clerical a seis alumnos de su colegio. En poco tiempo, Don Orione abrió nuevas casas en Mornico Losana (Pavía), en Noto (Sicilia), en Sanremo, en Roma.
Alrededor del joven Fundador crecieron clérigos y sacerdotes que formaron el primer núcleo de la Pequeña Obra de la Divina Providencia. En 1899 inició la rama de los ermitaños de la Divina Providencia. El Obispo de Tortona, Mons. Igino Bandi, con Decreto del 21 de marzo de 1903, reconoció canónicamente a los Hijos de la Divina Providencia (sacerdotes, hermanos coadjutores y ermitaños), congregación religiosa masculina de la Pequeña Obra de la Divina providencia, dedicada a «colaborar para llevar a los pequeños, los pobres y el pueblo a la Iglesia y al Papa, mediante las obras de caridad», profesando un IV voto de especial «fidelidad al Papa».
En las primeras Constituciones de 1904, entre los fines de la nueva Congregación aparece el de trabajar «para alcanzar la unión de las Iglesias separadas».
Animado por una gran pasión por la iglesia y por la salvación de las almas, se interesó activamente por los problemas emergentes en aquel tiempo, como la libertad y la unidad de la Iglesia, la «cuestión romana», el modernismo, el socialismo, la cristianización de las masas obreras.
Socorrió heroicamente a las poblaciones damnificadas por los terremotos de Reggio y de Messina (1908) y por el de la Marsica (1915). Por deseo de Pío X fue Vicario General de la diócesis de Messina durante tres años.
A los veinte años de la fundación de los Hijos de la Divina Providencia, como en «una única planta con muchas ramas», el 29 de junio de 1915 dio inicio a la Congregación de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, animadas por el mismo carisma fundacional y, en el 1927, las Hermanas adoratrices Sacramentinas invidentes, a las que se añadirán después las Contemplativas de Jesús Crucificado.
Organizó a los laicos en las asociaciones de las «Damas de la Divina Providencia», los «Ex Alumnos» y los «Amigos». Después tomará cuerpo el Instituto Secular Orionino y el Movimiento Laical Orionino.
Después de la primera guerra mundial (1914-1918) se multiplicaron las escuelas, colegios, colonias agrícolas, obras caritativas y asistenciales. Entre las obras más características, creó los «Pequeños Cottolengos», para los que sufren y los abandonados, surgidos en la periferia de las grandes ciudades como «nuevos púlpitos» desde los que hablar de Cristo y de la Iglesia, «faros de fe y de humanidad».
El celo misionero de Don Orione, que ya se había manifestado con el envío a Brasil en 1913 de sus primeros religiosos, se extendió después a Argentina y Uruguay (1921), Inglaterra (1935) y Albania (1936). En 1921-1922 y en 1934-1937, él mismo realizó dos viajes a América Latina, Argentina, Brasil y Uruguay, llegando hasta Chile.
Gozó de la estima personal de los Papas y de las autoridades de la Santa Sede, que le confiaron numerosos y delicados encargos para resolver problemas y curar heridas tanto dentro de la Iglesia como en las relaciones con el mundo civil. Fue predicador, confesor y organizador infatigable de peregrinaciones, misiones, procesiones, «belenes vivientes» y otras manifestaciones populares de la fe. Muy devoto de la Virgen, promovió su devoción por todos los medios y, con el trabajo manual de sus clérigos, construyó los santuarios de la Virgen de la Guardia en Tortona y de la Virgen de Caravaggio en Fumo.
En el invierno de 1940, intentando aliviar los problemas de corazón y pulmones que sufría, fue a la casa de Sanremo, aunque, como decía, «no es entre las palmeras donde deseo vivir y morir, sino entre los pobres que son Jesucristo». Después de tan sólo tres días, rodeado del afecto de sus hermanos, Don Orione falleció el 12 de marzo de 1940, suspirando «!Jesús! !Jesús! Voy».
Su cuerpo, intacto en el momento de la primera exhumación en 1965, fue puesto en un lugar de honor en el santuario de la Virgen de la Guardia de Tortona, después de que, el 26 de octubre de 1980, Juan Pablo II inscribiera su nombre en el elenco de los Beatos.
Su Santidad Juan Pablo II lo canonizó el 16 de Mayo de 2004.
San Luis Orione y sus muchas fundaciones
Aleteia
Conoce a un sacerdote que inició muchas grandes obras, entre ellas el Cottolengo y las Hermanas Adoratrices invidentes
San Luis Orione (Don Orione) nació en Pontecurone (Italia) el 23 de junio de 1872. A los 13 años decide ser religioso e ingresa en el convento franciscano de Voghera. Pero su mala salud hace imposible este deseo. Dios tenía otros planes para él.
A los catorce, y durante tres años, será discípulo de san Juan Bosco en el Oratorio de Valdocco, en Turín, e ingresa en el seminario de Tortona.
Antes de ser sacerdote ya pone en marcha un colegio para niños pobres en el barrio turinés de san Bernardino.
En abril de 1895 es ordenado y funda la Pequeña Orden de la Divina Providencia. Cuatro años más tarde, los Ermitaños de la Divina Providencia.
Atendían a enfermos, ancianos y toda clase de personas sin recursos. En 1903 reciben la aprobación del obispo de Tortona.
Expansión
En 1915 funda las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad y pone en marcha el primer Cottolengo.
En poco tiempo levanta sedes en Pavía, Roma, Sicilia… No faltan las incomprensiones y las dificultades de todo tipo.
Funda también las Hermanas Sacramentinas Adoratrices Invidentes (de religiosas ciegas) y las Contemplativas de Jesús Crucificado.
Ayuda a las víctimas de los terremotos de Reggio, Messina y Marsica.
El Papa sigue su tarea y le impulsa a nuevos retos. Envía misioneros por Europa y América del Sur.
Él mismo viaja hasta los países del Cono Sur para impulsar la tarea en 1921. A su regreso, sigue fundando: las Damas de la Divina Providencia, los «Ex Alumnos» de los colegios, los «Amigos»…
San Luis Orione falleció el 12 de marzo de 1940, a los 67 años, en San Remo.
La reliquia de su corazón está desde el año 2000 en Claypole (Buenos Aires, Argentina).
Su cuerpo incorrupto se encuentra en el santuario de Nuestra Señora de la Guardia, en Tortona, cerca de Génova (Italia).
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Oración
Oh, Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo:
Te adoramos y te damos gracias
por el gran amor que has infundido en el corazón de san Luis Orione
y por habernos dado en él al apóstol de la caridad, al padre de los pobres,
al bienhechor de la humanidad dolorida y desamparada.
Concédenos imitar el amor ardiente y generoso que san Luis Orione ha mostrado hacia Ti, la Santísima Virgen María, la Iglesia, el Papa y todos los afligidos.
Por sus méritos e intercesión, concédenos la gracia que te pedimos
para experimentar tu Divina Providencia (hacer la petición).
Gloria al Padre (tres veces).
—no solo de vida física sino de la vida divina de la gracia. El agua para cuerpos
Dame de beber
Santo Evangelio según san Juan 4, 5-42. Domingo III de Cuaresma
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, tengo sed. Estoy cansado de esta absurda rutina que agobia mi tiempo. La búsqueda frenética de felicidad fuera de ti, ha desgastado mis años. Ayúdame, dame tu luz para que esta oración me ayude a reconocer que sólo en tu corazón descansará mi alma.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 4, 5-42
En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaria, llamado Sicar, cerca del campo que dio Jacob a su hijo José. Ahí estaba el pozo de Jacob. Jesús, que venía cansado del camino, se sentó sin más en el brocal del pozo. Era cerca del mediodía. Entonces llegó una mujer de Samaria a sacar agua y Jesús le dijo: «Dame de beber» (Sus discípulos habían ido al pueblo a comprar comida). La samaritana le contestó: «¿Cómo es que tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?». (Porque los judíos no tratan a los samaritanos). Jesús le dijo: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva». La mujer le respondió: «Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua y el pozo es profundo, ¿cómo vas a darme agua viva? ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del que bebieron él, sus hijos y sus ganados?». Jesús le contestó: «El que bebe de esta agua vuelve a tener sed. Pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed; el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un manantial capaz de dar la vida eterna». La mujer le dijo: «Señor, dame de esa agua para que no vuelva a tener sed ni tenga que venir hasta aquí a sacarla». Él le dijo: «Ve a llamar a tu marido y vuelve». La mujer le contestó: «No tengo marido». Jesús le dijo: «Tienes razón en decir ‘No tengo marido’. Has tenido cinco, y el de ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad». La mujer le dijo: «Señor, ya veo que eres profeta.
Nuestros padres dieron culto en este monte y ustedes dicen que el sitio donde se debe dar culto está en Jerusalén». Jesús le dijo: «Créeme, mujer, que se acerca la hora en que ni en este monte ni en Jerusalén adorarán al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos. Porque la salvación viene de los judíos. Pero se acerca la hora, y ya está aquí, en que los que quieran dar culto verdadero adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así es como el Padre quiere que se le dé culto. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad». La mujer le dijo: «Ya sé que va a venir el Mesías (es decir, Cristo). Cuando venga, él nos dará razón de todo». Jesús le dijo: «Soy yo, el que habla contigo». En esto llegaron los discípulos y se sorprendieron de que estuviera conversando con una mujer; sin embargo, ninguno le dijo: «¿Qué le preguntas o de qué hablas con ella?». Entonces la mujer dejó su cántaro, se fue al pueblo y comenzó a decir a la gente: «Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será éste el mesías?». Salieron del pueblo y se pusieron en camino hacia donde él estaba. Mientras tanto, sus discípulos le insistían: «Maestro, come». Él les dijo: «Yo tengo por comida un alimento que ustedes no conocen». Los discípulos comentaban entre sí: «¿Le habrá traído alguien de comer?». Jesús les dijo: «Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y llevar a término su obra. ¿Acaso no dicen ustedes que todavía faltan cuatro meses para la siega? Pues bien, yo les digo: Levanten los ojos y contemplen los campos, que ya están dorados para la siega. Ya el segador recibe su jornal y almacena frutos para la vida eterna. De este modo se alegran por igual el sembrador y el segador. Aquí se cumple el dicho: ‘Uno es el que siembra y otro el que cosecha’. Yo los envié a cosechar lo que no habían trabajado. Otros trabajaron y ustedes recogieron su fruto». Muchos samaritanos de aquel poblado creyeron en Jesús por el testimonio de la mujer: ‘Me dijo todo lo que he hecho’. Cuando los samaritanos llegaron a donde él estaba, le rogaban que se quedara con ellos, y se quedó allí dos días. Muchos más creyeron en él al oír su palabra. Y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú nos has contado, pues nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es, de veras, el salvador del mundo».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Por amor quieres necesitar de nosotros, por amor nos llamas y nos buscas sin descanso. Por amor nos pides de beber cuando en realidad somos nosotros los sedientos. Somos nosotros los que necesitamos llenarnos del agua viva que eres Tú.
Cuántas veces sentimos un vacío interior; parece que nuestra vida no tiene algún propósito concreto. Experimentamos un vacío existencial que brota de esa sed de sentido, de felicidad de plenitud que grita continuamente nuestro corazón. Pero el problema comienza cuando tratamos de saciar esa sed con otras cosas. Es cuando la sed, en lugar de saciarse, se vuelve más fuerte; cuando la búsqueda misma acaba con nuestras fuerzas y terminamos irradiando toda esa frustración hacia nuestros seres queridos.
Entonces sí, la culpa cobra nuevas fuerzas y los sentimientos de vacío viene acompañados con la tristeza y melancolía. Pero qué dramático suena todo esto. Parece una descripción pesimista de la vida. Pareciese la descripción de alguien que está en depresión. Pero no, es simplemente el diálogo de un corazón que habiendo sido creado para amar, expresa su frustración e infelicidad al ser silenciado con placebos que sólo encrudecen su sed. Es un corazón que, tras las caretas de la moda, el lujo y el bienestar, se desangra lentamente por no encontrar su plenitud en las cosas superficiales de la vida.
Hoy es el día, éste es el momento que tanto anhelaba mi corazón, hoy he venido a saciar la sed de mi alma en ti. Tú eres el agua viva, Tú eres la felicidad y plenitud de mi corazón; inflama mi corazón de amor por ti, Señor, para que no me separe jamás de ti. Sea cual sea la situación de pecado en la que me encuentre. Soy yo esa alma samaritana que buscar saciar su sed.
«Poco a poco, la mujer samaritana entiende que quien le ha pedido de beber, puede saciarla. Jesús se le presenta como la fuente de la que brota el agua viva que apaga para siempre su sed. La existencia humana revela aspiraciones ilimitadas: la búsqueda de la verdad, la sed de amor, de justicia y libertad. Son deseos satisfechos sólo en parte, porque desde lo más profundo de su ser el hombre se mueve hacia un «más», un absoluto capaz de satisfacer su sed de manera definitiva».
(Homilía de S.S. Francisco, 25 de enero de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Haré una visita a Jesús en la eucaristía poniéndole todos mis proyectos y sueños en sus manos, reconociéndolo como el Señor de mi vida, el que sólo puede colmar mi corazón.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.