Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

(128) 30 I 1938.  Retiro espiritual de un día.

Durante la meditación el Señor me indicó que mientras el corazón lata en mi pecho, debo procurar siempre que el reino de Dios se extienda en la tierra.  He de luchar por la gloria de mi Creador.

Sé que daré a Dios la gloria que espera de mí, si trato de colaborar fielmente con la gracia de Dios.

Reflexión: El Reino de Dios

30-1-1938. Retiro espiritual de un día.

El Señor me indicó que mientras el corazón lata en mi pecho, debo procurar, siempre que el reino de Dios se extienda en la Tierra. “Venga a nosotros tu reino”. Que llegue nuestro reino, que se acreciente, que se extienda tu reino en la Tierra, que allí donde no es amado ni conocido, que lo sea; que todos completen en sí mismos la obra de su encarnación y redención. ¿Y dónde es conocido y amado nuestro Señor? ¡Pequeño, muy pequeño es el reino de Jesucristo! ¡Por donde quiera es perseguido nuestro Señor! Qué venga tu reino es lo que debemos desear y pedir buscar todos los amigos de nuestro Señor. Que venga tu Reino. Si primero buscamos el Reino de Dios, todo lo demás vendrá por añadidura.

Venga tu reino: es un deseo de que Dios reine en nuestra mente, en nuestro corazón, en nuestro hogar, en la sociedad, en la nación y en el mundo entero. Debemos pedir que el proyecto de Dios, su gran obra que Dios, quiere realizar entre los hombres, se lleve a cabo. Toda la predicación de Jesús se centra en la llegada de ese Reino de Dios, y en la necesidad que el hombre tiene que aceptar ese Reino para poder salvarse. Jesús proclamaba la Buena Nueva de Dios. “El plazo está vencido, el Reino de Dios ha llegado. Tomen otro camino y crean en la Buena Nueva”.

A los apóstoles les dirá: “Digan a la gente: El reino de Dios ha llegado a ustedes” (Lvc 10,9).

El Reino de Dios: es el reino de la verdad, el Reino de la Gracia y de la vida, de la identidad, es el Reino de la paz, del amor, es universal, que reine en el mundo entero.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda el reino de Dios, a ti y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce