Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

En ese momento el Señor me ha hecho saber lo celoso que es de mi corazón.

Cuando aún entre las hermanas te sientas sola, sabes que deseo que te unas a Mi más estrechamente.  Me importa cada latido de tu corazón; cada destello de tu amor se refleja en Mi Corazón, estoy sediento de tu amor.  Si, oh Jesús, pero mi corazón tampoco sabría vivir sin Ti, porque aunque me ofrecieran los corazones de todas las criaturas, ellas no saciarían los profundos deseos de mi corazón.

Reflexión: Amor de Jesucristo

En ese momento el Señor me ha hecho saber lo celoso que es de mi corazón.

Me importa cada latido de tu corazón; cada destello de tu amor se refleja en mi corazón, estoy sediento de tu amor.

Jesucristo merece y quiere todo mi amor pues en Él se encuentran, todas las bellezas, bondades y perfecciones. Si lo viera un solo instante, al punto se derretiría mi alma en sentimientos de admiración y de amor, porque Jesús es hermoso, es bueno y amable porque Jesús es misericordioso.

Jesús me amó el primero cuando yo no le amaba, abierto está su corazón sobre mí aguardó que se despertara el mío para pedírmelo. Él me amó desde toda la eternidad; siempre he estado presente a sus ojos. Jesús me ama personalmente lo mismo que si no tuviera en el mundo ninguno más a quien amar. Jesús me amaba con un amor de ternura, con amor generoso, con amor personal. Soy el fin de sus dones y gracias y el objeto predilecto de su amor. Soy el fin de la encarnación. Por mí personalmente, por amarme con amor divino y humano a la vez se hizo hombre. Por mí sufrió desde el pesebre, hasta el calvario. Me dice Jesús lo hago por ti, hijo mío, para manifestarte mi amor y ganarme el tuyo. Para mí personalmente para ser víctima de propiciación y mi pan del cielo instituyo. Jesús el sacramento perpetuo de la eucaristía. ¡Oh es posible Dios mío, que vuestro amor haya llegado hasta tanto! ¿Pero quién soy yo bondadoso Señor mío, para ser objeto de tanto amor? Recuerden hermanos, Jesús me amaba con amor apasionado.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda su amor, a ti y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce