Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
Cuando me quejé a Jesús de cierta persona: Jesús, ¿cómo es posible que esa persona emita un juicio semejante incluso sobre la intención? El Señor me contestó: No te extrañes de esto; esa alma no se conoce a sí misma, pues ¿cómo puede emitir un juicio justo sobre otra alma?
Reflexión: Conocimiento de mí mismo I
Esa alma no se conoce a sí misma pues, ¿Cómo puede emitir un juicio sobre otra alma? En la meditación anterior; el fondo de mi ser es lo que hemos visto. Veamos ahora en qué estado me encuentro. 1. ¿Cuál es la naturaleza de mi cuerpo? ¿Es perfecto o deforme, sano o enfermo? ¿Qué falta todavía a la santificación de mi cuerpo? 2. Cuál es mi carácter: ¿es vivo o lento, tenaz o débil, atrevido o tímido? ¿Qué es lo que me domina? ¿Será el ansia de reputación de la estima de los hombres, de la gloria de la ciencia? ¿o bien del apetito desordenado de los bienes de este mundo de alguna creatura? ¿O quizá la propensión a la comodidad al bienestar al confort a la independencia? 3. ¿Cuál es la pasión dominante de mi vida? ¿Qué idea viene a ser la inspiradora habitual de mis pensamientos y deseos? ¿Cuál es el centro de mis afectos, sobre que suelen ser las tentaciones? ¿Qué es lo que me entristece o me pone contento? ¿Cuál es el objeto de mis antipatías o simpatías? 4. ¿Cuáles son mis costumbres religiosas? ¿Qué oraciones hago diariamente? ¿Cuál es el tema ordinario de meditación y qué método empleó en ella? ¿Qué es lo que domina en la meditación, las reflexiones o los afectos? ¿En qué estado me encuentro de la oración? ¿Qué fruto saco? ¿Hago fielmente el examen de conciencia particular? ¿Con qué paciencia me confieso o comulgo? ¿Con qué método lo hago? 5. ¿Siento algún atractivo de la gracia? ¿Cual? ¿Cuál es mi especial devoción? ¿Tengo mucha devoción al Santísimo Sacramento a la Virgen María? 6. ¿Se encuentra en paz mi alma? ¿Estoy contento de Dios y lo está Él de mí? Paz a los hombres de buena voluntad.
Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda el conocimiento de ti mismo, y a ti y tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce