Mark 2:18-22

Amigos, en el Evangelio de hoy el Señor nos dice que Sus discípulos no ayunan porque Dios está celebrando un gran banquete de bodas. 

En todo el Antiguo Testamento encontramos el tema de las bodas como escena que representa la alianza de Dios con Su pueblo. Hemos caído en pecado. Hemos estado en el exilio. ¿Y qué desea Dios? Volver a unirnos a un gran banquete de bodas. 

A lo largo del ministerio de Jesús encontramos el mismo tema: Él reunirá a las tribus dispersas, sí, la élite, pero también a los pecadores y a los marginados. Todos son bienvenidos a la mesa del Señor, estableciendo un banquete de bodas y la unidad que Dios quiere con Su pueblo. 

Jesús se presenta como la unión del Cielo y la tierra. Él es la unión de la divinidad y la humanidad en Su propia persona. Él es el banquete de bodas. “¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, y los tuyos no?” ¡Porque un gran banquete está sucediendo! 

¿Qué significa esto? ¿Que cambia la ley? ¡No! Significa, más bien, que la ley está al servicio del hombre que está al servicio de Dios, y que por eso el hombre tiene que tener el corazón abierto. La actitud de los que dicen: “Siempre se ha hecho así”, en realidad nace de un “corazón cerrado”. En cambio, Jesús nos dijo: “Enviaré al Espíritu Santo y Él os conducirá a la verdad plena”. Por lo tanto, si tú tienes el corazón cerrado a la novedad del Espíritu, nunca llegarás a la verdad plena. (…) Este es el mensaje que hoy nos da la Iglesia y que Jesús dice con tanta fuerza: “¡Vino nuevo en odres nuevos!”. Porque ante las novedades del Espíritu, ante las sorpresas de Dios, también las costumbres deben renovarse. Que el Señor nos dé la gracia de un corazón abierto, un corazón abierto a la voz del Espíritu, que sepa discernir lo que nunca debe cambiar, porque es fundamento, de aquello que tiene que cambiar para poder recibir la novedad del Espíritu Santo. (Homilía Santa Marta del 18 de enero de 2016)

Marcelo I, Santo

XXX Papa, 16 de enero

Martirologio Romano: En Roma, en el cementerio de Priscila, en la vía Salaria Nueva, sepultura de san Marcelo I, papa, que, como recuerda el papa san Dámaso, fue un verdadero pastor, por lo que sufrió mucho, siendo expulsado de su patria y muriendo en el destierro por haber sido denunciado falsamente ante el tirano por algunos que despreciaban la penitencia que les había impuesto (309).

Etimología: Marcelo = relativo al dios Marte, es de origen latino.

Breve Biografía

El papa san Marcelo I (308-309), fue elegido después de cuatro años de la muerte del papa san Marcelino debido a la persecución del emperador Diocleciano (303 al 305).

Le tocó hacerle frente a la crisis dejada entre los cristianos por dicha persecución y que por miedo al martirio habían apostatado de su fe o simplemente abandonado las prácticas religiosas, pero ahora querían regresar a la Iglesia. Decretó que aquellos que deseaban volver a la Iglesia tenían que hacer penitencia por haber renegado de la fe durante la persecución.

Los que estaban en contra de esta decisión consiguieron que el emperador Majencio lo desterrara.

Según el «Libro Pontifical», el Papa Marcelo se hospedó en la casa de una laica muy piadosa de nombre Marcela, y desde ahí, siguió dirigiendo a los cristianos. Al enterarse el Emperador, obligó al Pontífice a relalizar trabajos forzosos en las caballerías y pesebres imperiales que fueron trasladados a esa zona.

Murió en el exilio el 16 de enero de 309. Su cuerpo fue devuelto a Roma y sepultado en el cementerio de Priscila.

Durante su pontificado se dedicó a volver a edificar los templos destruidos en la persecución. Dividió Roma en veinticinco sectores con un presbítero o párroco al frente de cada uno de ellos. Su carácter enérgico, aunque moderado, llevo a que ordenase que ningún concilio se pudiese celebrar sin su autorización explícita.

Un odre no es una pieza única

Santo Evangelio según san Marcos 2,18-22. Lunes II del Tiempo Ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, vengo ante ti para pasar este momento de oración en tu presencia. Quiero estar contigo. Necesito de ti. Dame la gracia de conocerte un poco más en esta oración. Permíteme entrar en la intimidad de tu Corazón y descubrir qué es lo que quieres de mí en este momento concreto de mi vida. Aumenta mi fe, mi confianza y mi caridad. Dame un celo apasionado por la salvación de las almas, y porque más y más personas te conozcan y te amen.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 2,18-22

En una ocasión en que los discípulos de Juan el Bautista y los fariseos ayunaban, algunos de ellos se acercaron a Jesús y le preguntaron: “¿Por qué los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan, y los tuyos no?”. Jesús les contestó: “¿Cómo van a ayunar los invitados a una boda, mientras el esposo está con ellos? Mientras está con ellos el esposo, no pueden ayunar. Pero llegará el día en que el esposo les será quitado y entonces sí ayunarán. Nadie le pone un parche de tela nueva a un vestido viejo, porque el remiendo encoge y rompe la tela vieja y se hace peor la rotura. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino rompe los odres, se perdería el vino y se echarían a perder los odres. A vino nuevo, odres nuevos”.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

En este Evangelio me hablas de odres nuevos, de telas nuevas. Efectivamente, es un año nuevo lo que me presentas por delante. Y entonces, es así como este pasaje toma sentido en mi vida.

A vino nuevo, odres nuevos. Este año es una nueva oportunidad que me das para rellenar el odre de mi vida del vino nuevo. Tu gracia es este vino nuevo y bueno que viene a dar sabor y sentido a mi existencia. Debo ser yo el que reciba ese vino y lo deposite en el mejor recipiente posible para que perdure y se disfrute al máximo. Dame la gracia, Señor, de que mi vida, en este nuevo año que me das, sea odre nuevo; sea una vida nueva en la que puedas depositar tu gracia y dejarla actuar en toda su plenitud.

Un odre no es una pieza de cuero única, sino que es la unión de varias piezas de cuero que pegadas o cosidas forman el contenedor. Así también mi vida está hecha de pequeñas piezas que unidas por el amor son la mejor disposición para que entre el vino de tu gracia, el vino de tu amor. Mi vida puede empezar a cambiar para transformarse en odre nuevo con mis actos de servicio, de benedicencia, de humildad, de amor, con mi oración y mi trabajo diario.

Dame la gracia, Jesús, al inicio de este año, de dejar de ser odre viejo y cambie esos aspectos de mi vida que agujeran mi alma y no permiten que tu gracia se mantenga fresca, buena y en abundancia. A ti no te importa tanto el tamaño de mi odre, la calidad, la marca… no. A ti te interesa que sea capaz de recibir, acoger tu gracia y saberla compartir con el que la necesita.

«El Señor no sólo no se cansa de perdonarnos sino que renueva también el odre en que recibimos su perdón. Utiliza un odre nuevo para el vino nuevo de su misericordia, para que no sea como un vestido con remiendos ni un odre viejo. Y ese odre es su misericordia misma: su misericordia en cuanto experimentada en nosotros mismos y en cuanto la ponemos en práctica ayudando a otros. El corazón misericordiado no es un corazón emparchado sino un corazón nuevo, re-creado. Ese del que dice David: “Crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme”».

(Meditación de S.S. Francisco, 2 de junio de 2016).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy procuraré disculpar de corazón a alguien que me pueda ofender o esté haciendo algo de mi desagrado.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Calidad del vino en el matrimonio

Él da las reglas y la gracia para poder ensanchar el corazón para amar a imitación suya

Por: María Teresa González Maciel | Fuente: Catholic.net

Muchos hombres y mujeres al decidir unir sus vidas, inician con la ilusión de ser un solo corazón, de vivir en armonía, de complementarse, respetarse, amarse, en pocas palabras de lograr la excelencia en el vino de su amor.

Algunos matrimonios al pasar el tiempo y al arribo de las tormentas, contrariedades, pruebas. Sienten y es verdad que no les alcanza el corazón para seguir amando a profundidad, para continuar alimentando y creciendo en su entrega. Y confiados en sus propias fuerzas permiten que su amor languidezca, se dañe de tal forma que el compromiso de amor inicial, quede nublado.

Otros matrimonios llegan a cumplir más de 20, 40, 60 años y continúan acrecentando ese amor, con miradas cálidas, entrelazando sus manos. Atentos en los detalles mutuos, con un paso cansado por el paso de los años, pero con un amor renovado, cuidándose y amándose. Logrando ese sabroso sabor de vino madurado, reposado, inmejorable, del que se puede percibir una fragancia espléndida.

¿Hay alguna fórmula para estas personas que logran ese vino genuino? ¿Qué elementos y en donde encontrarlos? Necesariamente han acudido al corazón Divino que es esencialmente AMOR. Ese corazón que conoce a la persona y nos dice como debe ser vista, respetada, amada. Él da las reglas y la gracia para poder ensanchar el corazón para amar a imitación suya.

Jesús nos propone en la primera carta a los Corintios 13 un estilo de amor:

•  El amor es Paciente. Acepta las molestias que se presentan con serenidad, buscando un bien mayor. Reconoce sus propias limitaciones y las del otro, esta serenidad es como el sol que favorece que los azúcares del vino maduren pronto. Lo contrario sería la reacción ansiosa, nerviosa y furiosa.

•  Bondadoso. Tiene que ver con el calor, la dulzura, sensibilidad, evitar reaccionar ante los momentos difíciles con enojo, indignidad, rencor. Disculpa las faltas de la persona amada.

•  No es envidiosa. Busca y apoya el bien del amado, lo que lo engrandece y lo perfecciona, sabe que la envidia seria como echar el vino en barriles contaminados, esto afecta     a la relación y puede hacer que el olor sea insoportable.

•  No es jactanciosa. No expone el vino al aire para que no cambie el color ni el sabor. Asume las propias fortalezas y debilidades, las aprovecha para hacer el bien al ser amado y no se vanagloria por ello, ni busca reconocimientos.

•  No es orgullosa. Se acepta con serenidad y goza de gran paz. No se ufana con sus logros ni se impacienta con las debilidades de la persona que ama.

•  Es decorosa. Logra el vino de excelencia con poca luz y la temperatura adecuada. Respeta su cuerpo y el de la otra persona que ama no se presta a vivir con desorden sexual, en la infidelidad.  No ve al esposo (a) como objeto que puede manejar, utilizar, o reemplazar.

•  No busca su interés. Antes encuentra gozo buscando el bien de la persona que ama. Cuidando el clima que favorece el sabor, generoso en el perdón.

•  No se irrita. Es cálido acepta la individualidad, temperamento y diferencias de la persona amada. Sabe llegar a acuerdos que benefician a los dos a través del diálogo cordial. 
     
•  No toma en cuenta el mal. Tiene un corazón misericordioso capaz de comprender la fragilidad de la naturaleza humana.

•  Todo lo excusa, y todo lo espera. Se centra en lo positivo y apoya su crecimiento.

•  No se alegra de la injusticia. Es noble, honesto, recto, respetuoso. Considera siempre la gran dignidad que tiene la persona que ama.

•  Se alegra con la verdad. Es decir, con la práctica del bien, se presenta con sinceridad transparencia para el amado.

•  Todo lo soporta. No se irrita ni responde con violencia Su actitud es sanadora, acepta, padece, se sostiene en el amor y la confianza en la persona que ama.

Al seguir estas reglas sabias la persona da orden a su relación, fortalece la unión en la donación, para vivir con plenitud, gozo, paz.

Vale la pena valorar como va el cultivo, el proceso del propio vino.  Escuchando a María que señala: “Hagan lo que Él os dice”.

«Aprendan a hacer el bien, busquen la justicia»

El Papa recuerda la Semana de oración por la unidad de los cristianos, del 18 al 25 de enero.

Tras el rezo del Ángelus del 15 de enero de 2023, el Papa recuerda la Semana de oración por la unidad de los cristianos, del 18 al 25 de enero, sobre el tema: «Aprendan a hacer el bien, busquen la justicia» y vincula el camino ecuménico al de la «conversión sinodal de la Iglesia». Nuevo llamamiento a no olvidar «al martirizado pueblo ucraniano que tanto sufre» con sentimientos, ayuda y oración.

Vigilia ecuménica de oración para confiar a Dios los trabajos de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, sobre el tema de la Sinodalidad, que tendrá lugar en octubre. El Papa Francisco lo anunció este domingo, tras el rezo del Ángelus, explicando que se organizará el sábado 30 de septiembre en la Plaza de San Pedro, y que «para los jóvenes que vendrán a la Vigilia habrá un programa especial durante todo ese fin de semana, organizado por la Comunidad de Taizé».

El Papa subrayó que «el camino para la unidad de los cristianos y el camino de la conversión sinodal de la Iglesia están unidos» y, de hecho, eligió anunciar este importante nombramiento después de haber recordado:×

“Del 18 al 25 de enero se celebrará la tradicional Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. El tema de este año está tomado del profeta Isaías: «Aprendan a hacer el bien, busquen la justicia». Agradezcamos al Señor, que con fidelidad y paciencia guía a su pueblo hacia la plena comunión, y pidamos al Espíritu Santo que nos ilumine y sostenga con sus dones”.

El pensamiento de Francisco se dirige a continuación a la amada y sufrida Ucrania:

“Hermanos y hermanas, no olvidemos al martirizado pueblo ucraniano que tanto sufre. Permanezcamos cerca de ellos con nuestros sentimientos, con nuestra ayuda, con nuestras oraciones”.

Finalmente saludó a los fieles españoles de Murcia y a los de Sciacca en Sicilia, deseando que «la visita a la tumba de Pedro fortalezca su fe y su testimonio».

MÚSICA

Nadie puede escuchar este “Agnus Dei” sin sentir escalofríos

Una de las magistrales interpretaciones del grupo de música corsa “I Muvrini”

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¿Se atreve aceptar un desafío? ¿Es capaz de escuchar la versión corsa del “Agnus Dei” sin sentir escalofríos?

Deje todo lo que esté haciendo y póngase los cascos para escuchar lo mejor posible, a pesar de que esta versión no sea de alta calidad.

Se trata de la interpretación realizada por el grupo musical “I Muvrini”, uno de los más conocidos de la música tradicional de la isla de Córcega.

Como explican “I Muvrini” el mundo necesita redescubrir el sentido de este “Agnus Dei”, el “Cordero de Dios” inocente, que se ha entregado por nuestra salvación.

Si prefiere, puede también escuchar otra interpretación de «I Murvrini” de este mismo canto: se trata de una grabación exclusivamente audio. No cuenta con las imágenes del vídeo, pero el audio es de mejor calidad.