Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
La humillación es [mi] alimento cotidiano. Comprendo que la esposa acepta todo lo que atañe a su Esposo, por eso la vestimenta del desprecio que lo ha cubierto a Él debe cubrirme a mí también. En los momentos en que sufro mucho, trato de callarme, porque desconfío de la lengua que en esos momentos es propensa a hablar de sí misma, en lugar de servirme para alabar a Dios por todos los beneficios y dones que me han sido proporcionados. Cuando recibo a Jesús en la Santa Comunión, le ruego con fervor que se digne sanar mi lengua para que no ofrenda con ella ni a Dios ni al prójimo. Deseo que mi lengua alabe a Dios sin cesar. Grandes culpas se cometen con la lengua. Un alma no llegará a la santidad si no tiene cuidado con su lengua.
Reflexión: Confianza en mi bondad
En los momentos en que sufro mucho trato de callarme porque desconfío de la lengua que en esos momentos es propensa a hablar de sí misma, en lugar de servirme para alabar a Dios por todos los beneficios y dones recibidos. Grandes culpas se cometen con la lengua. Un alma no llegará a la santidad sino tiene cuidado con su lengua.
Diálogo entre Dios y el alma que tiende a la perfección
El alma: Yo reconozco lo que es más perfecto y que te agrada más, pero enfrentó grandes obstáculos para cumplir lo que conozco.
Jesús: Niña mía, la vida en la tierra, es una lucha y una gran lucha por mi Reino, pero no tengas miedo, porque no estás sola. Y te respaldo siempre, así que apóyate en mi brazo y lucha sin temer nada. Toma el recipiente de la confianza y recoge de la fuente de la vida no solo para ti, sino que piensa también en otras almas y especialmente en aquellas que no tienen confianza en mi bondad.
El alma: Oh Señor, siento que mi corazón, se llena de tu amor, que los rayos de tu misericordia y tu amor han penetrado mi alma. Heme aquí, Señor, que voy para responder a tu llamada, voy a conquistar las almas sostenida por tu gracia, estoy dispuesta seguirte. Señor no solamente al Tabor, sino también al Calvario. Deseo traer las almas a la fuente de tu Misericordia para que en todas las almas se refleje el resplandor de los rayos de tu misericordia para que la casa de Nuestro Padre esté llena y cuando el enemigo comience a tirar flechas contra mí, entonces me cubriré con tu misericordia como con un escudo.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda confianza en su bondad, a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.