Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Un día vi interiormente lo mucho que iba a sufrir mi confesor. Los amigos lo abandonarán y todos se opondrán a usted y las fuerzas físicas disminuirán. Lo vi como un racimo de uva elegido por el Señor y arrojado bajo la prensa de los sufrimientos, su alma, Padre, en algunos momentos estará llena de dudas respecto a mí y a esta obra. Y vi como si Dios Mismo le fuera contrario, y pregunté al Señor ¿por qué se portaba así con él?, como si le dificultara lo que le encomendaba. Y el Señor dijo: Me porto así con él para dar testimonio de que esta obra es Mía. Dile que no tenga miedo de nada, Mi mirada esta puesta en él, día y noche. En su corona habrá tantas coronas cuantas almas se salvarán a través de esta obra. Yo no premio por el éxito en el trabajo sino por el sufrimiento.
Reflexión: Según tu voluntad
Un día vi interiormente lo mucho que iba a sufrir mi confesor. Y pregunté al Señor, ¿Por qué se portaba así con él? Me porto así con él para dar testimonio de que está obra es mía. Dile que no tenga miedo de nada. Yo no premio por el éxito en trabajo sino por el sufrimiento.
Diálogo de Dios con el alma que sufre. Has de saber además que por estas tinieblas de los que he pasado primero yo por ti en el huerto de los olivos, mi alma estuvo estrujada por una tristeza mortal y te doy a ti una pequeña parte de estos sufrimientos debido a mi especial amor a ti y el alto grado de santidad que te destinó en el cielo. El alma que sube es la que más cerca está de mi corazón.
El alma: Señor, ¿Qué hacer si me desprecian y rechazan los hombres, aquellos con quienes tuve derecho de contar en los momentos de mayor necesidad?
Jesús: Niña mía, haz el propósito de no contar nunca con los hombres. Harás muchas cosas si te abandonas totalmente a mi voluntad y dices: Hágase en mí oh Dios, no según lo que yo quiero, sino según tu voluntad. Has de saber que estas palabras pronunciadas del fondo de mi corazón en un solo instante elevan al alma a las cumbres de la santidad. Me complazco especialmente en tal alma. Tal alma llena el cielo con tal pagancia de sus virtudes. Pero has de saber que la fuerza que tienes dentro de ti para soportar los sufrimientos la debes a la frecuente Santa comunión pues ven a menudo a esta fuente de la misericordia y con el recipiente. El alma: Gracias oh Señor por tu bondad por haberte quedado con nosotros como Dios de Misericordia. A la luz de los rayos de tu Misericordia he conocido cuanto me amas.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda un diálogo misericordioso, a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.