Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

A menudo, le pido a Jesús la inteligencia iluminada por la fe.  Lo expreso al Señor en estas palabras:  Jesús, dame la inteligencia una gran inteligencia sólo para que pueda conocerte mejor; porque cuanto más Te conozca, tanto más ardientemente Te amaré.  Jesús.  Te pido una inteligencia poderosa para que pueda comprender las cosas divinas y elevadas, Jesús, dame una gran inteligencia con la que llegaré a conocer Tu esencia divina y Tu vida interior, trinitaria.  Capacita mi mente con Tu gracia especial.  Aunque yo conozco la capacitación por la gracia que me concede la Iglesia, no obstante existe un gran tesoro de gracias que tú, oh Señor, concedes cuanto Te lo pedimos.  Y si mi súplica no Te agrada, Te pido que no me des inclinación a tal oración.

Reflexión: La inteligencia

A menudo le pido a Jesús, la inteligencia iluminada por la Fe. Jesús dame la inteligencia, una gran inteligencia, solo para que pueda conocerte mejor, porque cuanto más te conozca tanto más ardientemente te amaré.

Existe un conocimiento de Dios y de lo que a Él se refiere al que sólo se llega con santidad. El Espíritu Santo mediante el don de sabiduría, lo pone al alcance de las almas sencillas que aman al Señor. Es un saber que no se aprende en libros sino que es comunicado por Dios mismo al alma iluminando y llenando de amor a un tiempo la mente y el corazón, el entendimiento y la voluntad. Mediante la luz de la Inteligencia que da el amor, el cristiano tiene un conocimiento más íntimo y gustoso de Dios y de sus misterios. Entonces, ¿Quién será capaz de separarme de aquel a quien amo y de quien soy amado?

Pero cuidado, ¡con la pereza! La inteligencia es perezosa para las cosas de la gracia. No hay que dejarla pasar demasiado ligeramente sobre las reflexiones, señal manifiesta de pereza es no meditar seriamente so pretexto de que hace tiempo se conocen los deberes. Porque toda virtud que no sea consecuencia de madura reflexión es efímera, por lo mismo que no hay convicción que la sustente.

Y cuando la Inteligencia no llega a encendernos, tomad un libro. Pero no vayamos a creer que con tomar un libro está hecho todo, sino que es necesario, adaptar lo que se dice en nuestra gracia y necesidades.

El libro que a todas horas habrá que abrir, somos nosotros mismos, pero jamás debemos buscar trabajo hecho sino amor con nuestro corazón y con la gracia que el Espíritu Santo mantiene en nosotros.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda la inteligencia iluminada por la Fe, a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.