Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Aunque estoy débil y la naturaleza reclama un descanso, no obstante siento un soplo de la gracia para vencerme a mí misma y escribir, escribir para el consuelo de las almas que amo tanto y con las cuales compartiré toda la eternidad.  Deseo tan ardientemente la vida eterna para ellas que todos los momentos libres, aunque tan cortitos, los aprovecho para escribir y esto tal y como Jesús desea.

Reflexión: El rocío de la gracia

Aunque estoy débil y la naturaleza reclama un descanso, no obstante siento un soplo de la gracia para vencerme a mí misma y escribir y escribir para el consuelo de las almas que amo tanto y con las cuales compartiré toda la eternidad.

La gracia es una efusión de la bondad divina y Dios no puede de ningún modo darla a quien dice: no la quiero. La gracia es también calor vivificante con el que Dios quiere mover nuestra voluntad, inclinándola suavemente a lo que nos pide. La gracia es aquella acción con la que el Espíritu Santo renueva y continúa en nosotros la vida de Jesucristo.

“Seré como rocío. Israel, brotará como el lirio y sus raíces se extenderán como los del Líbano”.

Tenemos que cultivar en el jardín de nuestra alma, en este Paraíso de Dios el divino grano sembrado por la comunión que es Jesucristo el cual germinará y producirá flores de santidad. El rocío de nuestra alma es la gracia la cual cuando es abundante es como una lluvia que inunda y fertiliza el alma.

El cultivo de nuestra alma consiste por consiguiente en la vida de recogimiento, tenemos que renovarnos interiormente para no perder la gracia y toda vida sobrenatural. Tenemos que recordar el estudio de Dios, de la Sagrada Escritura, la predicación, nos hincharán y sacarán de la razón si frecuentemente no practicamos la vida interior.

La ciencia ayuda a la piedad más la piedad santifica la ciencia. Cuando más se sube en dignidad, tanto más se pierde en vida interior y en fuerzas divinas, porque todos vienen a quitarnos algo; por eso es necesario entonces orar más, retirarnos al silencio.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda el rocío de la gracia, a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.