Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Una vez, estaba yo reflexionando sobre la Santísima Trinidad, sobre la esencia divina. Quería penetrar y conocer necesariamente, quién era este Dios… En un instante mi espíritu fue llevado como al otro mundo, vi un resplandor inaccesible y en Él como tres fuentes de claridad que no llegaba a comprender. De este resplandor salían palabras en forma de rayos y rodeaban el cielo y la tierra. No entendí nada de ello, me entristecí mucho. De repente del mar del resplandor inaccesible, salió nuestro amado Salvador de una belleza inconcebible, con las llagas resplandecientes. Y de aquel resplandor se oyó la voz: Quién es Dios en Su esencia, nadie lo sabrá, ni una mente angélica ni humana. Jesús me dijo: Trata de conocer a Dios a través de meditar Sus atributos. Tras un instante, Jesús trazó con la mano la señal de la cruz y desapareció.
Reflexión: ¿Quién es Dios?
Una vez estaba yo reflexionando sobre la Santísima Trinidad, sobre la esencia divina. Quería penetrar y conocer quien era este Dios. En un instante, mi espíritu fue llevado como al otro mundo, vi un resplandor inaccesible y en él como tres puentes de claridad que no llegaba a comprender. De repente del mar de resplandor inaccesible, salió vuestro amado Salvador, de una belleza inconcebible con las llagas resplandecientes. Y de aquel resplandor se oyó la voz: Quién es Dios en su esencia, nadie lo sabrá, ni una mente angélica ni humana. Jesús me dijo: Trata de conocer a Dios a través de meditar sus atributos. Tras un instante, Jesús trazó con la mano la señal de la cruz y desapareció.
El supremo atributo de Dios es su Misericordia. Su amor, su bondad, su compasión por los enfermos, por los pecadores. Jesús es el rostro de la Misericordia del Padre. “Quien lo ve a Él, ve al Padre” (Jn 14-9). Misericordia es tener un corazón solidario con quien sufre, con alguien que padece necesidad, un corazón compasivo.
“Quien no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor”… No es que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó… Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado a nosotros a su plenitud.
“Dios es Amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él”.
Nosotros amemos, porque Él nos amó primero. Si alguno dice: “Amo a Dios” y aborrece a su hermano es un mentiroso, pues quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve. Y hemos recibido de Él este mandamiento.
Ama todo y a todos, como quisieras ser amado y al conocer el Amor, conocerás a Dios.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda tener un corazón compasivo a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.