Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

61 1938.  Hoy, cuando el capellán ha traído al Señor Jesús, de la Hostia ha salido la luz golpeando con un rayo mi corazón, llenándome de un gran fuego de amor.  Jesús me enseñó que debo responder con más fidelidad a las inspiraciones de la gracia, que mi vigilancia debe ser más sutil.

Reflexión: Inspiraciones de la gracia

6-I-1938. Hoy, cuando el capellán ha traído al Señor Jesús en la Hostia, Jesús me enseñó que debo responder con más fidelidad a las inspiraciones de la gracia.

¿Qué es la gracia? Es un don sobrenatural infundido por Dios en nuestra alma, es la inhabitación del Espíritu Santo y de toda la Trinidad Beatísima en el alma justificada. El beato De la Colombiere comenta: La gracia de Dios es una semilla que no conviene sofocar; es preciso ser fiel a las inspiraciones que nos llevan a practicar alguna acción virtuosa, porque esta fidelidad es la clave de nuestra santidad. La docilidad a las inspiraciones del Espíritu Santo es necesaria para conservar la vida de la gracia y para tener frutos sobrenaturales. Para escuchar las inspiraciones de la gracia es necesario el silencio en la profundidad del alma, es decir, un gran recogimiento interior, porque Dios es Espíritu, actúa en el silencio. También es necesario saber discernir. Y por último, la generosidad, desprendimiento, el vacío de uno mismo, para recibir al Espíritu Santo, tener la pobreza de Espíritu.

Debemos seguir las inspiraciones de consejo, cuando vienen acompañadas de paz y de atractivo de la gracia. Dios lo exige de nuestro corazón generoso, debemos realizar las inspiraciones que nos colocan en un estado triste de turbación y de inquietud y nos deja en suspenso, sin hacer ver si Dios las quiere o no así. Es esta una inspiración falsa. Seguir con generosidad las inspiraciones que nos llevan a menospreciarnos contra la sensualidad.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda la gracia, a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.