Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Hija Mía, debo decirte algo. Contesté: Habla, Jesús, ya que estoy sedienta de Tus palabras. No Me gusta que te dejes guiar por las murmuraciones de las hermanas y que por esto no has podido confesarte con el Padre Andrasz en la celda; has de saber que con esto les has dado un motivo mayor para murmurar. (68) Humillándome grandemente pedí perdón al Señor. Oh Maestro mío, amonéstame, no me dejes pasar nada y no me dejes errar.
Reflexión: Corrección
Hija mía debo decirte algo. Contesté: Habla, Jesús, ya que estoy sedienta de tus palabras. No me gusta que te dejes guiar por las murmuraciones de las hermanas.
Quien desea llevar una vida muy interior mediante la oración y una vida más recogida en Dios debe exponerse a mayores sufrimientos interiores, porque el alma se torna más delicada y siente más vivamente la ausencia sensible de Dios y porque Dios, que es tan interior y tan amigo hace sentir inmediatamente al alma sus infidelidades para que vuelva al instante al camino del deber. En este estado no puede uno fundar su paz interior en las propias acciones, ni en el testimonio interno de la conciencia, sino tan solo en el acto de fe hecho con una ciega obediencia.
Llevad siempre el corazón y el espíritu fijos en Nuestro bondadoso padre y salvador.
Imitación de Cristo: Confiemos en Dios cuando murmuran de nosotros. Hijo ten confianza en mí y estate firme porque las palabras. ¿Qué son sino palabras? Y ¿Por qué te llegan al corazón tan pequeñas cosas, sino porque aún eres carnal y prestas demasiada atención a lo que digan los demás? Escucha mis palabras y no harás caso de infinitas palabras de los demás. Mira: Si contra ti dijeron cuanto pudiera inventar la malicia más refinada, ¿Qué mal te haría si ningún caso hicieras, ni un bledo te importara? Yo permito que tal cosa se dijera: “Para que se descubrieran los pensamientos de muchos corazones”. Señor, tú sabes lo que lo que yo ignoro: por eso debo recibir humilde y mansamente las agresiones y criticas.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda la corrección, a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.