Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

El Señor me dijo:  Que no te interese nada cómo se comportan los demás, tú, compórtate como Yo te ordeno: has de ser un vivo reflejo de Mí a través del Amor y la Misericordia.  Contesté:  Pero, Señor, a menudo abusan de mi bondad.  No importa, hija Mía, no te fijes en eso, tú sé siempre misericordiosa para todos y especialmente para los pecadores.

Reflexión: La Misericordia de Jesús

El Señor me dijo: Que no te interese nada como se comportan los demás, tú, compórtate como yo te ordeno: Has de ser un vivo reflejo de mí a través del amor y la misericordia.

Muéstrame, Oh Dios, tu misericordia, según la compasión del corazón de Jesús. Escucha mis suspiros y súplicas. Y las lágrimas de un corazón arrepentido.

Que la Omnipotencia de tu misericordia. Oh Señor, sea glorificada en el mundo entero. Que su culto no termine jamás. Alma mía propaga la Divina Misericordia con ardor. Meditemos sobre la bondad de nuestro Señor en perdonarnos. “Me da lástima de la gente”, este es el gran motivo para darse a los demás; ser compasivos y tener misericordia. Debemos meditar la vida de Jesús porque Jesucristo resume y compendia toda esta historia de la misericordia divina, porque de la misericordia del Señor, está llena la Tierra. No necesitan de médicos los sanos, sino los enfermos. ¡Qué grande es la misericordia del Señor y su piedad para los que se vuelven a Él! Jesús es el rostro de la Misericordia del Padre.

San Pablo: “La bondad y la misericordia de Dios se han mostrado en Jesucristo Salvador”. “La misericordia es forma de sus pensamientos, miradas, palabras y actos. Quien lo ve a Él, ve al Padre”. Su misión: es perdonar, salvar, mostrarse misericordioso. “He venido para los pecadores y ovejas extraviadas”. La paciencia de Dios nos espera, da tiempo para convertirnos. “Más alegría hay en el cielo por la conversión de un pecador que por la perseverancia de noventa y nueve justos”. “Alegrémonos porque este hijo había muerto y ha resucitado, estaba perdido y lo hemos encontrado”. Su Misericordia carece de límites, crea en nosotros un corazón nuevo, un espíritu nuevo y un ser nuevo.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda un corazón misericordioso a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.