Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Vigilia (1937). Después de la Santa Comunión la Madre de Dios me hizo conocer la preocupación que tenía en el corazón por el Hijo de Dios. Pero esa preocupación estaba llenísima de tal aroma de sumisión a la voluntad de Dios que yo la llamaría más bien deleite y no preocupación. Comprendí cómo mi alma debe aceptar cualquier voluntad de Dios. Es lástima que no sepa describirlo tal y como lo conocí. Durante el día entero mi alma permaneció en un recogimiento más profundo del cual nada la pudo sacar, ni los deberes ni las relaciones que tuve con laicos.
Reflexión: Vida de recogimiento
Comprendí cómo mi alma debe aceptar cualquier voluntad de Dios. Durante el día entero mi alma permaneció en un recogimiento más profundo del cual nada la pudo sacar.
Sentada María a los pies del Señor, escuchaba su palabra. «Una sola cosa es necesaria dice el Señor, María ha escogido la mejor parte». No pierde ni una sola palabra de Dios, ni un aliento de su voz, ni una mirada de sus ojos.
¿Cómo adquirir y conservar el santo recogimiento? Comenzar por cerrar las puertas y ventanas de nuestra alma. Recogerse es centrarse de fuera a dentro en Dios, hacer acto de recogimiento es ponerse por entero a la disposición de Dios. Para tener vida de recogimiento es necesario un centro divino, dónde debes colocar a Jesús: es un morar recíproco que se establece en nuestra alma, con Jesucristo.
¿Cómo se puede vivir recogido? 1. Hay que estar cuánto se pueda, lejos del bullicio del mundo, amando el silencio, buscar un lugar tranquilo dónde orar. 2. Hay que evitar impresiones malas que distraen mucho la imaginación cuando se presentan, reemplazándolas con imágenes santas. 3. Hay que combatir los pensamientos fijos de pena o de deseos porque dan fiebre al alma y quitan al espíritu el poder y la libertad de reflexionar. 4. Hay que aspirar el recogimiento de la conciencia que consiste en observar los pensamientos buenos y malos, huir del mal.
Cuando Dios quiere otorgar a un alma una gracia muy grande y conducida a una elevada virtud, le concede la gracia de un mayor recogimiento.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda el recogimiento a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.