Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Señor, aunque me das a conocer a menudo los truenos de Tu indignación, sin embargo, Tu ira desaparece frente a un alma que se humilla.  Aunque eres grande, Señor, no obstante, Te dejas vencer por un alma sumisa y profundamente humilde.  Oh humildad, virtud preciosísima, qué pocas son las almas que te poseen.  En todas partes veo solamente la apariencia de esta virtud, pero no veo la virtud misma.  Aniquílame, oh Señor, a mis propios ojos para que pueda encontrar gracia a Tus santos ojos.

Reflexión: Oh humildad

Sin embargo, tu ira desaparece frente a un alma que se humilla. Aunque eres grande, Señor, te dejas vencer por un alma sumisa y profundamente humilde. Oh humildad, virtud preciosísima.

Jesús le dice a Sta. Faustina. La grandeza de un alma está en amar a Dios y en la humildad. “Quien quiera aprender la verdadera humildad, medite mi Pasión”.

  • La humildad consiste en reconocer que nada somos sin Dios, y en atribuirle a Él, todo lo que somos y cuanto más perfecto es el hombre tanto más grande debe ser su humildad porque tiene más que dar a Dios: a medida que las gracias nos llevan, nosotros, descendemos. Nuestras gracias son los escalones de nuestra humildad.

Por eso la verdadera humildad es la que da lo suyo, la que transfiere a Dios, el honor y la gloria que recibe.

Cuanto más nos acerquemos a Él, tanto más nos humillamos por Él.

¿Cómo me haré humilde? Imitando a Jesús y a María.

  1. Debo tener pobres sentimientos de mi mismo, de mi nada. Todo cuanto tengo en el orden natural como en el sobrenatural de Dios, procede.
  2. La verdadera humildad transfiere a Dios toda la gloria de las buenas obras. No se engríe por sus cualidades, talentos y posición.
  3. La humildad perfecta corre tras las humillaciones y menosprecios, porque la humillación es superior al sufrimiento corporal.
  4. La humildad es el mayor triunfo del alma contra el demonio, no tiene fuerza alguna contra nosotros.
  5. La humildad triunfa sobre el mismo Dios, quien no puede resistirse a un alma que se humilla a sus pies.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda la humildad a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.