Devolver la vida a los huesos
La tercera encíclica del Papa Francisco, Fratelli Tutti, se publicó cuando el mundo entero sufría la pandemia del Covid-19, desconcertado, impotente y despistado. También era una época (y lo sigue siendo) en la que el hipernacionalismo, el estrechamiento de fronteras, el rechazo a los migrantes, la polarización extrema en el discurso nacional, la persecución religiosa, etc., estaban en auge. El mundo se sentía como los huesos secos de la visión de Ezequiel. Nos sentíamos muertos. La vida nos era succionada, literal y figuradamente. ¿Qué puede devolvernos la vida? Las lecturas del día nos dicen que sólo un retorno a los caminos del amor -amar a Dios y amar al prójimo como a nosotros mismos- puede volver a poner tendones, carne y piel en los huesos secos y darles vida. Sólo el amor puede triunfar sobre el poder de la muerte: Poner a Dios en el centro de nuestra vida y practicar la fraternidad y la amistad social con todos, superando las fronteras y compartiendo los recursos, como nos aconseja la encíclica.
Ezequiel Moreno y Díaz, Santo
Memoria Litúrgica, 19 de agosto
Por: P. José López | Fuente: Catholic.net
Obispo
Martirologio Romano: En Monteagudo, de Navarra, en España, tránsito de san Ezequiel Moreno Díaz, obispo de Pasto, en Colombia, de la Orden de los Recoletos de San Agustín, que dedicó toda su vida a anunciar el Evangelio, tanto en las Islas Filipinas como en América del Sur, y falleció en Monteagudo, lugar de Navarra, en España († 1906).
Fecha de canonización: Juan Pablo II lo canonizó en la ciudad de Santo Domingo el 11 de octubre de 1992, presentándolo al mundo como ejemplo de pastor y de misionero en el V Centenario de la evangelización de América.
Breve Biografía
Ezequiel Moreno nació en Alfaro (La Rioja, España), el 9 de abril de 1848. Siguiendo el ejemplo de su hermano Eustaquio, el 21 de septiembre de 1864 vistió el hábito en el convento de los agustinos recoletos de Monteagudo (Navarra) y tomó el nombre de fray Ezequiel de la Virgen del Rosario.
En 1869, después de sus estudios de teología, fue enviado a las islas Filipinas, tierras de sus sueños, con 17 hermanos. Llegó a Manila el 10 de febrero de 1870. Recibió la ordenación sacerdotal el 3 de junio de 1871 y fue destinado enseguida a la isla de Mindoro, con su hermano Eustaquio. Como capellán demostró su celo apostólico en la colonia militar y sus anhelos misioneros en la búsqueda de pueblos que no conocían a Dios. Las fiebres le obligaron a volver a Manila. Poco después fue nombrado párroco de Calapan y vicario provincial de los agustinos recoletos de la isla de Mindoro; de 1876 a 1880 ocupó los cargos de párroco de Las Piñas y de Santo Tomás en Batangas y de 1880 a 1885 ejerció los oficios de predicador del convento de Manila, párroco de Santa Cruz y administrador de la casa hacienda de Imus.
El capítulo provincial de 1885 nombró a fray Ezequiel prior del convento de Monteagudo, donde se modelaban les conciencias de los futuros misioneros. Terminado su mandato de superior de ese convento, se ofreció como voluntario para restaurar la orden en Colombia. Nombrado jefe de una expedición, partió de España a finales de 1888 con otros seis religiosos voluntarios, llegando a Bogotá el 2 de enero de 1889. Su primer objetivo fue restablecer la observancia religiosa en las comunidades.
En 1893 fray Ezequiel fue nombrado obispo titular de Pinara y vicario apostólico de Casanare; recibió la ordenación episcopal en mayo de 1894. Habría preferido acabar sus días en medio de sufrimientos y privaciones—como manifiesta en una de sus cartas—, pero Dios lo había destinado a una misión más ardua y delicada. En 1895 fue nombrado obispo de Pasto. Cuando se le comunicó la noticia, le vino a la mente una pregunta angustiante: “¿Me habré hecho indigno de sufrir por Dios, mi Señor?”. En su nueva misión le esperaban situaciones mucho más difíciles y amargas: humillaciones, burlas, calumnias, persecuciones e incluso el abandono de parte de sus superiores inmediatos.
En 1905 se vio afectado por una grave enfermedad—cáncer en la nariz—, que le hizo saborear hasta la última gota el cáliz del dolor. Los médicos le animaron a volver a Europa para operarle, pero él se negaba a abandonar su grey. Aconsejado por los fieles y los sacerdotes, en diciembre de aquel mismo año regresó a España para someterse a varias operaciones. Con el fin de conformarse más con Cristo, rechazó la anestesia. Soportó las dolorosas operaciones sin un lamento y con una fortaleza tan heroica que conmovió al quirurgo y a sus asistentes.
Sabiendo que estaba herido de muerte, quiso pasar los últimos días de su vida en el convento de Monteagudo, junto a la Virgen. El 19 de agosto de 1906, después de de haber padecido acérrimos dolores, con los ojos clavados en el crucifijo, entregó su alma al Señor. Fue beatificado por Pablo VI el 1 de noviembre de 1975.
Los dos horizontes del Reino
Santo Evangelio según san Mateo 22, 34-40. Viernes XX del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, habla hoy a mi corazón. Enséñame el camino, la verdad y la vida. Tú eres el Camino la Verdad y la Vida. Yo creo en Ti, pero aumenta mi fe. Entra en mi vida y hazla más semejante a la tuya, para que pueda dar gloria a Dios Padre y extender tu Reino de amor en este mundo. Amén.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 22, 34-40
En aquel tiempo, habiéndose enterado los fariseos de que Jesús había dejado callados a los saduceos, se acercaron a él. Uno de ellos, que era doctor de la ley, le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la ley?”.
Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primero de los mandamientos. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se fundan toda la ley y los profetas”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Resumir toda la Escritura, poner en una frase todo el mensaje de Dios a lo largo de la historia… Esto es lo que Cristo nos dice en este Evangelio. Pero no se trata de una fórmula mágica que resuelve todos los problemas; es, más bien, el doble horizonte que da sentido a la vida, el criterio para ir en la dirección correcta.
Primero Cristo nos habla de un horizonte hacia lo alto. “Amarás al Señor tu Dios…” Es verdad que hay muchas responsabilidades, necesidades y problemas en nuestra vida. A veces demasiados, y a veces como si nos estiraran en todas las direcciones… Sin embargo, en medio de ese aparente desorden, existe un punto firme, central, que pone en la proporción todo lo demás: «…con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente».
Señor, quiero que seas Tú el fondo y el sentido de todo lo que hago. Que mi trabajo, mis amistades, mis pasatiempos sean para ti y por ti en primer lugar. Quiero amarte con todo mi corazón, y por eso te ofrezco todo lo que hay en él: mis intereses, mis deseos, también mi necesidad y mi pecado…
En segundo lugar, tenemos el horizonte alrededor de nosotros, con todos aquellos hombres y mujeres que encontramos a nuestro lado. Cristo nos invita a amarlo también en nuestros hermanos y hermanas, buscando el bien de ellos como si fuera nuestro propio bien. ¿Amamos más nuestro interés, o la necesidad del otro?
«Amarás a tu prójimo como a ti mismo…» El que ama de verdad siente la alegría del otro como propia, se entristece por la tristeza de su hermano. Al igual que Cristo, que construyó el Reino de los cielos amando a su Padre sobre todas las cosas y amándonos hasta el extremo, dándose totalmente a nuestra salvación.
Señor, ayúdame a amar como Tú amas, extendiendo mi corazón en los dos horizontes que me muestras. Enséñame a amar hoy un poco más, a darme un poco más, y así contribuir en la edificación de tu Reino en mi vida.
«Estas palabras nos recuerdan ante todo que el amor por una persona, y también por el Señor, se demuestra no con las palabras, sino con los hechos; y también “cumplir los mandamientos” se debe entender en sentido existencial, de modo que toda la vida se vea implicada. En efecto, ser cristianos no significa principalmente pertenecer a una cierta cultura o adherir a una cierta doctrina, sino más bien vincular la propia vida, en cada uno de sus aspectos, a la persona de Jesús y, a través de Él, al Padre».
(S.S. Francisco, Angelus, 15 de mayo de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a compartir algo de mi tiempo con quien necesite ayuda o compañía.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
15 formas sencillas de expresar amor al prójimo
Sonreír ¡Un cristiano siempre es alegre!
Hemos querido hacer una recopilación de actos sencillos de amor que muchas veces pasamos por alto pero que, en su sencillez son manifestaciones concretas del amor de Dios. Un corazón que se ha encontrado con Él no puede permanecer indiferente a los demás. ¡No privemos a los demás de nuestra sonrisa, de nuestra alegría, de la esperanza que nos da Cristo! El mundo lo necesita.
1) Sonreír ¡Un cristiano siempre es alegre!
No nos damos cuenta pero cuando sonreímos aligeramos la carga a quienes nos rodean. Cuando vamos por la calle, en el trabajo, en la casa, en la universidad. La felicidad del cristiano es una bendición para los demás y para uno mismo. ¡Quién tiene a Cristo en su vida no puede estar triste!
2) Dar las gracias siempre (aunque no «debas» hacerlo).
Nunca te acostumbres a recibir porque lo necesitas o porque tienes «derecho a». Todo lo recibes como un regalo, nada te «lo deben» aunque hayas pagado por ello. Da siempre las gracias. Es más feliz quien es agradecido.
3) Saludar con alegría a esas personas que ves a diario.
Seguro es quien abre la puerta, quien limpia, quien contesta las llamadas. Lo ves a diario y al saludarlo le recuerdas que es importantísimo lo que hace. Tanto tu trabajo como el de él/ella se hace más a gusto si le haces ver que es valioso para otros, que su presencia cambia las cosas.
4) Recordarle a los demás cuánto los amas.
Tú sabes que los amas … ¿y ellos? Las caricias, los abrazos y las palabras nunca sobran. Si Jesús no se hubiera hecho carne, nosotros jamás habríamos entendido que Dios es Amor.
5) Escuchar la historia del otro, sin prejuicios, con amor.
¿Qué puede hacernos más humanos que saber escuchar? Cada historia que te cuentan te une más con el otro: sus hijos, su pareja, la jefa, el profesor, sus preocupaciones y alegrías … tú sabes que no sólo son palabras, son partes de su vida que necesitan ser compartidas.
6) Detenerte para ayudar. Estar atento a quien te necesita.
¿Qué más podemos decir? No importa si es un problema de matemáticas, una simple pregunta o alguien que tiene hambre ¡jamás sobra la ayuda! Todos necesitamos de los demás. Aunque suelas ayudar, recuerda que tu también eres necesitado.
7) Levantarle los ánimos a alguien.
Sabes que no anda bien o nada bien y no sabes qué hacer. Decides sacarle una sonrisa para hacerle saber que no todo es malo. Siempre es bueno saber que hay alguien que te ama y que estará siempre a pesar de las dificultades.
8) Celebrar las cualidades o éxitos de otro.
Solemos callarnos lo que nos gusta y nos alegra de los demás: sus éxitos, sus cualidades, sus buenas actitudes. Simples frases como «¡Felicidades!», «Me alegro mucho por ti» o «Ese color te queda muy bien» le han hecho el día a tu compañero y nos ayudan a vernos entre nosotros como Dios nos ve.
9) Seleccionar lo que no usas y regalarlo a quien lo necesita.
¿Te has imaginado alguna vez que tu playera favorita de cuando tenías 17 años, ahora es la playera favorita de una adolescente que no tiene mucho que ponerse? Si eres hermano mayor, lo sabes. Por eso es bueno acostumbrarnos a valorar lo que tenemos y si tenemos más de lo que necesitamos, regalarlo nos ensancha el corazón y protege del frío a otro.
10) Ayudar cuando se necesite para que otro descanse.
Esto se vive en las familias: cuando uno descansa otro trabaja. Nada más hermoso que saber que alguien más ya comenzó a hacer algo que necesitabas por ti o que siempre puedes pedir ayuda. Cuando nos ayudamos mutuamente a llevar las responsabilides diarias la vida es más llevadera.
11) Corregir con amor, no callar por miedo.
Corregir es un arte. Muchas veces nos encontramos en situaciones que no sabemos manejar. El mejor método es el amor. El amor no sólo sabe corregir, sino que sabe perdonar, aceptar y seguir adelante. No tengas miedo de corregir y ser corregido, eso es una muestra que los demás apuestan por ti y quieren que seas mejor.
12) Tener buenos detalles con los que están cerca de ti.
Sabes lo que le gusta mejor que nadie, ¿por qué no aprovechar eso? Nada se disfruta más que aquello que es dado con amor, él se gana unos minutos de descanso y tú una sonrisa auténtica. Salir de uno mismo y pensar en los demás siempre es mejor y alegra el corazón.
13) Limpiar lo que uso en casa.
Si vives con tu familia o ya vives fuera de casa, sabes lo importante que es recoger y limpiar lo que usas. Hay una voz dentro de ti que te dice que deberías ayudar un poco más de lo que quisieras… Y sorprendentemente te sientes muy bien de hacerlo.
14) Llamar por teléfono a tus padres.
Ahora tú vives solo, te mueves solo y quizá hasta tienes tu propia familia. Sin embargo, tus padres aún se conmueven cuando les haces saber que piensas en ellos. Estar atentos a lo que necesitan o simplemente saber cómo están es algo que no te cuesta mucho y es un gesto enorme de gratitud.
15) Ayudar a los demás a superar obstáculos.
De chiquitos lo hacíamos, ¿porqué no hacerlo ahora? Ayudarle a alcanzar el transporte, a cargar sus maletas, a cruzar la calle o regalarle unas monedas para que pueda pagar. Esos detalles nunca se olvidan. Eres el extraño que aún cree en la humanidad.
Fotografía digital: ¿mejor que la tradicional?
Con la llegada del verano tendrás que preparar muchas cosas para las vacaciones. Por supuesto, no puedes olvidar la cámara fotográfica para capturar el momento exacto, el recuerdo maravilloso, pero… ¿has escuchado sobre la fotografía digital?
Con la llegada del verano tendrás que preparar muchas cosas para las vacaciones. Por supuesto, no puedes olvidar la cámara fotográfica para capturar el momento exacto, el recuerdo maravilloso, pero… ¿has escuchado sobre la fotografía digital?
En esta época de Internet; hoy que se habla en términos de megas, procesadores, bytes y tantas cosas raras, la fotografía no ha escapado a esta revolución tecnológica.
Ahora es posible el que hagas tomas digitales; es decir, ya no necesitarás más rollos fotográficos, revelados y escáners para poder mandarlas por correo electrónico.
VENTAJAS DE LA FOTOGRAFÍA DIGITAL
Con la cámara digital tienes la gran ventaja que no desperdicias ningún tipo de material; es decir, es posible el que veas lo que acabas de fotografiar antes de decidir si lo quieres guardar. Si no te gustó la toma, si hubo poca luz, o alguno de tus amigos cerró los ojos, la puedes borrar y volver a tomar.
¿SON VENTAJAS?
De seguro algunos fotógrafos clásicos deben pensar que esto es imperdonable, que no hay nada como el romanticismo de pasar algunas horas en un cuarto oscuro con un foco rojo para revelar, en papel, lo que has tomado con tu cámara de 35mm.
LAS DOS CARAS DE LA MONEDA…
Ante la intención de adquirir o usar una nueva cámara fotográfica, seguramente te estarás preguntando si debes continuar con la fotografía convencional en 35 mm o cambiar a la fotografía digital.
Básicamente, la fotografía digital es un nuevo concepto en manejo de imágenes. Es similar a la tradicional en cuanto a la obtención de la imagen, pero difiere completamente en el almacenamiento: en lugar de películas o negativos, las fotos las guardas en archivos.
Al transferirlas a tu computadora puedes distribuirlas, organizarlas, almacenarlas y editarlas fácilmente. También de esta manera puedes tener tus fotos en papel con un escáner. Otra alternativa es que pidas que te entreguen tus fotos en un CD o zip al revelar el rollo en un laboratorio fotográfico. (Este servicio aún no está disponible en los laboratorios fotográficos en México, pero pronto se difundirá).
Para decidir qué tanto te conviene una u otra, veamos algunos conceptos:
* El precio de una cámara digital es superior al de una cámara convencional, aunque debes tener en cuenta que la cámara digital lleva muy pocos años en el mercado. Se prevé, que ocurrirá como con los equipos de cómputo; en pocos años, la cámara digital aumentará sus prestaciones a precios más bajos. Lo que tienes que tener en cuenta es que no hay costo adicional por rollo fotográfico y el revelado; por lo que, en función del número de fotografías que realices, la diferencia entre ambas se reduce. ¡Y espérate!, que si a ello le añades, el costo de las copias a repartir entre tus amigos y parientes.
* La capacidad de almacenamiento es una de las grandes ventajas. Aunque un rollo de fotos de 35 mm lo puedes comprar en cualquier lugar del mundo, no ocurre lo mismo con la memoria que llevan las cámaras digitales. Esto tienes que tenerlo muy en cuenta si estás de viaje y no llevas la computadora portátil donde habrás de descargar las fotos. Por ello, será necesario que compres memoria adicional o de mayor capacidad. De todas maneras, la capacidad de éstas está aumentando día con día.
En las cámaras digitales, las fotografías las almacenas digitalmente creando «archivos», esto permite que fácilmente puedas organizarlas en carpetas dentro del disco duro o en un CD por temas, por fechas, por fiesta, etc. En unos pocos CD´s puedes guardar perfectamente las fotos de algún amigo tuyo desde que nació hasta que se casó.
Como inconveniente, los ficheros se pueden corromper o borrar, lo que provocaría la pérdida total de tus fotos, aunque esto se puede evitar manteniendo copias de seguridad.
* El consumo de baterías es más elevado en las cámaras digitales que en las convencionales; esto se debe a que tanto la captura de las imágenes como su almacenamiento es electrónico, y a que habitualmente utilizan una pantalla que consume mucha energía para previsualizar las imágenes y los menús. Otra gran ventaja de la fotografía digital frente a la convencional es lo inmediato. Las fotografías las puedes visualizar instantes después de haberlas tomado al no ser necesario ningún tipo de revelado. Esto te permite verificar -en el momento- si la fotografía realmente responde a lo que deseabas plasmar. Si es así, podrás guardarlas en tu álbum digital e incluirlas en un reporte; enviarlas por correo electrónico; colocarlas en tu página web o imprimirlas. Si por el contrario algo ha fallado, no tendrás más que repetirla. ¿Estupendo no?
DIEZ CONSEJOS PARA COMPRAR TU CÁMARA DIGITAL
1. Una cámara digital debería tener por lo menos 1,280 x 960 pixeles de resolución real óptica (esto es 1.3 Megapixeles). Lo cual te permitirá conseguir excelentes impresiones de hasta 15 x 23 cm.
2. Hay un viejo dicho que dice: “Las cosas conocidas son las mejores”. Así que busca una cámara digital que funcione como la mayoría de las convencionales de película que has manejado. Esto quiere decir: rápida respuesta entre disparos y preferiblemente un objetivo zoom óptico (óptico más digital es aceptable, pero que no sea únicamente digital).
3. Comprueba los menús de la cámara. Los menús deben ser intuitivos y fáciles de navegar.
4. Elimina cualquier potencial cámara digital que sólo tenga un monitor LCD para previsualización. Son conocidos por su mala visualización en condiciones de luz solar y normalmente para utilizarlos tienes que mantener la cámara en una posición incómoda. Una cámara digital bien diseñada debe tener un visor óptico además de un monitor LCD para utilizarlos a la altura de los ojos.
5. Las cámaras digitales que utilizan disquetes estándares pueden aparecer como la forma ideal, pero no pueden alcanzar la velocidad y resolución de muchas otras cámaras digitales.
6. Las cámaras digitales deben venir con instructivo y documentación escrita.
7. Baterías… cuida que sean recargables, porque si no, te vas a gastar una fortuna cada vez que necesite nuevas.
8. Transferir imágenes a tu computadora puede ser un largo y tedioso proceso a menos que tanto tu cámara como computadora tengan USB.
9. Tus fotos sólo serán tan buenas como la impresora donde las imprimas. Así que planea comprar una impresora decente con calidad fotográfica.
10. La velocidad en modo de reproducción es más importante de lo que puedes imaginar en un primer momento. Las cámaras digitales más modernas te darán un adecuado tiempo entre disparo y disparo (incluso si no es brillantemente rápida) pero algunas harán que esperes una eternidad para poder ver una serie de fotografías. Compruébalo antes de comprar.
La auténtica fotografía de Jesús.
¿Hemos encontrado la auténtica fotografía de Cristo a los dos mil años de su muerte?
Por: P. Jorge Loring | Fuente: Catholic.net
Conferencia pronunciada por el P. Jorge Loring, S.I., en el Teatro Campoamor de Oviedo, el Viernes Santo de 1978)
Señoras, señores:
Les voy a presentar a un reportaje interesantísimo, como ustedes podrán comprobar, sobre el lienzo que cubrió el cuerpo de Jesús en el sepulcro. Pablo VI dijo de la Sábana Santa de Turín ante la televisión europea en 1973: «Es la reliquia más importante de toda la historia de la Cristiandad».
Desde tiempos remotos se creía que este lienzo había cubierto el cadáver de Cristo.
Tiene unas manchas que a simple vista no se ven gran cosa, pero al ser fotografiadas toman un enorme relieve, y se ve la figura de un hombre de cuerpo entero. Esto despertó un interés apasionante en el mundo. ¿Es que hemos encontrado la auténtica fotografía de Cristo a los dos mil años de su muerte? Pues así es.
Tenemos la satisfacción de que a los dos mil años de haber muerto Cristo, podemos decir con verdad y con seriedad, que vamos a ver la auténtica fotografía de Jesucristo: su estructura atlética, su armonía de proporciones, su robustez y su prestancia.
Yo he dado esta conferencia más de cien veces por toda España: en cines, teatros, casinos, etc. Cuando la puse en el Teatro Falla de Cádiz, asistieron unas dos mil personas, como aquí ahora. Allí había entre el auditorio una docena de médicos. Los médicos son los que más disfrutan viendo esto. Porque lo que vamos a ver es un estudio médico de la Pasión de Cristo. Por las huellas que han quedado en este lienzo, los médicos estudian cómo fue la Pasión de Cristo. Y claro, para los médicos es de un interés apasionante.
Pues bien, uno de los médicos que asistió a la conferencia en Cádiz, fue D. Venancio González, muy conocido allí, primero como médico, y además como escultor, y porque también dibuja y da conferencias de toros, etc. Es un hombre muy polifacético y muy popular en Cádiz. Él, después de asistir a esta conferencia quedó tan impresionado que escribió en la revista «Estandarte», un artículo que tituló así: «Una conferencia impresionante». Y decía D. Venancio González: «He asistido en el Teatro Falla, a la conferencia de la Sábana Santa y he de decir dos cosas: primero, como profesional de la Medicina, he de decir que el estudio médico fue perfecto». Ahora añado yo que sé muy poco de Medicina; yo soy un puro aficionado. Lo único que he hecho es que me he leído veinte libros de médicos sobre el tema, y he grabado en cinta magnetofónica lo que he leído en los libros. Por lo tanto, si lo que hago es leer lo que dicen los médicos, es lógico que el estudio médico esté bien hecho.
Proseguía D. Venancio González: «y como católico he de decir que después de la conferencia me fui a mi casa, y sentado ante el crucifijo que tengo sobre la mesa de mi despacho, hice esta oración: “Señor, gracias porque has querido quedarte en la Eucaristía para ser nuestro alimento y nuestro fortaleza; pero gracias también porque dos mil años antes que el hombre inventara la fotografía has querido dejar tu Sagrado Rostro estampado en este lienzo, para que nosotros tengamos la dicha de ver la cara que tenías”».
Porque es así: vamos a tener la dicha de ver la cara que tuvo Jesús. No la que pintó Velázquez o El Greco; porque por muy artista que sea un hombre, jamás un artista ha podido pintar una cara de Cristo mejor que la que Él tuvo. Vamos a ver la cara que tuvo Jesús.
Voy a presentaros dos rostros de Jesús. Uno, es un rostro deforme (ver foto pág.OJO). Deforme, porque la cara de Cristo en la Pasión estaba deforme. A Cristo le habían dado un estacazo en la cara; tenía un pómulo hinchado y tenía el rostro deforme. Pero deforme también porque son las manchas que un rostro deja en un lienzo. Y estas manchas no dan un rostro perfecto como una fotografía sacada con una cámara fotográfica. Pero aunque sea deforme, tiene la enorme emoción de que sabemos que eso es lo que dejó en el lienzo el rostro de Cristo, sin que mano de hombre lo haya tocado jamás. Y claro, pensar que ésas son las huellas del rostro de Cristo, es emocionante. Es impresionante.
Pero después voy a presentar otro rostro de Jesús. Una reconstrucción hecha por Bruner, fotógrafo pontificio (ver foto pág. OJO): una foto-robot. Lo mismo que hace la policía que cuando busca a un individuo, aunque no lo haya visto nunca, con los datos que recoge, reconstruye su rostro y hace una foto-robot de enorme parecido; esto es lo que ha hecho Bruner. Por las manchas que han quedado en el lienzo ha reconstruido el rostro de Jesús. Y nos presenta un rostro natural, un rostro tal como debió ser en la realidad; no un rostro deforme como el otro. Podríamos decir que tenemos la dicha de ver la misma cara de Jesús que vio María Santísima, pues es una foto robot sacada de la huella que dejó en el lienzo la misma cara de Jesucristo.
Bruner nos presenta un rostro de una majestad, de una grandiosidad, de una nobleza, de una unción, de una serenidad, de una amabilidad, de una bondad, de una dulzura; y al mismo tiempo de una enorme virilidad. El Dr. D. Gregorio Marañón, especialista en Sexología, como todo el mundo sabe, dice de este rostro: «Así debió ser el rostro del varón perfecto». Es un rostro escalofriante, que nos sobrecoge de emoción. Vds. después lo podrán apreciar. Como dice el Padre salesiano, José Luis Carreño: «Jamás se vio tan transido de vida el rostro de un muerto. Quizás porque su muerte era fuente de nuestra vida».
Pero antes de seguir adelante quiero decir que esto que vamos a ver no es de fe. No hay ninguna obligación de creer en esto. La Iglesia no me impone esto. ¿Por qué? Porque la Iglesia sólo me impone las verdades dogmáticas que han sido reveladas por Dios.
Si alguien negara la existencia del infierno, automáticamente él mismo se pone fuera de la Iglesia. Porque la existencia del infierno es dogma de fe: verdad revelada por Dios. Si alguien negara la presencia real de Cristo en la Eucaristía, automáticamente se pone él mismo fuera de la Iglesia. Porque la presencia real de Cristo en la Eucaristía es dogma de fe: verdad revelada por Dios.
Pero no creer en esta Sábana no es ningún pecado. Esto no es objeto de Revelación. Esto no entra en el contenido de la Revelación. Es algo así como si ahora nos encontráramos un registro civil donde se empadronaron José y María, cuando fueron a Belén. Tendría un enorme valor histórico, pero no pertenece al contenido de la Revelación.
La Iglesia no nos impone el Principio de Arquímedes. El Principio de Arquímedes es verdad, y por el Principio de Arquímedes flotaban los galeones del Imperio Romano, y flotan los superpetroleros de hoy. Es un principio de la Física, y es la Física la que me impone el Principio de Arquímedes, no la Iglesia. La Iglesia no se mete en si es verdad o deja de serlo. Hay cosas que no son de fe, pero son verdad.
Y lo mismo voy a decir de las verdades históricas. La Iglesia no nos impone las Pirámides de Egipto, ni el Partenón de Atenas o el Coliseo de Roma. Es la Historia, es la Cultura. La Iglesia no se mete. Quien no crea en la Sábana Santa no comete ningún pecado contra la fe. Lo comete contra la Historia y contra la Cultura. La Sábana Santa al ser un documento histórico, es algo que apoya a nuestra fe. Pero nuestra fe no se basa en ella. Si algún día se demostrara que la Sábana Santa es falsa (lo cual no es nada probable dados los estudios científicos realizados sobre el lienzo), nuestra fe quedaría intacta. Porque nuestra fue no se basa en la Sábana Santa, sino en los Evangelios. Habríamos perdido un documento histórico, pero nuestra fe no habría sufrido ningún detrimento.
Entonces digo: la Sábana Santa no es de fe. Pero el hecho de que no sea de fe no significa que no sea verdad. Significa que no es verdad revelada, que es un documento histórico. Ahora, un documento histórico que tiene todas las garantías de autenticidad. Esta Sábana Santa está estudiada minuciosamente.
Segundo Pía, un abogado italiano, fue el primero que fotografió la Sábana Santa. En 1898, al descubrirse la fotografía, Segundo Pía pide permiso para fotografiar aquella Sábana. Fueron fotos muy malas —yo las he visto—. Primero porque Segundo Pía era un abogado, aficionado a la fotografía, pero no era un profesional. Y entonces la fotografía estaba en sus comienzos. Se había inventado en 1840. La técnica era muy imperfecta. Y además tuvo unos contratiempos en la iluminación. El hecho es que las fotos de Segundo Pía son bastante malas.
Las que vamos a ver son de José Enrie, que es un fotógrafo profesional, y ha hecho unas fotos perfectas con técnica mucho más avanzada. Las fotos de Segundo Pía aunque imperfectas, tuvieron el enorme interés de que mostraron al mundo entero que aquellas manchas en el lienzo, que a simple vista no se veían gran cosa, al ser fotografiadas tomaban enorme relieve y mostraban la figura de un hombre de cuerpo entero. Por eso se despierta en el mundo un gran interés por estudiar la Sábana Santa.
El Papa Pío XI encargó a la Academia de Ciencias de París que hiciera un estudio científico de esta Sábana. La Academia de Ciencias de París en su estudio llega a esta conclusión: «El lienzo que hoy se conserva en Turín es el mismo que cubrió el cadáver de Jesús de Nazaret».
Esto tiene especial importancia: Primero, por la categoría científica de la Academia de Ciencias de París; pero además, porque algunos miembros de esa Academia no eran creyentes, eran descreídos, librepensadores, racionalistas: un Delage, un Berthelot. Ellos prescindían de si Cristo es Dios. Naturalmente aceptaban a Cristo-Hombre. Cristo es un personaje de la Historia que ha existido, como sabemos que han existido Napoleón, Julio César o Alejandro Magno. Cristo vivió en un país concreto: Palestina. Y en un tiempo determinado: en tiempos de Poncio Pilatos. Y estos hombres, que no eran creyentes, después de analizar el lienzo te dicen: «El lienzo que hoy se conserva en Turín es el mismo que cubrió el cadáver de Jesús de Nazaret».
Ives Delage —famoso biólogo francés, agnóstico—, dijo lo siguiente al tratar estas cuestiones: «Quise permanecer fiel al espíritu y a las exigencias de la Ciencia. Me he esforzado en encontrar la verdad sin preocuparme de que gustase o no a cualquier partido religioso, ya que el que se deja influir en semejantes consideraciones sería un traidor a los métodos científicos». El mismo Delage en solemne reunión en la Academia de Ciencias de París no se recató en proclamar: «Es Cristo mismo quien se imprimió en esta Sábana funeraria». «Yo reconozco a Jesús como personaje histórico, y no veo razón alguna para que nadie se extrañe de que existan todavía huellas tangibles de su vida en la tierra». «Si en lugar de tratarse de Cristo, se tratara de otro personaje histórico, a nadie se le hubiera ocurrido poner las objeciones que algunos ponen a la Sábana Santa».
El doctor Barbet, Profesor de Anatomía y prestigioso cirujano de París escribe: «He aquí el resultado de mis investigaciones anatómicas y demás estudios sobre las llagas de Cristo. Espero haber dado la sensación, de acuerdo con la realidad, de haberlas realizado con independencia de espíritu y con la máxima objetividad científica. Las empecé con cierto recelo y escepticismo. O al menos con dudas cartesianas, muy dispuesto a contrastar las huellas del sudario y negarle autenticidad si no coincidían con la realidad anatómica. Por el contrario, los hechos iban paulatinamente agrupándose en un haz de pruebas cada vez más convincentes. No solamente las imágenes se explicaban con una sencillez y una claridad que consagraban su veracidad, sino que hasta cuando parecían anormales la experiencia enseñaba que eran tales como debían ser, y que no estaban a la manera como las hubiera realizado un farsante siguiendo las tradiciones iconográficas corrientes. La anatomía da testimonio en favor de su autenticidad, en pleno acuerdo con los textos evangélicos. Poseemos por tanto el sudario de Cristo, legado de la efigie de su cuerpo y de las huellas de su sangre. Ésta es la reliquia más insigne del mundo. Reliquia corporal del Divino Redentor. Para quien sabe interpretarla y gusta de reflexionar es la más hermosa y emocionante de las meditaciones de la Pasión».
Los dos mayores impugnadores de la autenticidad de la Sábana Santa de Turín fueron los sacerdotes católicos Ulysse Chevalier, francés, y Herbert Thurston, inglés, que escribió contra la autenticidad de esta Sábana en la revista mensual «The Month» y en la Catholic Encyclopedia de 1912. Los dos afirmaban que la imagen era una pintura fraudulenta, lo cual hoy, después de los estudios microscópicos realizados sobre el lienzo, es algo absolutamente inadmisible, pues entre hilo e hilo no hay pintura. Si yo con un pincel hago una raya en un lienzo, dejo pintura entre los hilos.
Otro famoso impugnador de la Sábana Santa fue el Obispo de Troyes, Pierre D’Arcys, que pidió al Papa Clemente VII prohibiera la exhibición de la Sábana Santa por ser una pintura fraudulenta. El Papa no le hizo caso, y hoy sabemos que no es pintura, pues entre los hilos, mirados al microscopio, no hay pintura. Su predecesor, Henry de Poitiers, llegó a decir que conocía al pintor. Sin duda se refería a una de las muchas copias pintadas de la Sábana Santa que entonces circulaban por Europa.
Por cierto, que tenéis en Oviedo el complemento de la Sábana Santa de Turín. Vosotros la llamáis Sudario, traducción literal del latín evangélico, pero en español sudario suena a sábana, y de hecho se trata de un pañuelo. El sudario de los antiguos era un pañuelo para secarse el sudor. Lo que está aquí en Oviedo tiene manchas de sangre, pero no tiene imagen. Monseñor Ricci, que es uno de los hombres que más sabe en el mundo sobre la Sábana Santa de Turín, ha estado dos veces en Oviedo estudiando este pañolón, su tejido, las manchas de sangre, etc., y ha dicho que ha quedado favorablemente impresionado.
Este pañuelo que mide unos 90 x 50 cms. se descubrió en una arqueta con otras reliquias escondida en el Monsacro por el año 800. Se la trajeron los cristianos que venían huyendo de la invasión árabe. Estaba en Toledo, a donde llegó desde Cartagena, a donde llegó por mar de Cartago al ser invadida por los árabes. A Cartago la llevaron por el norte de África desde Jerusalén, los discípulos de los Apóstoles en un arca de madera con otras reliquias por temor a los persas de Cosroe II que habían invadido Palestina el año 614. Es decir, que tenéis en Oviedo el complemento de la Sábana Santa de Turín. ¡Ya podéis estar orgullosos!
Como decía, nuestra fe se basa en el Evangelio, no en la Sábana Santa. Si algún día se demostrara que la Sábana Santa de Turín es un fraude, habríamos perdido un documento histórico, pero nuestra fe quedaría en pie. Pero no es fácil que esto se demuestre. El Padre Mauricio Iriarte, un sabio jesuita, que es un hombre muy serio, muy profundo, auténtico investigador, en un trabajo que publicó en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, dice de este lienzo:
«1.º Los estudios científicos realizados sobre este lienzo excluyen toda posibilidad de fraude: esto, desde luego, no es un fraude.
2.º Todo lo que muestra el lienzo está perfectamente de acuerdo con lo que dicen los Santos Evangelios.
3.º La trayectoria histórica de este lienzo goza de numerosos documentos que se conservan en los archivos.
4.º Ni el análisis intrínseco del lienzo ni los testimonios extrínsecos dan ningún argumento razonable para que esto sea rechazado».
Esto no es obligatorio creerlo. No. Y el que no quiera creerlo no comete ningún pecado. Pero no tiene razones. No hay razones serias para rechazar esto. Porque todos los estudios realizados confirman su autenticidad. Por lo tanto, el que no quiera aceptarlo, que no lo acepte; pero que sepa que no tiene razones serias para no aceptarlo.
Bien. Pues voy, brevemente —me estoy extendiendo mucho— a decir algunas razones por las cuales la Academia de Ciencias de París afirma que este lienzo es auténtico:
Primero. Este lienzo es contemporáneo de Cristo, pues se tejió en unos telares que dejaron de funcionar después del siglo I de nuestra era. Por lo tanto este lienzo es de los tiempos de Cristo.
Y algunos preguntan: -«Padre, y ¿cómo se puede conservar un lienzo dos mil años?»
Pues sí. Porque el lino en ambiente seco se conserva indefinidamente. En el museo del Louvre de París, se conservan telas que tiene 3.000 años de antigüedad, y conservan todavía esa aspereza de superficie propia de un tejido nuevo.
En las excavaciones de Rebenhausen, en Suiza, se han encontrado trozos de lino, que datan 3.000 años antes de Nuestra Era, y ostentan un diseño en la textura muy parecido al de la Sábana Santa.
Lo mismo sucede en las excavaciones de Palmira, a 300 kms. de Jerusalén, cerca de Damasco; y Antinoe, en Egipto, donde se han encontrado lienzos fúnebres de estructura y grandeza semejantes a los de la Sábana Santa.
Segundo. Dice la Academia de Ciencias de París: la imagen que hay en este lienzo no está pintada por ningún hombre.
¿Por qué? Porque es un negativo. Y es imposible que un medieval pintara en negativo. El hombre medieval no conocía lo que es un negativo. Ya sabéis que el negativo es la inversión del blanco y del negro. Nosotros, después que el siglo pasado se inventara la fotografía en 1840, hemos tenido en nuestras manos un cliché fotográfico. Nosotros fácilmente interpretamos la inversión del blanco y del negro; pero un medieval, que no conocía la fotografía, ¿cómo iba a pintar invirtiendo el blanco y el negro? Sería absurdo. Cuando un medieval pintaba un ojo, pintaba la pupila negra y el globo blanco. Pero, ¿cómo iba a pintar la pupila blanca y el globo negro? Sería absurdo. Sería grotesco. Nadie en la Edad Media pudo pintar en negativo. Hoy sí. Porque la fotografía nos ha familiarizado con la técnica del negativo y ésta se emplea continuamente en tipografía. Pero en la Edad Media, nadie.
Mirad, una anécdota que tiene gracia. Uno de los mejores libros que hay escritos en español sobre la Sábana Santa, es de un Padre salesiano, José Luis Carreño. Se titula: «El Retrato de Cristo». Está muy bien hecho. Recoge lo que otros libros dicen. Pero tiene una cosa original que tiene su gracia. Para demostrar que es imposible que un medieval pintara en negativo, dice: «Para un medieval pintar en negativo es tan absurdo como para nosotros leer al revés. ¿Es que hay alguien de nosotros que se entretenga en leer al revés? Nadie lee al revés, porque no se entera de nada. Pues lo mismo que nosotros no leemos al revés porque no entenderíamos nada, los medievales no pintaban al revés porque no se enteraban».
Y él pone este ejemplo. Vamos a ver si hay alguien que sea capaz de entender lo que voy a decir leyendo al revés.
Sanirdnolog sarucso sal nárevlov
ragloc a sodin sus nóclab ut ed.
He leído en castellano, pero al revés. ¡Si parece ruso! Ruso, no. Lo que he leído son los conocidísimos versos de Bécquer:
Volverán las oscuras golondrinas
de tu balcón sus nidos a colgar.
Leído al derecho, suena a Bécquer; y leído al revés suena a ruso.
Pues dice el padre Carreño: «Lo mismo que es grotesco para nosotros leer al revés, porque no nos enteramos; lo mismo para un medieval pintar al revés, invirtiendo el blanco y el negro».
Lo que tenemos en la Sábana Santa es un negativo fotográfico. Esto desde luego no es pintura. Esto no lo ha hecho ningún hombre. Un medieval no podía pintar en negativo.
Hay por el mundo unas cuarenta copias de la Sábana Santa. Varias de ellas en España. Pero la mayoría son regulares. Son muy buenas las que se conservan en Santiago del Estero (Argentina) y en la residencia de los Jesuitas de Génova (Italia). En España, una de las mejores que yo he visto está en Campillo de Aragón, cerca del Monasterio de Piedra, por Calatayud. Fue regalada por el Gran Maestre de la Orden Hospitalaria de Malta, hijo del pueblo.
Cuando pronuncié esta conferencia en el cine Goya de Alicante me preguntaron que qué opinaba yo de la Santa Faz de Alicante. Y cuando di esta conferencia en Jaén, que qué opinaba yo del Santo Rostro de Jaén.
Yo contesté: -Mirad, es elemental no opinar de lo que no se conoce. Yo la Sábana Santa de Turín la he estudiado a fondo; pero ni la Santa Faz de Alicante, ni el Santo Rostro de Jaén los he estudiado. Por lo tanto no opino. No sé.
Ahora, lo que sí puedo decir es que tanto la Santa Faz de Alicante, como el Santo Rostro de Jaén no pretenden ser de la Sábana Santa. Dicen que son de la Verónica. Es otra cosa. ¿Es verdad o no? No sé. Prescindo. No lo he estudiado. Pero desde luego son otra cosa.
Y además son pinturas. Algún artista de aquel tiempo tuvo el mal gusto -no lo culpamos, gustos de la época; y quizás por mandato de alguien- al ver que en aquel lienzo los rasgos de Cristo se veían poco, los remarcó pintando encima. Claro, lo estropeó.
Ahora, lo que yo veo en la Santa Faz de Alicante y en el Santo Rostro de Jaén es un rostro pintado. ¿Qué es lo que hay debajo? No sé. No lo he estudiado.
Hay otro paño de la Verónica en la Basílica de San Pedro en Roma.
Y termino ya diciendo que esto es tan serio que al Dr. Hyneck, que se llamaba a sí mismo «ateo rabioso», encontró la fe estudiando este lienzo. Yo he leído su libro donde lo dice.
Me acuerdo que cuando puse esta conferencia en Málaga, después alguien preguntó: -Padre, ¿esta Sábana ha hecho algún milagro? Contesté: -Que yo sepa no. Pero me acordé. -Bueno, uno. Fenomenal. La conversión de un ateo. Eso es más milagroso que todo milagro de orden físico: un milagro de orden moral. Un hombre que no creía, un hombre que era ateo, y que tiene una página preciosa, delicadísima, en su libro, donde dice cómo encontró la fe estudiando la Sábana Santa de Turín.
Esto que van a ver es una meditación maravillosa de la Pasión. No fruto de una imaginación calenturienta, sino fruto del estudio médico sobre el lienzo.
Es muy frecuente que después de esta conferencia haya gente que quiera confesarse. Varias veces me lo han pedido. Han sentido verdadero dolor y arrepentimiento de su vida ante los sufrimientos que Cristo pasó por nosotros.
Por eso se me vienen a la cabeza aquellas palabras de San Ignacio de Loyola en los Ejercicios: «Viendo lo que Cristo ha hecho por mí, ¿qué voy yo, en adelante, a hacer por Cristo?»
CONSEJO PRÁCTICO
En función de tus necesidades encontrarás las ventajas de uno u otro sistema, tú tienes la última palabra.
San Ezequiel Moreno: el santo protector de los enfermos de cáncer
Ezequiel Moreno conoce bien esta enfermedad que le causó la muerte en 1906
Asan Ezequiel Moreno y Díaz, obispo de Pasto (Colombia), se le conoce como protector de los enfermos de cáncer.
Son muchas las personas que aseguran haber superado la enfermedad gracias a su intercesión y los milagros que la Iglesia aprobó para su beatificación y canonización fueron curaciones de cáncer.
Realizó una importante labor pastoral, alzando la voz principalmente en defensa de los desfavorecidos, pero sobre todo enfermos y familiares recurren a él para buscar consuelo, alivio y curación en la dura enfermedad.
Natural de Alfaro (La Rioja), realizó su profesión simple como agustino recoleto en Monteagudo (Navarra) con tan solo 16 años.
Según explica su congregación en una nota de prensa, fue uno de los primeros misioneros agustinos recoletos que llegaron a Filipinas y reactivó las misiones agustinas recoletas en Colombia.
10 años después de ser nombrado obispo de Pasto, en 1905 le fue detectado un cáncer en la garganta. Fue este el motivo de su regreso a España, donde murió el 19 de agosto de 1906 en Monteagudo.
Agustinos recoletos
La Iglesia le proclamó como especial protector de los enfermos de cáncer. El 19 de agosto, festividad del santo español, es un día remarcado para los devotos de san Ezequiel que se ponen en sus manos.
De la agonía a la completa curación
La experiencia de Carmela Jurado fue la que propició la beatificación de Ezequiel Moreno. Natural de Pasto, de donde fue obispo el agustino recoleto, Carmela sufría un tumor en la nariz.
En un primer análisis clínico fue enviada al Instituto Radium de Bogotá. Los doctores consideraron que se trataba de un tumor maligno.
Los exámenes médicos confirmaron que sufría un cáncer maligno palatino-nasal, la misma enfermedad por la que falleció san Ezequiel Moreno.
Tras pasar dos meses ingresada, los médicos aconsejaron a la familia que la llevasen a morir a su casa, pues no se podía hacer nada por su recuperación.
En la noche del 11 al 12 de febrero de 1947 estaba ya agonizando después de recibir la extremaunción. Las semanas previas había rezado con su familia dos novenas a san Ezequiel.
A la mañana siguiente, Carmela Jurado despertó totalmente curada y sin ninguna afección. La comisión de la Congregación para la Causa de los Santos afirmó que el hecho no tenía explicación científica y se trataba de un milagro por la intercesión de Ezequiel Moreno.
Pablo VI lo beatificó el 1 de noviembre de 1975, festividad de Todos los Santos. En su homilía, el Papa aseguró que el prelado agustino recoleto de Pasto era “ejemplo vivo de santidad para los obispos”.
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Hasta bromeaba sobre su cáncer para alegrar a los demás
El milagro de la canonización
La colombiana María de Jesús Náñez obtuvo el milagro que dio paso a la canonización. Se produjo en la noche del 18 de julio de 1986.
María de Jesús Náñez había sido operada de un cáncer en la pierna derecha y que se había reproducido con metástasis en el pecho izquierdo. Encomendándose a Ezequiel Moreno se curó milagrosamente.
La Santa Sede estudió el milagro y dio vía libre para la canonización entendiendo que María de Jesús Náñez se había curado por la intercesión del fraile agustino recoleto.
Con motivo del V centenario de la evangelización, san Juan Pablo II elevó a los altares a san Ezequiel Moreno en Santo Domingo.
En su homilía, el Papa dijo que el santo agustino recoleto “se nos presenta ante todo como modelo de evangelizador, cuyo incontenible deseo de anunciar a Cristo guió todos los pasos de su vida”.
Son muchas las personas que actualmente se encomiendan a san Ezequiel Moreno para que interceda por los enfermos de cáncer con esta oración:
Cristo Jesús, que por nosotros has abrazado la Cruz:
ten presente a (nombre del enfermo) que sufre la enfermedad.
Fortalécele con tu espíritu. Dale paciencia en el dolor y fortaleza en la fe.
Que se sienta consolado por ti. Que san Ezequiel Moreno lo tome bajo su protección.
Amén