Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Ya es la tercera vez que hago esta novena a la Virgen María que consiste en rezar mil Avemarías diarias, es decir nueve mil saludos forman toda la novena. No obstante, aunque la he hecho ya tres veces en mi vida, y dos veces fueron cuando cumplía mis deberes, no he perjudicado en nada mis tareas cumpliéndolas con máxima exactitud, y además [la he hecho] fuera de los ejercicios de piedad, o sea ni durante la Santa Misa, ni durante la bendición, he rezado estas Avemarías. Una vez hice esta novena cuando estaba en el hospital.  Más hace el que quiere que el que puede.  Fuera del recreo, rezaba y trabajaba; en esos días no he pronunciado ni una sola palabra que no fuera absolutamente necesaria, pero tengo que reconocer que esto requiere mucha atención y esfuerzo, más para honrar a la Inmaculada no hay nada que sea demasiado.

Reflexión: Novena de la Inmaculada

Ya es la tercera vez que hago esta novena a la Virgen María, que consiste en rezar mil Ave Marías diarias, es decir nueve mil saludos forman toda la novena. Pero tengo que recordar que esto requiere mucha atención y esfuerzo; más para honrar a la Inmaculada no hay nada que sea demasiado.

Primer día: Estrella de la mañana, antes que los abismos fui engendrada yo. “No apartes los ojos del resplandor de esta estrella si no quieres ser destruido por las borrascas”. Segundo día: Casa de Oro. Su concepción inmaculada y todas las gracias y donde con que Dios enriqueció su alma, estaba dirigidos en orden a su maternidad divina.

Tercer día: Esclava del Señor; he aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Desde ese momento, el verbo de Dios tomó carne en sus entrañas purísimas.

Cuarto día: Causa de nuestra alegría. La alegría verdadera llega al mundo con María. Ella nos enseña a ser motivos de alegría para los demás. Lleva la alegría a donde va.

Quinto día: Rosa mística. María guardaba estas cosas y las meditaba en su corazón, esta plegaria continua es como el aroma de la rosa que se eleva constantemente hacia Dios.

Sexto día: Madre amable. Jesús nos dio a su madre, como nuestra madre, se convirtió en madre de todos los hombres.

Sétimo día: Refugio de los pecadores. Danos el deseo certero de acceder a ti, cuando no hayamos alejado, aunque sea un poco del amor de tu hijo. Ella es nuestro refugio.

Octavo día: Puerta del cielo, porque con su intercesión omnipresente nos da los auxilios necesarios para llegar al cielo y estar ante el trono de Dios. No nos alejemos de su lado y de su protección.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda la devoción a la Inmaculada a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.