Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Ayer recibí una carta del Padre Sopocko. Supe que la causa de Dios si progresa aunque lentamente. Me alegro de ello muchísimo y he redoblado mis plegarias por toda esta obra.  He conocido que en el momento actual, respecto a esta obra, Dios exige de mi, oración y sacrificio; mi acción podría realmente destruir los proyectos de Dios tal y como me escribió el Padre Sopocko en la carta de ayer.  Oh Jesús mío, concédeme la gracia de ser un instrumento ciego en tus manos.  He conocido de la carta cuánta luz Dios concede a este sacerdote; eso me afirma en la convicción de que Dios llevará a cabo esta obra a través de él a pesar de las contrariedades que se multiplican.  Sé bien que cuanto más bella y más grande es la obra, tanto más tremendas son las tempestades que se desencadenan contra ella.

Reflexión: Instrumento del Señor

Oh Jesús mío, concédeme la gracia de ser un instrumento ciego en tus manos. Sé bien que cuanto más bella y más grande es la obra, tanto más tremendas son las tempestades que se desencadenan contra ella.

Nosotros somos instrumentos de Dios, de los que se sirve para la salvación de las almas. Somos buenos instrumentos de Dios cuando el hombre es humilde y se une a Dios por la oración. Para ser instrumentos, dependemos de la unión con Cristo: “El que permanece en mí y yo en él, ese dará mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada”. Cristo, enviado por el Padre es la fuente y origen de todo apostolado en la Iglesia. Nuestra seguridad y éxito al trabajar por Dios se fundamenta en que Él no nos abandona . Si Él está con nosotros ¿Quién contra nosotros? Contar siempre con Dios en primer lugar es buena señal de humildad. Al hacer apostolado hemos de utilizar también los bienes materiales, que son buenos porque los hizo Dios, para servicio del hombre. Para ser instrumento del Señor nos pide fe, obediencia, audacia y hacer siempre lo que esté en nuestras manos, no esperemos a que desaparezcan todas las dificultades. En lo sobrenatural siempre hay fruto. El Señor se encarga de ello y el Señor bendice nuestros esfuerzos y los multiplica. “Vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os he mandado, decid: somos unos siervos inútiles, no hemos hecho más que lo que teníamos que hacer”. La gracia divina es lo único que puede potenciar nuestros talentos humanos, para ser instrumentos del Señor.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda ser su instrumento a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.