MATEO 13:10-17
Amigos, en el Evangelio de hoy los discípulos le preguntan a Jesús por qué habla a las multitudes con parábolas. Jesús explica el Reino de Dios a través de historias e imágenes, que parecen ser el modo preferido de predicación. Él responde a sus discípulos diciendo, “les hablo por medio de parábolas: porque ‘miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden’”. En otras palabras, es porque las multitudes rechazan creer en Él y lo que tiene para decirles.
Muchas parábolas eran extrañas e inicialmente desconcertantes y poco atractivas. Por supuesto que a eso apuntan las parábolas: a incomodarnos, a descolocar, y confundirnos un poco. ¡Qué característico es eso en el modo de predicar de Jesús! Rara vez Él presenta el tema en forma doctrinal: prefiere contar historias enigmáticas, simpáticas. ¿Por qué? En muchos casos las historias revelan una verdad que un argumento no pueden del todo capturar.
Fidelidad a Dios, condición para intimar con él
En el Antiguo Testamento observamos con frecuencia los vaivenes del comportamiento del pueblo de Israel, y la reacción consiguiente de Dios frente a esta conducta. En el pasaje de hoy el profeta Jeremías transmite lo que Dios quiere decir a Jerusalén –que representa a Israel en su conjunto- en relación con las actitudes que el pueblo tuvo en otro tiempo y las actuales.
Dios recuerda sin disimulo las virtudes que resplandecían en otro tiempo en Jerusalén: el cariño que le tenía, el amor de novia que mostraba, el seguimiento fiel que había emprendido y mantenido por el desierto. Esa manera de obrar hacía que Israel fuera algo sagrado para el Señor y que éste interviniese a su favor cuando alguien osaba interferirse en su vida.
Pero las cosas cambiaron: el pueblo no respetó la primacía de Dios, sino que profanó esa realidad sagrada de la que Dios lo había revestido. Sus responsables ignoraron la identidad y la primacía de Dios y se volvieron a otros dioses, comprometiendo el porvenir del pueblo. Recurriendo a la metáfora del agua, Dios resume las malas acciones de Israel en dos: abandonar la fuente de agua viva que es Él y construir aljibes que no retienen esa agua.
Dicho de otro modo: privarse de la vitalidad que Dios comunica e incapacitarse para seguir recibiéndola.
¿Cómo reaccionamos nosotros ante esta palabra de Dios? ¿Reconocemos en nuestra vida algún momento en que hayamos vivido la intimidad del amor con Dios? ¿En que hayamos seguido sus consignas con fidelidad y hayamos gozado de su amistad? ¿Hemos hecho fructificar esa experiencia? ¿O quizá la hemos cambiado por otras preferencias más aparentes y más estériles? ¿Nos habremos alejado de la fuente en que bebíamos y que nos fecundaba, y por eso padecemos ahora una sed torturante y constatamos que nuestra vida no da frutos que merezcan la pena?
Sencillez en la escucha del Evangelio, condición para vivir el misterio del reino
Jesús reconoce aquí la enigmática condición de las parábolas. Por una parte, son instrumentos útiles para dar a conocer el reino de Dios; por otra, son ininteligibles para muchos de sus oyentes. La explicación que Jesús da de ello nos deja también un tanto perplejos: “al que tiene se le dará…, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene”. Al que está cerca del reino de Dios las parábolas le sirven; al que está lejos le confunden.
El proverbio que usa Jesús tiene un origen campesino de carácter económico: el que tiene puede aumentar su patrimonio sin gran dificultad; el que tiene poco acaba perdiéndolo todo o estancándose en lo que tiene. Asimismo los que han acogido el reino con fe, cada vez descubrirán más profundamente su misterio; los que lo han acogido superficialmente acabarán por abandonarlo o por vivirlo de manera lánguida, con poco fruto. Es una interpelación a vivir con seriedad nuestra vocación cristiana, so pena de llevar una vida sin demasiado sentido e irrelevante para los demás.
Cuando Jesús habla de los sencillos se refiere a los discípulos, a quienes el Padre revela los misterios del reino.
Si habla en parábolas, es para facilitar la acogida de ese reino, pero hay muchos que tienen embotada la mente y no escuchan el mensaje ni ven los signos de la llegada del reino. Es algo que ya estaba anunciado en el Antiguo Testamento (se refleja aquí la polémica que existía entre la comunidad del evangelista Mateo y la Sinagoga).
En resumen, hace falta una cierta predisposición para acoger el mensaje de Jesús. Alguien puede pensar que eso es algo ingenuo, pero sin una cierta simplicidad, sin una sincera sencillez, no seremos capaces de acoger las palabras del Evangelio y la semilla del reino se desperdiciará.
Y el Espíritu Santo es una memoria activa, que enciende y reaviva el amor de Dios en nuestro corazón. (…) Siempre recordamos lo que va mal, con frecuencia resuena en nosotros esa voz que nos recuerda los fracasos y las deficiencias, que nos dice: “Ves, otra caída, otra desilusión, nunca lo conseguirás, no eres capaz”. Esto es un estribillo malo y peligroso. El Espíritu Santo, en cambio, nos recuerda todo lo contrario: “¿Has caído? Pero, eres hijo. ¿Has caído? Eres hija de Dios, eres una criatura única, elegida, preciosa. ¿Has caído? Pero eres siempre amado y amada; aunque hayas perdido la confianza en ti mismo, Dios confía en ti”. Esta es la memoria del Espíritu, lo que el Espíritu nos recuerda continuamente: Dios se acuerda de ti. Tú puedes perder la memoria de Dios, pero Dios no se olvida de ti, se acuerda di ti continuamente. (Homilía de la Solemnidad de Pentecostés, 5 junio 2022)
Lorenzo de Brindisi, Santo
Doctor de la Iglesia, 21 de Julio
Sacerdote capuchino – Doctor de la Iglesia
Martirologio Romano: San Lorenzo de Brindisi, presbítero y doctor de la Iglesia, de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, predicador incansable por varias naciones de Europa, que de caracter sencillo y humilde, cumplió fielmente todas las misiones que se le encomendaron, como la defensa de la Iglesia ante los turcos que intentaban dominar Europa, la reconciliación de príncipes enfrentados y el gobierno de su Orden religiosa. Murió en Lisboa, en Portugal, el veintidós de julio de 1619.
Etimológicamente: Lorenzo = laurel, de la lengua latina.
Fecha de beatificación: 1 de junio de 1783 por S.S. Pío VI
Fecha de canonización: 8 de diciembre de 1881 por S.S. León XIII.
Iconografía: con hábito, un libro, la hostia alusiva a su veneración a la Eucaristía y la imagen de María Santísima, por la especial devoción que le manifestó.
Breve Biografía
Cesar de Rossi nació en Brindis, ciudad del reino de Nápoles, en 1559. Pertenecía a una familia veneciana de cierto renombre. A los seis años ya asombraba a todos por la facilidad de aprender de memoria páginas enteras, que declamaba en público.
Primero se educó en el convento de los franciscanos de su ciudad natal y, después, bajo la dirección de un tío suyo en el colegio de San Marcos de Venecia. Hizo rápidos progresos, tanto desde el punto de vista intelectual como espiritual y a los dieciséis años ingresó en el convento de los capuchinos de Verona. Cuando pidió ser admitido, el superior le advirtió que le iba a ser muy difícil soportar aquella vida tan dura y tan austera. El joven le preguntó: «Padre, ¿en mi celda habrá un crucifijo?.» «Sí, lo habrá», respondió el superior. «Pues eso me basta. Al mirar a Cristo Crucificado tendré fuerzas para sufrir por amor a El, cualquier padecimiento». Con el hábito religioso recibió el nombre de Lorenzo.
Durante sus estudios de filosofía y teología en la Universidad de Padua, se distinguió por su extraordinario dominio de lenguas: aprendió el griego, el hebreo, el alemán, el bohemio, el francés, el español y llegó a conocer muy a fondo el texto de la Biblia.
Por su gran don de prédica, siendo diácono, le fue encomendado el predicar los 40 días de Cuaresma en la Catedral de Venecia por dos años consecutivos. La gente vibraba de emoción al oír sus sermones, y muchas eran las conversiones.
Después de su ordenación sacerdotal, predicó con gran fruto en Padua, Verona, Vicenza y otras ciudades del norte de Italia. En 1596, pasó a Roma a ejercer el cargo de definidor de su orden, y el Papa Clemente VIII le pidió que trabajase especialmente por la conversión de los judíos. Tuvo en ello gran éxito, ya que a su erudición y santidad de vida unía un profundo conocimiento del hebreo.
Un sacerdote le preguntó: «Frai Lorenzo, ¿a qué se debe su facilidad para predicar? ¿A su formidable memoria?» Y él respondió: «En buena parte se debe a mi buena memoria. En otra buena parte a que dedico muchas horas a prepararme. Pero la causa principal es que encomiendo mucho a Dios mis predicaciones, y cuando empiezo a predicar se me olvida todo el plan que tenía y empiezo a hablar como si estuviera leyendo en un libro misterioso venido del cielo».
Dormía sobre tablas. Se levantaba por la noche a rezar salmos. Ayunaba con frecuencia comiendo casi siempre pan y verduras. Huía de recibir honores, y se esforzaba por mantenerse siempre alegre y de buen humor con todos.
Cuando Lorenzo era vicario general, el emperador Rodolfo II le envió en misión diplomática a conseguir la ayuda de los príncipes alemanes contra los turcos, cuya amenaza se cernía sobre toda Hungría. El santo tuvo éxito en su misión y fue nombrado capellán general del ejército que se había formado gracias a sus esfuerzos. En algunas ocasiones, San Lorenzo fue prácticamente general en jefe del ejército; por ejemplo, antes de la batalla de Szekes-Fehervar, en 1601, los generales le consultaron, el santo les aconsejó que atacasen, arengó personalmente a las tropas y partió al frente de las fuerzas de ataque, sin más armas que un crucifijo. La aplastante derrota que sufrieron los turcos fue atribuida por todos a San Lorenzo. Se cuenta que, al volver de la campaña, se detuvo en el convento de Gorizia, donde el Señor se le apareció en el coro y le dio la comunión por su propia mano.
Los príncipes y gobernantes, por muy irreligiosos que sean, suelen apreciar los servicios de los hombres verdaderamente santos. Los principales señores de Nápoles acudían a San Lorenzo para presentarle sus quejas por la tiranía del virrey español, duque de Osuna y le pedían que fuese a la corte del rey Felipe para evitar que el pueblo se levantase en armas. El santo no era aún muy viejo, pero estaba enfermo y achacoso. Cuando llegó a Madrid, supo que el rey no estaba en la ciudad, sino en Lisboa. Así pues, prosiguió su camino a Portugal, en pleno calor del estío. Usó de toda su elocuencia y su poder de persuasión y logró que el monarca prometiese relevar del cargo de virrey al duque de Osuna.
San Lorenzo regresó entonces a su convento y ahí falleció el día de su cumpleaños, 22 de julio de 1619. Cumplía 60 años. Fue sepultado en el cementerio de las Clarisas Pobres de Villafranca.
Lo canonizó León XIII en 1881. Juan XXIII lo declaró Doctor de la Iglesia en 1959, con el título de Doctor Evangélico, por lo elevado de su inspiración evangélica.
Qué quieres hoy de mí Señor
Santo Evangelio según san Mateo 13, 10-17. Jueves XVI del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Aquí esto Señor…. Vengo ante ti… Abre mi corazón.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 13, 10-17
En aquel tiempo se acercaron a Jesús sus discípulos y le preguntaron: «¿Por qué les hablas en parábolas?». Él les respondió: «A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos; pero a ellos no. Al que tiene se le dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden.
En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice: Ustedes oirán una y otra vez y no entenderán; miraran y volverán a mirar, pero no verán; porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y ha tapado sus oídos, con el fin de no ver con los ojos ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve.
Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Solemos decir en el lenguaje cotidiano: «Dios me lo dijo», escuché a Dios, Dios me lo mostró… Dios me llamó… ¿Es una metáfora?, ¿una forma de decir?, ¿una imagen que me sirve sólo para explicar?…
Recurro a mi memoria y me encuentro con momentos, circunstancias… ocasiones en donde no sé cómo; no sé cuándo… ahí en lo profundo de mi conciencia, me lo dijo, escuché, me mostró, me llamó…
Encontré consuelo, aridez; descanso, vértigo…; miedo, confianza, sentido…encontré amor. Es una extraña seguridad.
Es un verdadero don, pues hay personas que ven lo que yo veo…escuchan lo que yo escucho y viven lo que yo vivo pero, al final, es como si fueran cuadros distintos. Sin embargo este don que me has querido dar… es, definitivamente un designio de bondad que trae mucha responsabilidad.
Un don que hay que agradecer, donde la pregunta correcta no es: ¿por qué… por qué a mí? Sino ¿para qué Señor? ¿Qué quieres que haga con todo esto que me das?
No permitas que cierre mi corazón ante el don de tu amor; que cierre mis oídos ante tu voz.
¿Qué quieres hoy de mí, Señor?…
«Formarse supone ser capaces de acercarse con humildad al Señor y preguntarle: ¿Cuál es tu voluntad? ¿Qué quieres de mí? Sabemos la respuesta, pero tal vez nos haga bien recordarla, y para ello les propongo las tres palabras del Shemá con las que Jesús respondió al Levita: “amarás al Señor con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas”». (Homilía de S.S. Francisco, 1 de abril de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Ir a visitar al Santísimo y pedir, de una manera especial, por las vocaciones, para que todos sepan escuchar su llamado.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Nació el Reino de la Gracia
Dios quiere habitar en nosotros con su gracia, de una manera muy especial.
Recordemos, la gracia es aquella vida divina que, habitando en nuestra alma, nos torna hijos adoptivos de Dios. Hijo de Dios, en sentido amplio, es todo el mundo, incluso toda la Creación, entendiendo este sentido amplio como que son «hijos» todas las criaturas de Dios.
Pero ¿si ya todos eran hijos de Dios, incluso antes de la venida de Jesús, entonces porqué había y hay tanta maldad en los hombres? Porque en sentido estricto, no todos son hijos de Dios, sino aquellos en los que vive la gracia de Dios, gracia que se adquiere con el bautismo, se pierde con el pecado, y se recupera con la confesión.
Primero digamos con Santo Tomás que Dios está en toda criatura, incluso en los demonios y en las piedras que configuran el infierno material. Si no, ellas dejarían de existir:
«Dios está presente en todas las cosas por potencia, porque todo está sometido a su poder. Está por presencia, porque todo está patente y descubierto a sus ojos. Y está por esencia, porque actúa en todo como causa de su ser». (1)
Es decir, el orgullo del hombre -para sólo con este ejemplo mostrar la total dependencia de todo con el Creador- no es más que algo ridículo. Por potencia dependemos del Señor, porque Dios puede hacer con nosotros lo que quiera, incluso reducirnos a la nada, inclusive elevarnos hasta la mayor de las alturas, o hundirnos en la mayor de las miserias. Todo lo que es posible, Dios lo puede con nosotros. Por presencia está presente el Omnisciente en nos, porque Dios conoce todo el secreto de nuestros corazones, incluso antes de que allí aparezcan los secretos, sabe de nuestras intenciones, las buenas y las malas; ausculta la pureza o impureza de nuestros deseos, y por ahí mide la bondad o malicia de nuestros actos. Y por esencia, porque lo que somos no es sino una débil participación de una Idea divina, de su Esencia Divina, participación creada por amor, y mantenida por amor, porque si en algún momento Dios se «olvidase» de nuestra existencia, sencillamente desapareceríamos.
Pero no es esta existencia de Dios en nosotros -la de la potencia, presencia y esencia- la única que quiere el Creador; esta presencia existe en toda y cada criatura. Dios quiere habitar en nosotros con su gracia, de una manera muy especial. «Si alguien me ama, guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos en él nuestra morada», dice el Señor (Jn 14, 23). La existencia que Dios quiere en nosotros es la existencia de la gracia, esa existencia que sí nos hace, en sentido estricto, hijos de Dios.
Es aquella «presencia íntima de Dios, uno y trino, como Padre y como Amigo. Este es el hecho colosal que constituye la propia esencia de la inhabitación de la Santísima Trinidad en el alma justificada por la gracia santificante y por la caridad sobrenatural. En el cristiano, la inhabitación equivale a la unión hipostática [unión entre la divinidad y la humanidad] en la persona de Cristo, si bien que no sea ella, sino sí la gracia santificante, la que nos constituye formalmente hijos adoptivos de Dios. La gracia santificante penetra y embebe formalmente nuestra alma, divinizándola. Pero la divina inhabitación es como la encarnación en nuestras almas de lo absolutamente divino: del propio ser de Dios tal como es en sí mismo, uno en esencia y trino en personas». (2)
En el alma en gracia de Dios, que no se reconoce por tanto en el pecado grave, Dios habita como amigo, como Padre, como que encarnándose en ella, haciendo de ella una morada permanente, divinizándola, dándole sus dones, su vida íntima.
Bien es cierto que adquirida la gracia de Dios, ella se pierde -y cuan comúnmente- por el pecado mortal. Podemos concluir de acuerdo a lo anterior, que la gracia se pierde porque el hombre no alimentó su unión con Dios mientras permanecía en gracia, sino que este vínculo se fue debilitando. Dios vivía como amigo en el alma de ese hombre, pero el hombre no respondía mucho a la amistad de su Divino Huésped; comenzó a escuchar la voz de sus malas inclinaciones, o la voz de satanás, hasta que un día decidió despedirlo prefiriendo el pecado.
Para recuperar o fortalecer la unión con Dios, está el recurso a la gracia. Está la recuperación de la gracia con la confesión; está el fortalecimiento de la gracia con todo los recursos que brinda la Iglesia, comenzando por la Eucaristía y demás sacramentos y siguiendo con la oración.
«Con la Encarnación, Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, el mal sufrió su derrota definitiva, porque pasó a regir sobre la faz de la Tierra el régimen de la gracia. Fue este el medio determinado por la Sabiduría Divina para acabar con la vitalidad y el dinamismo del linaje de satanás, el cual, inconforme, hace de todo para vengarse; por eso la lucha entre el bien y el mal continúa sin tregua, hoy más que nunca». (3) Particularmente en el interior de cada uno de nosotros.
Con la Encarnación, y particularmente con la Pasión y Muerte de Cristo -que conmemoramos en estos días-, nació la Iglesia, su liturgia y sus sacramentos, por los que nos viene la gracia. Nació el reino de la Gracia, pues el Reino de Dios es el Reino de la Gracia, y estamos llamados a vivir en él.
II Jornada Mundial de Ancianos
Iniciativas en América Latina y España.
“El Espíritu Santo suscita aún hoy en los ancianos pensamientos y palabras de sabiduría: su voz es preciosa porque canta las alabanzas de Dios y guarda las raíces de los pueblos. Nos recuerdan que la vejez es un regalo y que los abuelos son el eslabón entre las generaciones, para transmitir a los jóvenes experiencias de vida y de fe. A menudo se olvida a los abuelos y nosotros olvidamos esta riqueza de preservar las raíces y transmitir”.
Con estas palabras, después del Ángelus del 31 de enero de 2021, Francisco explicaba la motivación de instituir la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, que se celebra, como él mismo dispuso, cada año el cuarto domingo de julio, cerca de la fiesta de San Joaquín y Santa Ana, los abuelos de Jesús. El Obispo de Roma consideraba que “es importante que los abuelos se encuentren con sus nietos y que los nietos se encuentren con sus abuelos, porque -como dice el profeta Joel- los abuelos soñarán frente a sus nietos, tendrán ilusiones (grandes deseos), y los jóvenes, tomando fuerzas de sus abuelos, irán adelante, profetizarán”.
Este año, desde el 23 de febrero hasta el 22 de junio, el Papa desarrolló un ciclo de catequesis sobre el sentido y el valor de la vejez, y se ha inspirado en distintas figuras bíblicas para articular sus reflexiones. Una de las mayores riquezas de este recorrido fue la bendición de escuchar y ver el testimonio del Santo Padre en esta etapa de la vida, en primera persona, con su generosa entrega cotidiana a pesar de las limitaciones físicas.
Por todos estos elementos, la II Jornada Mundial de los Abuelos y Ancianos cobra una relevancia especial. En este contexto, Vatican News ofrece una recopilación de iniciativas, mensajes y propuestas para la celebración de esta fecha querida por el Sucesor de Pedro.
Argentina: “Debemos revitalizar la alianza entre generaciones”
El Área Adultos Mayores de la Comisión Episcopal para la Vida, los Laicos y la Familia de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) difunde un mensaje en el que recuerda el lema de esta Jornada: “En la vejez, seguirán dando frutos”. El CEVILAF considera que “quiere el Papa resaltar el valor de la ancianidad que, al revés de lo que piensa el mundo, puede seguir dando frutos y constituye un valor y un don para las familias, las comunidades cristianas y la sociedad toda”. “Él mismo lo está testimoniando con su propia vida y entrega generosa”, subrayan.
Desean reconocer, valorar y agradecer, con amor y generosidad, “lo que todos los abuelos y mayores han hecho, hacen y harán, desde su rol insustituible de maestros de la vida, para acompañar, cuidar e integrar a las familias, asegurando la transmisión de los grandes valores humanos, así como comunicando, de generación en generación, su legado de carismas, gratitud, experiencia y sabiduría, mostrando la interdependencia de las generaciones en el Pueblo de Dios”.
Además, Monseñor Samuel Jofré, obispo de Villa María, Córdoba, y quien acompaña el Área de Adultos Mayores de la Comisión Episcopal para la Vida, Laicos y Familia, pronunció un videomensaje.
Uruguay: Una serie en Spotify
El espacio recientemente inaugurado en Spotify de Radio Oriental, la emisora de la Arquidiócesis de Montevideo, se abrió con una serie dedicada al adulto mayor y denominada “En la vejez seguirán dando frutos”. Está inspirada en la Jornada de los Ancianos y las catequesis de Francisco en torno al tema. Los episodios están producidos por la Pastoral Social y el Departamento de Comunicación de la Arquidiócesis, según informa el sitio web de ICM. El objetivo es compartir la buena noticia de la vocación y diferentes aspectos de la vida en la tercera edad.
Estos podcast están orientados a adultos mayores de 65 años; personas jubiladas; personas preocupadas o temerosas por su propio envejecimiento; instituciones que brindan servicios a ancianos, abuelos y familias; así como comunidades, grupos parroquiales y la familia en general. Para conocer más información, visite este sitio web: https://icm.org.uy/radio-oriental-lanza-su-canal-de-spotify/.
Venezuela: Material de animación de la Jornada
Las Obras Misionales Pontificias (OMP) en Venezuela prepararon un subsidio para la celebración de la Jornada en 2022, desde el servicio de Agrupación Misionera de Enfermos y Adultos Mayores (AMDEAM). La Conferencia Episcopal informa que esta guía incluye el guion para la eucaristía, así como algunas sugerencias de dinámicas y actividades para realizar.
Algunas propuestas contenidas en el material son visitar a los mayores solos en las casas de reposo, llevarles un momento de alegría, esperanza, algún refrigerio; organizar recaudación de medicamentos y ropas; realizar actividades recreativas, como cantos, juegos acordes a la edad, karaokes, entre otras; organizar el rezo del rosario por la vida y la salud de los abuelos del mundo entero en la parroquia o comunidad de pertenencia.
Hay dos invitaciones especiales: unirse al camino de reflexión sobre la vejez que se lleva a cabo por Facebook y compartir las actividades que se realicen en la comunidad, parroquia o familia en las redes sociales acompañadas por las etiquetas #JornadaMundialdelEnfermo, #JME #AMDEAM #OMPVenezuela y etiquetando a @omp_venezuela en Instagram.
Colombia: Un triduo pensado para los ancianos
La Arquidiócesis de Bogotá propone un triduo para celebrar la II Jornada de Ancianos, del viernes 22 al domingo 24 de julio. La invitación dirigida a todos los fieles es, según el Arzobispado de la capital colombiana, «a orar por las personas mayores que permanecen en el aislamiento, la enfermedad o el abandono; a reconocer su situación actual en nuestros entornos eclesiales y a disponernos para acercarnos a ellas con la sensibilidad, el corazón y la generosidad del Buen Samaritano, de modo que se sientan incluidas, atendidas y valoradas gracias al tesoro que aporta su existencia».
Animan a las parroquias a invitar a los adultos mayores con el propósito de reconocer su presencia y aporte a la evangelización, compartiendo con ellas un alimento y un mensaje o recordatorio. Para lograr estos objetivos, proponen un subsidio litúrgico, las propuestas de oración y el taller de sensibilización.
España: En Madrid, misa solemne en la Catedral de la Almudena
La Archidiócesis de Madrid organiza una solemne celebración eucarística, prevista para el domingo 24 de julio a las 12:00 en la catedral de Santa María la Real de la Almudena y presidida por el Cardenal Carlos Osoro, arzobispo de Madrid.
España, Conferencia Episcopal: Orientaciones para pastoral con personas mayores
En mayo pasado, la Conferencia Episcopal Española publicó el documento “La ancianidad: riqueza de frutos y bendiciones”, con orientaciones para la pastoral de las personas mayores. Con este volumen, se consolidan los trabajos que, desde diversas realidades eclesiales, se desarrollan en el mundo de los mayores.
La guía propone cuatro ideas de partida, se refiere al principio que considera “fundamental” en la atención a las personas mayores dependientes, que es el de “cuidar al cuidador”, comparte las experiencias en la Iglesia y termina con una serie de propuestas y conclusiones. Algunas de estas iniciativas son: promover la pastoral de las personas mayores en las parroquias y en las diócesis; habilitar los medios necesarios para apoyar a las familias; organizar un “Congreso anual de Pastoral de jóvenes jubilados, abuelos y personas mayores”; celebrar las Jornadas referidas a las personas mayores, tanto en el ámbito civil como en el eclesial; suscitar la realización de encuentros diocesanos con personas mayores; reclamar los derechos de los mayores; alentar la formación del voluntariado de pastoral de las personas mayores.
La importancia del sueño
Recuerda, el sueño es esencial para vivir. ¿Duermes bien? ¿Tienes buenos hábitos?
¿Sabías que un tercio de nuestra vida la pasamos durmiendo? A la edad de 60 años, 20 de ellos los habremos dormido. Así es que cualquier problema durante el sueño, nos afecta cotidianamente, tanto de noche, como de día.
Habitos al dormir
Y hoy veremos el por qué “tu sueño condiciona tu vida”
Es una función imprescindible para el ser humano: “no podemos vivir sin dormir”; repara nuestro cuerpo cada día, y nos prepara para estar despiertos al día siguiente. Es fisiológicamente necesaria ya que regula los biorritmos y es garantía para el equilibrio entre las exigencias biológicas internas y las del medio exterior.
Durante el sueño el cuerpo repara daños a células y a tejidos, y el cerebro consolida los recuerdos y el aprendizaje. Es decir, lo que hemos aprendido durante el día se reafirma; de aquí que escuchamos refranes populares como: “lección dormida, lección aprendida” o “consúltalo con la almohada”.
La vida moderna nos exige estar aprendiendo todos los días: poner atención, concentrarnos, nuevos métodos. Todas estas funciones están íntimamente relacionadas con un buen descanso.
El sueño no reparador tiene consecuencias sociales y médicas importantes que afectan por igual a todas las edades y niveles socioeconómicos: bajo rendimiento en el trabajo y en los estudios, bajas médicas, accidentes, y con ellos sus consecuencias.
El sueño es crucial en la infancia. Durante los dos primeros años de vida el bebé habrá dedicado más del 70% a dormir, siendo éste imprescindible para su vida posterior. Poco a poco irá disminuyendo la cantidad de sueño en el niño, hasta llegar a siete u ocho horas de sueño.
Estudios recientes demuestran que los niños que duermen menos horas de las aconsejadas tienen peores calificaciones en la escuela, déficits significativos en el aprendizaje y expresión del lenguaje; lo cual tiene consecuencias como: problemas en el crecimiento, mayor probabilidad de obesidad infantil, dolores de cabeza, inseguridad, timidez, pero carácter y baja tolerancia a la frustración.
El sueño tiene que ser una prioridad para toda la familia. Los padres deben tener rutinas y horarios de sueños regulares y consistentes.
Volvamos a nosotros los adultos, ¿qué pasa sino dormimos bien?. Si dormimos poco o mal tan solo un día, no nos encontramos bien al día siguiente. El sueño perdido no se recupera, sino que se acumula. Es como nuestra talla de zapatos: todos tenemos una medida propia.
Se presenta una tendencia a dormirse a todas horas, cambios repentinos de humor, tristeza, irritabilidad, actitud pesimista y aumento en el estrés y la ansiedad.
Diversas pruebas para estudiar la falta de sueño dieron como resultado que, después del tercer día sin dormir, suelen manifestarse alucinaciones y locura temporal. Las probabilidades de sufrir alguna enfermedad psiquiátrica aumentan en un 40% cuando los problemas para dormir se vuelven crónicos.
A nivel fisiológico, la falta de sueño favorece la diabetes y el aumento de peso, afecta el ritmo cardiaco y al sistema respiratorio; se aumenta la percepción de dolor, aparecen temblores, envejecimiento precoz, agotamiento, trastornos gastrointestinales y afectaciones al sistema inmunológico.
Hemos mencionado que gracias al sueño podemos seguir aprendiendo. Cuando estamos dormidos se limpia nuestra memoria a corto plazo y se deja espacio para más información. Una noche sin dormir reduce la capacidad de asimilar conocimientos en casi un 40%. Además de la pérdida de memoria y recuerdo, la persona se vuelve más lenta y menos precisa.
También el dormir en exceso provoca en nuestro cuerpo un estado de letargo perjudicial para nuestra actividad diurna. Incluso podemos llegar a sentirnos más cansados y con menos ganas de afrontar el día a día. Consecuencias como despidos, problemas de familia y pareja, dificultades de aprendizaje y concentración, así como repercusiones físicas y psíquicas se dan en personas cuyo sueño es excesivo.
Recomendaciones para mejorar tus hábitos al dormir:
1. Respeta tus horarios de sueño.
2. En las noches consume una cena ligera.
3. Haz ejercicio lejos de la hora de dormir.
4. No consumas alcohol, tabaco o cafeína.
5. No dejes tareas y actividades para último momento.
6. Si detectas que no logras conciliar el sueño o te despiertas frecuentemente, solicita ayuda médica.
7. Duerme en una habitación bien ventilada pero evita el exceso de frío.
8. Elimina del ambiente cualquier molestia como ruidos o exceso de luz.
9. No lleves los problemas a la cama.
10. Mantén horarios regulares de alimento, ejercicio y sueño.
11. Evita las siestas o no las alargues por más de media hora.
Recuerda, “el sueño es esencial para vivir”. ¿Duermes bien? ¿Tienes buenos hábitos? Revísalos y si es necesario cámbialos y verás que tu vida será mejor.
Vida de perros
El fruto de una mentalidad, de una actitud ante el ser humano
Me gustó un artículo sin firma publicado en la revista ALFA Y OMEGA. Habla de la dignidad del hombre y del deber que tenemos de defenderla en una sociedad en la que parece que el ser humano cuenta –para algunos- menos que un perro de raza o de capricho. Me acuerdo ahora que, en una publicación mía de hace años, un personaje de la narración, al ver la miseria en que vivía y lo mimados que estaban tantos animalitos que paseaban por aquel jardín donde él pasaba sus tristes y largas horas en soledad, dijo en un arranque de ilusión, o más bien de desilusión, – ¡Ojalá yo fuera perro!
Yo soy un amante de los animales pero, sin duda ninguna, muy por encima de ellos está el hombre, con una dignidad que ningún ser de la naturaleza le puede arrebatar. Esta afirmación puede parecer indiscutible, pero se ve claro que muchos no la comparten. Cerca de donde yo vivo hay un parque zoológico. Los animales no parecen disfrutar de buenas instalaciones para su bienestar. Son muchas las voces de protesta ante las autoridades por no ofrecer a esas criaturas un hábitat más digno. Cerca de ese parque viven muchas familias en unas condiciones muy precarias, y no oigo voces que reivindiquen viviendas más justas, a no ser los mismos interesados que de vez en cuando protestan. En la capital de mi provincia, en una plaza muy céntrica, hay un ficus centenario. El Ayuntamiento le presta más atención, exigida por la ciudadanía, que a los pobres que viven en chabolas. No hace mucho se desprendió una rama. Los ecologistas protestaron, y no precisamente por el peligro que habían corrido las personas que tomaban el fresco bajo su gigantesco tronco con mil brazos plagados de hojas. Aquella plaza es importante por el ficus, y no por los niños que juegan todas las tardes al salir del colegio.
En el artículo mencionado se recogen las siguientes palabras de Juan Pablo II: La disponibilidad de anticonceptivos y abortivos, las nuevas amenazas a la vida en las legislaciones de algunos países, la difusión de las técnicas de fecundación “in vitro”, la consiguiente producción de embriones para combatir la esterilidad, pero también para ser destinados a la investigación, los proyectos de clonación parcial o total: todo eso ha cambiado radicalmente la situación.
Todo ello es fruto de una mentalidad, de una actitud ante el ser humano. Se ha dimitido de la razón y de la dignidad humanas. Ya todo parece normal. Se permite todo, porque el hombre, su dignidad, ya no es sagrada para muchos. ¿Qué importa que mueran más o menos? La vida que empieza es sometida a un acoso terrible cuando no interesa que se desarrolle. Todo son métodos para disfrutar del cuerpo sin consecuencias molestas. Es una nueva ola hitleriana para desechar, destruir, todo lo que me molesta, todo lo que no me conviene, lo que no se amolda a mi plan sobre la vida, sobre mi vida.
No pretendo ser alarmista o negativo. Es una realidad palpable a diario, y que está creando un clima antihumano, donde una vida no vale nada. Importa más, para muchos, un ideal político, unos intereses económicos, una pasiones desatadas, un afán de venganza, o unas fantasías diabólicas, que la vida de mis seres queridos, de mis amigos, de mis compañeros, o del tendero de la esquina. Cuesta poco disparar, o esgrimir un arma, o atentar contra la vida de quien sea si eso me produce “placer”, me “divierte”, o satisface mi afán de venganza. Hay que SOLIDARIZARSE CON EL DERECHO QUE TENEMOS TODOS A QUE SEA RESPETADA NUESTRA DIGNIDAD. Nunca entenderé los atentados brutales, o sofisticados, contra un ser vivo, y menos aún contra un ser humano.
Hay que defender la dignidad. Nos cuenta el artículo mencionado la actitud solidaria de los polacos cuando el gobierno del país, en donde los alimentos básicos alcanzaban unos precios astronómicos, bajó el vodka para que todos pudieran beber. Y entonces un gritó corrió por Polonia: ¡No bebas, defiende tu dignidad!. Hay que llenar el ambiente de este grito urgente: Defiende tu dignidad. No aparques en cualquier lado tu dignidad de hombre. Tú vales mucho más que lo que se dice y se ofrece en cualquier esquina.
Religioso, diplomático, estratega, predicador: san Lorenzo de Bríndisi
Este capuchino era muy piadoso, tenía éxtasis al celebrar la misa. Un día Jesús se le apareció y le dio la comunión
Cesar de Rossi nació en Bríndisi, ciudad del reino de Nápoles, en 1559. Pertenecía a una importante familia veneciana.
A los seis años ya llamaba la atención por su memoria prodigiosa. Supo repetir de memoria un sermón que había escuchado.
Pronto quedó huérfano de padre y fue acogido entre los niños oblatos de los franciscanos conventuales de Brindis.
Posteriormente, murió su madre y fue a vivir con un tío sacerdote en Venecia y estudió en el colegio de San Marcos.
En la ciudad conoció a los capuchinos y a los 16 años ingresó en el convento de esta orden en Verona.
“Al mirar a Cristo tendré fuerzas”
Cuando pidió ser admitido, el superior le advirtió que la vida que llevaría debía ser dura y austera.
El joven le preguntó: «Padre, ¿en mi celda habrá un crucifijo?.» «Sí, lo habrá», respondió el superior.
«Pues eso me basta. Al mirar a Cristo Crucificado tendré fuerzas para sufrir, por amor a Él, cualquier padecimiento».
Como capuchino tomó el nombre de Lorenzo.
Además de estudiar filosofía y teología en la Universidad de Padua, el santo tenía un dominio extraordinario de lenguas. Hablaba griego, hebreo, alemán, bohemio, francés y español.
Enseguida manifestó su don para la predicación, que decidió emplear para llevar almas a Dios. Hubo muchas conversiones.
Muy sacrificado
Era un hombre mortificado, que dormía sobre tablas, se levantaba por las noches a rezar salmos, ayunaba comiendo solo pan y verdura, se esforzaba por estar siempre de buen humor y alegre…
¿Por qué tenía éxito en la predicación?
Un sacerdote le preguntó un día: «Fray Lorenzo, ¿a qué se debe su facilidad para predicar? ¿A su formidable memoria?». Él respondió:
«En buena parte se debe a mi buena memoria. En otra buena parte a que dedico muchas horas a prepararme. Pero la causa principal es que encomiendo mucho a Dios mis predicaciones, y cuando empiezo a predicar se me olvida todo el plan que tenía y empiezo a hablar como si estuviera leyendo en un libro misterioso venido del cielo».
Ya como sacerdote predicó en Padua, Verona, Vicenza y otras ciudades del norte de Italia. En 1596, se desplazó a Roma a ejercer el cargo de definidor de su orden.
San Lorenzo conocía muy a fondo los textos bíblicos (en su lengua original) y el papa Clemente VIII le pidió que trabajara especialmente por la conversión de los judíos. Así fue y tuvo éxito en la tarea.
Con las víctimas de la peste
También fue un instrumento fiel en la lucha contra el protestantismo en Alemania, a donde le enviaron sus superiores.
Viajó con elbeato Benito de Urbino y primero se dedicó a atender a las víctimas de la peste, para más tarde fundar conventos en Praga, Viena y Gorizia.
En 1602 fue elegido superior general de la orden de los Capuchinos. Trabajó con responsabilidad y prudencia en el cargo, pero en 1605 manifestó que no quería ser reelegido porque pensaba que Dios quería otro camino para él.
Misión diplomática
Cuando los turcos amenazaban en el Mediterráneo y Europa, el emperador Rodolfo II le envió enmisión diplomática y logró el apoyo de los príncipes alemanes.
Siendo capellán militar, san Lorenzo llegó a tomar decisiones cruciales. Fue prácticamente general en jefe del ejército.
Por ejemplo, antes de la batalla de Szekes-Fehervar, en 1601, los generales le consultaron, el santo les aconsejó que atacasen, arengó personalmente a las tropas y partió al frente de las fuerzas de ataque sin armas y con un crucifijo.
Todos consideraron que la victoria había sido obra de san Lorenzo.
El Señor se le apareció
Se cuenta que, al volver de la campaña, se detuvo en el convento de Gorizia, donde el Señor se le apareció en el coro y le dio la comunión por su propia mano.
De hecho, san Lorenzo de Bríndisi fue arrebatado varias veces en éxtasis durante la misa.
Y era esa poderosa vida interior la que le daba fuerzas para llevar una vida de actividad en el mundo a pesar de sus deseos de entregarse solo al silencio y la vida apartada en el convento.
Fundó un convento de capuchinos en Madrid aprovechando que viajaba en misión para pedir al rey Felipe II que se uniera a la Liga Católica.
En otra ocasión, cuando san Lorenzo ya estaba mayor, viajó de nuevo a Madrid y Lisboa al encuentro del monarca para pedirle que relevara al virrey de Nápoles, el duque de Osuna, que se comportaba tiránicamente con el pueblo. Felipe II así lo hizo.
Después fue nombrado nuncio de la Santa Sede ante Maximiliano de Baviera, el jefe de la Liga Católica.
En 1618, después de hacer mediador en varios conflictos reales, se retiró al convento de Caserta.
Allí falleció en paz el día que cumplía 60 años, el 22 de julio de 1619. Fue sepultado en el cementerio de las Clarisas Pobres de Villafranca.
Dejó escritos 15 volúmenes de textos teológicos, entre ellos 800 sermones, un comentario del Génesis y varias obras contra Lutero. En 1959, el Papa Juan XXIII le dio el título de doctor de la Iglesia.
Oración
Oh Dios, que para gloria de tu nombre y salvación de las almas otorgaste a san Lorenzo de Brindis espíritu de consejo y fortaleza, concédenos llegar a conocer, con ese mismo espíritu, las cosas que debemos realizar y la gracia de llevarlas a la práctica después de conocerlas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.