MATEO 11:20-24
Hoy Jesús emite un juicio sobre las ciudades de Galilea que no creyeron en Él y se arrepintieron. Jesús está al final de un largo número de profetas enviados por Dios para reconciliar a la gente con Él. Al igual que los profetas que le precedieron, Jesús es ignorado, burlado y rechazado.
¿Qué sucede como resultado del rechazo a Dios por parte de los hombres? No es que nada suceda. El juicio de Dios cae sobre la nación infiel. ¿Cuál es el instrumento de justicia de Dios? Una de las naciones paganas, los Caldeos, avanzaron y destruyeron la ciudad de Jerusalén, quemaron el Templo, se llevaron los objetos más sagrados, y forzaron a los Israelitas al exilio. Y los romanos hicieron lo mismo en el siglo primero.
¿Esto es mala suerte? ¿Simplemente el típico dar y recibir de fuerzas geopolíticas? ¡No! La Biblia insiste que esto debe ser leído como una acción de Dios, más específicamente como un juicio y castigo de Dios. Eso sí, este no es un castigo arbitrario, una cosa vengativa y cruel, sino más bien es Dios permitiendo que la nación caída sienta el efecto de sus pecados.
Entonces, ¿cuál es la lección? El pecado tiene consecuencias, y rara vez tenemos que esperar al mundo venidero para experimentarlas.
Y se agitó su corazón como se agitan los árboles del bosque con el viento
La lectura del libro de Isaías nos sitúa en un tiempo de guerra. Damasco y Samaria han llegado a acuerdos y formado una coalición (siro-efraimita) contra Judá. Las causas no están claras, aunque la mayoría de las interpretaciones apuntan a que Acaz, rey de Judá, no ve con buenos ojos una alianza con Rasín, rey de Damasco y Pecaj de Samaría para sublevarse contra el poder de Asiria. Esto provoca que Damasco y Samaria decidan declararle la guerra, deponerlo y nombrar rey al “hijo de Tabeel”. Acaz atemorizado pide ayuda al rey Asirio lo que supondrá para Judá perder su autonomía y su esplendor.
En este momento histórico para Judá, un nuevo profeta es enviado al heredero de David. El Señor pedirá al profeta que no vaya solo: “Sal al encuentro de Acaz, con tu hijo Sear Yasub”. La presencia del niño o del joven vale cómo testigo, ya que su nombre significa “un resto volverá”, y de esta manera Isaías anticipará el anuncio de la liberación.
El oráculo de salvación comienza con el imperativo: “no temas”, no confíes solo en tus fuerzas físicas o militares, el Dios de Israel está con su pueblo, no abandona a su elegido. El Señor exhorta a través del profeta a la vigilancia y a la calma. Vigilancia frente al enemigo y también sobre uno mismo, para no desviarse de su camino; y calma frente a Dios, Él actuará, por ello hay que conservar la paz y ser pacientes. No se puede ir en contra de las promesas de Dios que ha puesto su mirada en la dinastía davídica. La frase final del oráculo es una síntesis teológica: “Si no creéis, no subsistiréis”. La Palabra de Dios es el punto de apoyo de la historia de la Salvación. La fe tiene que apoyarse en la Palabra de Dios que se cumplirá, frente a los planes humanos que no se cumplirán. Creer en el Dios de la vida es lo único que garantiza la vida verdadera y eterna.
¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida! Y tú, Cafarnaúm
Estamos en el capítulo once del evangelio de Mateo, donde el evangelista después del discurso de misión abre una nueva sección en la que va a presentar distintas reacciones ante Jesús. Hasta ahora Jesús ha sido presentado como el Mesías poderoso en obras y palabras, que llama a sus discípulos y los envía a las ovejas perdidas de Israel. Las reacciones no se han hecho esperar, desde aquellos que han creído y desean seguirle a los que desconfían de él y lo han rechazado. En esta sección, Mateo propone a sus oyentes un paso más hacia Jesús, una opción por su persona cada vez más radical: ¿Es Jesús el Mesías esperado?
El evangelio de hoy nos presenta a tres de las ciudades de Galilea visitadas por Jesús, en las que ha realizado innumerables signos y ha predicado su palabra, sin embargo, todas ellas se obstinan y se niegan a convertirse, es decir, a volver su corazón hacia el Mesías.
Las dos primeras ciudades nombradas Corozaín y Betsaida (que ya no vuelven a aparecer en Mateo) han sido el escenario de muchos de los milagros de Jesús. Sin embargo, estas ciudades no se han convertido, no han creído en la predicación del Mesías. Ambas han escuchado su mensaje de conversión, y a diferencia del Sermón de la Montaña, donde el Maestro critica a los que ayunan y hacen manifestación pública de su penitencia, aquí echa de menos el sayal y la ceniza como símbolos de la conversión. Aún resulta más sorprendente la comparación con las ciudades paganas de Tiro y Sidón que nunca se convirtieron. Las palabras de Jesús no dejan lugar a dudas, si estas ciudades tan pecadoras (Is 24; Ez 26-28;Am 1,9-10) hubiesen presenciado los milagros de Jesús y escuchado sus palabras, se hubieran convertido al Señor. De ahí, la sentencia, habrá mayor benevolencia en el día final para Tiro y Sidón que para las dos ciudades de Galilea, testigos de la presencia de Jesús en medio de ellas.
La última ciudad es Cafarnaúm, “su ciudad”, lugar central de la actuación de Jesús. Aquí la acusación es diferente, este pueblo está henchido de orgullo: ¿pretendes encumbrarte hasta el cielo? Este encumbrarse hasta el cielo nos recuerda a Babel y a diversas manifestaciones idolátricas. En esta ocasión, Mateo la compara a Sodoma, ciudad soberbia y orgullosa que no dio la mano al pobre y al desgraciado (Ez 16,49). Aun así, si Sodoma hubiera visto los milagros de Jesús se hubiera convertido y se mantendría en pie. Todos necesitamos el camino de la conversión para que nuestra fe nos sostenga y nos mantenga vivos. La amenaza del castigo y la comparación con los pueblos paradigma del pecado es un recurso del profetismo para provocar un cambio. ¿Qué debe cambiar en mí para que la escucha de la palabra de Dios me lleva a la auténtica conversión? No basta con ser seguidor de Jesús, sino que hay que vivir como tal. Aquellas personas que hemos recibido su Palabra, la buena noticia del reino, somos testigos de los signos de su presencia en medio de nuestro mundo, debemos caminar en la humildad de quién ha recibido el don de conocer un poco más a Jesús de Nazaret e intentar vivir en dinámica constante de conversión.
Hoy puede ser para nosotros un día de examen de conciencia», recomendándoles como un estribillo: “Ay de ti, ay de ti”, porque te di tanto, me di a mí mismo, te elegí para ser cristiano, para ser cristiana, y prefieres una vida a medias, una vida superficial: sí, un poco de cristianismo y de agua bendita, pero nada más. De hecho, cuando vivimos esta hipocresía cristiana, lo que hacemos es alejar a Jesús de nuestros corazones. Fingimos que lo tenemos con nosotros, pero lo hemos echado. Somos cristianos, orgullosos de ser cristianos, pero vivimos como paganos. (Homilía Casa Santa Marta, 5 octubre 2018)
Teresa de los Andes, Santa
Religiosa, 12 de julio
Religiosa Carmelita
Martirologio Romano: En la ciudad de Los Andes, en Chile, santa Teresa de Jesús (Juana) Fernández Solar, virgen, que, siendo novicia en la Orden de Carmelitas Descalzas, consagró, como ella misma decía, su vida a Dios por el mundo pecador, muriendo de tifus a los veinte años de edad (1920).
Fecha de beatificación: 3 de abril de 1987 por el Papa Juan Pablo II
Fecha de canonización: 21 de marzo de 1993 por el Papa Juan Pablo II.
También conocida como Santa Teresa de los Andes.
Nota: Hoy 12 de julio se la festeja en el calendario carmelita, el Martirologio Romano la recuerda el 12 de abril, el día de su ingreso a la Casa del Padre.
Etimológicamente: Teresa = Aquella que es experta en la caza, es de origen griego.
Breve Biografía
El Continente joven, nuestra América, nos da también Santos muy jóvenes. Hoy nos toca presentar a Teresa de los Andes, una Santa que muere en la flor de la edad, diecinueve años sólo, y que se gana todos los corazones. ¡Qué linda esta jovencita chilena, que nace con el siglo veinte, el año 1900!
Muy niña aún, entabla con el Padre Capellán este diálogo encantador:
– Padrecito, vámonos al cielo.
– Bien, vamos. Pero, ¿dónde está el cielo?
– Allá, en los Andes. Mírelos qué altos son, que tocan al cielo.
– Está bien, hijita. Pero fíjate: cuando hayamos trepado esos montes, el cielo estará mucho más arriba. No; ése no es el camino del cielo. ¿Sabes dónde está el verdadero camino del Cielo? En el Sagrario, donde está Jesús.
Teresa lo entiende, y ya no suspira sino por recibir a Jesús. El santo Padre Mateo Crawley entroniza en el hogar al Sagrado Corazón, y la mamá le pide:
– Padre, consagre especialmente mi hija al Sagrado Corazón.
Así lo hace el Padre Mateo. Y la mamá, al conocer después la santidad de su hija, dirá:
– Con todo el corazón se la presenté yo también. Y Nuestro Señor no desechó la ofrenda.
Teresa recibe la Primera Comunión de manos del gran Obispo Monseñor Jara, de quien es esa célebre página sobre la madre. La niña Teresa se sintió feliz, y escribió:
– Jesús, desde ese primer abrazo, no me soltó y me tomó para sí. Todos los días comulgaba y hablaba con Jesús largo rato.
Su devoción a María va a ser también muy tierna, como nos dice ella misma: -Mi devoción especial era la Virgen. Le contaba todo. La Virgen, que jamás ha dejado de consolarme y oírme.
Teresa es cada día más buena. Pero no vayamos a pensar que era sin esfuerzo. Si le preguntamos a la mamá, ésta nos responde:
– Solía tener sus rabietas, que se traducían en llantos a mares y en tenacidad para no obedecer. Pero fue venciéndose y adquiriendo gran dominio de sí misma.
Afectuosa, se hacía querer de todos. Juegan mucho los seis hermanos, gana ella casi todas las partidas, y hasta le tienen que prohibir el juego por tantas discusiones. Montar a caballo y nadar constituían sus delicias… En suma, una muchachita normal, encantadora: buena y traviesa, inocente y enredona…
Desde niña, aprende el Catecismo y se convierte en catequista. De familia acomodada, busca los niños más pobres. Les enseña la doctrina, les dice cómo amar a Jesús y a la Virgen, les hacer mirar la eternidad del Cielo y del Infierno…
Y tiene siempre alegres a estos niños. Era una consecuencia de la alegría que llevaba dentro de sí este ángel caído del cielo, y que tenia por máxima:
– Dios es alegría infinita.
¿Y se puede estar tristes cuando se tiene a Dios dentro de nuestro ser? Con Dios no cesa nunca la alegría en el alma. La alegría es la manifestación más pura de la presencia de Dios con nosotros.
Se hizo famoso el caso del niño que encuentra perdido en la calle. Harapiento y muerto de hambre, se lo lleva a casa. Lo cuida, lo mima. Se las ingenia para sacar dinero de sus ahorritos, y escribe:
– El día de mi cumpleaños junté treinta pesos. Voy a comprarle unos zapatos a Juanito y lo demás se lo entregaré a mi mamá para que ayude a los pobres.
Todos se extrañan de su proceder, y le preguntan:
– Pero, ¿qué has hecho?…
Y ella, con la naturalidad más grande del mundo:– Nada. Le he dado mis zapatos a la mamá de Juanito, porque ella no tenía. Y al papá, como es aficionado al licor y hace padecer a los suyos, lo he llamado y le he hecho ir a confesarse y comulgar.
Después, fui a su casa para consagrar la familia al Sagrado Corazón de Jesús.
Así es Teresa. Entre las compañeras, es la mejor del Colegio. Queda la primera muchas veces, y ella lo consigna con simpático orgullo, por amor a sus papás:
– Salí primera en Historia. Estoy feliz. Yo que jamás tenía puestos, ahora la Virgen me los da. Se los pido para dar gusto a mi papá y a mi mamá.
¿Por qué es tan querida de todos? Porque es fiel a sus lemas, cumplidos con tesón:
– El deber ante todo, el deber siempre.
– El amor es la fuerza que ayuda a obrar.
– Me esmeraré en labrar la felicidad de los demás. Para ello, olvidarme de mí misma.
Ya lo vemos: una chica como cualquier otra en apariencia, pero con un tesón enorme por superarse.
La vida le sonríe, pero Teresa la va a sacrificar generosamente. Pide entrar en el convento de las Carmelitas de clausura, de Los Andes, y en él se encierra para siempre. La que se llamaba Juanita, ahora se quiere llamar Teresa, y como Santa Teresa de Los Andes será conocida para siempre en la Iglesia.
Pero su vida de religiosa va a ser muy corta. No llegará a un año, pues, a los once meses, el Señor se la lleva para darle el premio de su vida preciosa. En vida y en muerte, se le ha cumplido su gran deseo:
¿Quién puede hacerme más feliz que Dios? Nadie. En Él lo encuentro todo….
Conversión y elección
Santo Evangelio según san Mateo 11, 20-24. Martes XV del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Alma mía, recobra tu calma
Que el Señor fue bueno contigo.
Pues libró mi alma de la muerte,
mis ojos de las lágrimas,
mis pies de la caída.
¿Cómo pagaré al Señor
por todo el bien que me ha hecho?
¡Oh Señor! Yo soy tu siervo,
siervo tuyo e hijo de tu esclava.
Tú rompiste mis cadenas (Salmo 115).
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 11, 20-24
En aquel tiempo, Jesús se puso a reprender a las ciudades que habían visto sus numerosos milagros, por no haberse arrepentido. Les decía:
“¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han hecho en ustedes, hace tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza. Pero yo les aseguro que el día del juicio será menos riguroso para Tiro y Sidón, que para ustedes.
Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo, porque si en Sodoma se hubieran realizado los milagros que en ti se han hecho, quizás estaría en pie hasta el día de hoy. Pero yo te digo que será menos riguroso el día del juicio para Sodoma que para ti”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Por qué me has dado tanto, Señor? Has realizado tantos milagros conmigo que no puedo quedarme de brazos cruzados. Tu exigencia y tus reprensiones tienen sentido, pues el mayor dolor para el que ama es que no reciba una respuesta de amor. La indiferencia de tus amigos es más trágica que las heridas producidas por tus enemigos. Por eso, Jesús, hoy quiero corresponder a tu amor con mi amor. Quiero cambiar de vida, arreglar el mal que he hecho, arrepentirme y caminar según tu voluntad.
Tú bien sabes, Señor, que te necesito. Sólo tu gracia me sostiene y me hace capaz de mejorar. Hasta ahora me lo has dado todo para mantenerme en pie. Confío en que tu amor nunca me fallará alimentando mi amor. Tu corazón traspasado es la prueba de tu fidelidad. No me dejes solo, Señor mío, no me abandone tu gracia para convertirme cada día más.
Una vez convertido, me pides que transmita tu nombre a los hombres y mujeres que encuentro en mi camino. Así eres Tú, Señor: escoges a unos para que te ayuden con el resto. Me has llamado para que sea instrumento de tu amor. Ayúdame, Señor Jesús, a ser hoy un vivo reflejo de tu rostro en el mundo.
«¡Ay de ti! para ese católico que piensa: Voy a misa, hago esto y luego nada más. En cambio, si tú dices que eres católico, que has recibido el bautismo, que estás confirmado o confirmada, debes ir más allá y llevar el nombre de Jesús: ¡es un deber! Las indicaciones concretas llevan a preguntarnos cuál debe ser nuestro estilo de evangelización. O sea, ¿cómo puedo estar seguro de que no doy sólo un paseo, que no hago proselitismo y no reduzco la evangelización a un funcionalismo? ¿Cómo puedo comprender cuál es el estilo justo? La respuesta la indica siempre Pablo: El estilo es hacerse todo a todos: “Me he hecho todo a todos”. Significa, en esencia, ir y compartir la vida de los demás, acompañar en el camino de la fe, ayudar a crecer en el camino de la fe». (Homilía de S.S. Francisco, 9 de septiembre de 2016, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy mejoraré la manera en que trato a los demás, buscando modos concretos de ser más respetuoso, atento y abierto.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
¿Qué es el Juicio Final? ¿Cuándo será?
El Juicio Final dará a conocer la Sabiduría y la Justicia de Dios.
Según la doctrina católica, inmediatamente después de la resurrección de los muertos tendrá lugar el Juicio Final, Juicio Universal o Juicio General. El Juicio Final es una verdad de fe expresamente contenida en la Sagrada Escritura y definida por la Iglesia de una manera explícita.
Por ello cada vez que rezamos el Credo recordamos este artículo de fe cristiana: “(Jesucristo) vendrá de nuevo con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin”.
El anuncio de un Juicio Final, el cual será para todos los seres humanos, está presente en muchas citas del Antiguo Testamento. Allí vemos anunciado cómo Dios juzgará al mundo por el fuego (Is. 66, 16).Reunirá a las naciones y se sentará a juzgar realizando la siega y la cosecha (Joel 4, 12-14).El Profeta Daniel describe con imágenes impresionantes este juicio con el que concluye el tiempo y comienza el Reino eterno del Hijo del Hombre (Dn. 7, 9-12 y 26). El Libro de la Sabiduría muestra a buenos y malos juntos para rendir cuentas; sólo los pecadores deberán tener temor, pues los justos serán protegidos por Dios mismo (Sb. 4 y 5). (cfr. X. León-Dufour, Vocabulario de Teología Bíblica)
Cristo mismo varias veces nos habló de este momento, así:
“Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del Hombre. Mientras todas las razas de la tierra se golpeen el pecho verán al Hijo del Hombre viniendo en las nubes del cielo, con el Poder divino y la plenitud de la Gloria. Mandará a sus Angeles, los cuales tocarán la trompeta y reunirán a los elegidos de los cuatro puntos cardinales, de un extremo a otro del mundo.” (Mt. 24, 30- 31).
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su Gloria rodeado de todos sus Angeles, se sentará en su Trono como Rey glorioso. Todas las naciones serán llevadas a su presencia, y como el pastor separa las ovejas de los machos cabríos, así también lo hará El. Separará unos de otros, poniendo las ovejas a su derecha y los machos cabríos a su izquierda” (Mt. 25, 32).
San Pedro y San Pablo también se ocuparon del tema del Juicio en varias oportunidades. Nos aseguran que Dios juzgará a cada uno según sus obras sin hacer diferenciación de personas, de raza, de origen o de religión. (1 Pe. 1, 17 y Rom. 2, 6).También nos dice San Pablo que todo se conocerá, hasta las acciones más secretas de cada uno (Rom. 2, 16).
San Juan nos narra en el Apocalipsis la visión que tuvo del Juicio Final: “Vi un trono espléndido muy grande y al que se sentaba en él. Su aspecto hizo desaparecer el cielo y la tierra sin dejar huellas. Los muertos, grandes y chicos, estaban al pie del trono. Se abrieron unos libros, y después otro más, el Libro de la Vida. Entonces los muertos fueron juzgados de acuerdo a lo que estaba escrito en los libros, es decir, cada uno según sus obras” (Ap. 20, 11-14).
De acuerdo a estas citas sabemos que:
1. Cristo vendrá con gran poder y gloria, en todo el esplendor de su divinidad.
2. Cristo glorioso será precedido posiblemente de una cruz en el Cielo (la señal del Hijo del Hombre).
3. Vendrá acompañado de los Angeles.
4. Con su omnipresencia, todos los resucitados, de todas las naciones estarán ante Cristo Juez. Comparecerán delante del Tribunal de Dios todos los seres humanos, sin excepción, para recibir la recompensa o el castigo que cada uno merezca. En el Juicio Final vendrá a conocerse la obra de cada uno, tanto lo bueno, como lo malo, y aun lo oculto.
5. Ya resucitados todos, Cristo separará a los salvados de los condenados.
¿Quién se salvará? Aquél que tiene fe en Jesucristo, nos dice el Evangelio. Pero tener fe en Jesucristo no significa solamente creer en El, sino que es indispensable vivir de acuerdo a esa fe; es decir, siguiendo a Cristo en hacer la Voluntad del Padre.
Para los que así hayan obrado, no habrá condenación. “Sólo quien haya rechazado la salvación ofrecida por Dios con su misericordia ilimitada, se encontrará condenado, porque se habrá condenado a sí mismo”. (JP II, 7-7-99)
En el Juicio Final se sabrá por qué permitió Dios el mal y cómo sacó mayores bienes. Quedarán definitivamente respondidas las frecuentes preguntas: ¿Por qué Dios permite tanta injusticia? ¿Por qué los malos triunfan y los buenos fracasan? Mucho de lo que ahora en este mundo se considera tonto, negativo, incomprensible, se verá a la luz de la Sabiduría Divina.
El Juicio Final dará a conocer la Sabiduría y la Justicia de Dios.
Se conocerá cómo los diferentes males y sufrimientos de las personas y de la humanidad los ha tornado Dios para Su gloria y para nuestro bien eterno. Ese día conocerá toda la humanidad cómo Dios dispuso la historia de la salvación de la humanidad y la historia de cada uno de nosotros para nuestro mayor bien, que es la felicidad definitiva, perfecta y eterna en la presencia de Dios en el Cielo.
Jóvenes tengan una mirada amplia y abierta, sean una nueva cara de Europa
Este 11 de julio, el Santo Padre ha enviado un mensaje a los participantes en la EU Youth Conference.
“Deseo que sean jóvenes generadores, capaces de generar nuevas ideas, nuevas visiones del mundo, de la economía, de la política, de la convivencia social; pero no sólo nuevas ideas, sino sobre todo nuevos caminos, para recorrerlos juntos”, lo escribe el Papa Francisco en su mensaje a los jóvenes participantes en la “EU Youth Conference”, reunidos en Praga del 11 al 13 de julio de 2022. A quienes desea también que, “¡puedan ser generosos al generar nuevas vidas, siempre y sólo por amor! Amor a su esposo y a su esposa, amor a su familia, amor a sus hijos, y también amor a Europa, para que sea para todos, una tierra de paz, de libertad y de dignidad”.
Les toca presentar al mundo una nueva cara de Europa
Al dirigirse a participantes en la Conferencia Europea de la Juventud, el Santo Padre invitó a los jóvenes a transformar el “viejo continente” en un “nuevo continente”, y esto, dijo, sólo es posible con ustedes. “Sé que su generación tiene algunas buenas cartas que jugar: son jóvenes atentos, menos ideologizados, acostumbrados a estudiar en otros países europeos, abiertos a las experiencias de voluntariado, sensibles a las cuestiones medioambientales. Por eso siento que hay esperanza”. En este sentido, el Pontífice les dijo que, tienen una misión importante: “si en el pasado sus ancestros viajaron a otros continentes, no siempre por intereses nobles, ahora les toca a ustedes.
Europeos, personas con una mirada amplia y abierta
Por ello, el Papa Francisco quiso recordar el origen del nombre “Europa”, a pesar de que no hay explicaciones seguras. Entre las diversas hipótesis, una es particularmente sugestiva, afirmó el Pontífice y se remonta a la expresión “eurús op”, es decir, “ojo grande”, “mirada amplia”, que evoca la capacidad de mirar más allá. Europa, también recordó el Papa, era una figura mitológica que había hecho que los dioses se enamoraran de ella, era llamada “la doncella de los ojos grandes”. Así que también pienso en ustedes, jóvenes europeos, como personas con una mirada amplia y abierta, capaces de ver más allá.
Educar a las jóvenes generaciones en la fraternidad
Para poder “ver más allá”, según el Papa Francisco, es necesario “de una alianza entre educadores de todo el mundo para educar a las jóvenes generaciones en la fraternidad”. Esta es la iniciativa denominada Pacto Educativo Global, lanzada en septiembre de 2019. “Uno de los primeros compromisos del Pacto Educativo – indicó el Santo Padre – es el de escuchar a los niños, adolescentes y jóvenes. Por eso, queridos jóvenes, ¡hagan que se oiga su voz! Si no los escuchan, griten aún más fuerte, hagan ruido, tienen todo el derecho a opinar sobre lo que concierne a su futuro”.
Los animo a ser emprendedores, creativos y críticos. Ya saben que cuando un profesor tiene en su clase alumnos exigentes, críticos y atentos, se ve estimulado a trabajar más y a preparar mejor las lecciones.
“Abrirse a la acogida” y el valor de la inclusión
El Santo Padre además indicó a los jóvenes que, entre las diversas propuestas del Pacto Educativo Global, hay dos que también están presentes en la Conferencia. La primera es “Abrirse a la acogida”, y de ahí el valor de la inclusión; no dejarse arrastrar por ideologías miopes que quieren mostraros al otro, al que es diferente, como un enemigo. El otro es una riqueza. “La experiencia de millones de estudiantes europeos que han participado en el Proyecto Erasmus atestigua que los encuentros entre personas de diferentes pueblos ayudan a abrir los ojos, la mente y el corazón”. No olvidemos que en el pasado – señaló el Papa – millones de europeos tuvieron que emigrar a otros continentes en busca de un futuro. Yo también soy hijo de italianos que emigraron a Argentina.
“El objetivo principal del Pacto Educativo es educar a todos en una vida más fraterna, basada no en la competitividad sino en la solidaridad”
El Papa Francisco también animó a los jóvenes a que su mayor aspiración, no sea entrar en entornos educativos de élite, donde sólo pueden acceder los que tienen mucho dinero. “Más bien hay que valorar aquellas realidades que combinan la calidad educativa con el servicio a los demás, sabiendo que la finalidad de la educación es el crecimiento de la persona orientado al bien común”. Son estas experiencias de solidaridad – puntualizó el Papa – las que cambiarán el mundo, no las experiencias “exclusivas” (y excluyentes) de las escuelas de élite. Excelencia sí, pero para todos, no sólo para algunos. En este sentido, el Pontífice los invitó a leer la Encíclica Fratelli tutti y el Documento sobre la Fraternidad humana firmado junto al Gran Imán de Al-Azhar.
El Pacto Educativo y el cuidado de la casa común
La otra propuesta que el Santo Padre mencionó se refiere al cuidado de la casa común. “También en este caso me alegró comprobar que, mientras las generaciones anteriores hablaban mucho y concluían poco, ustedes, en cambio, son capaces de tomar iniciativas concretas. Por eso digo que este momento puede ser el adecuado. Si no consiguen darle la vuelta a esta tendencia autodestructiva, será difícil que otros lo hagan en el futuro”. No se dejen seducir por las sirenas que proponen una vida de lujo reservada a una pequeña porción del mundo, ojalá que tengáis “ojos grandes” para ver al resto de la humanidad en su conjunto, que no se reduce a la pequeña Europa; que aspiren a una vida digna y sobria, sin lujos ni derroches, para que todos puedan habitar el mundo con dignidad. Sobre este tema el Papa también les sugirió leer la Encíclica Laudato si’, donde creyentes y no creyentes encuentran sólidas motivaciones para comprometerse en favor de una ecología integral.
Los que tienen toda la vida por delante no quieren la guerra
Dirigiendo su mirada a Ucrania, donde se libra una guerra absurda, el Santo Padre dijo que ante los numerosos conflictos que tienen lugar en diferentes regiones del mundo, se hace más urgente un Pacto Educativo que eduque a todos en la fraternidad. “La idea de una Europa unida surgió de un fuerte anhelo de paz después de muchas guerras libradas en el continente, y condujo a un período de setenta años de paz. Ahora debemos comprometernos todos para poner fin a estos estragos de la guerra, donde, como siempre, unos pocos poderosos deciden y envían a miles de jóvenes a luchar y morir”. Alguien dijo que, si el mundo estuviera gobernado por mujeres, no habría tantas guerras, porque quienes tienen la misión de dar la vida no pueden tomar decisiones de muerte. Del mismo modo, me gusta pensar que, si el mundo estuviera gobernado por los jóvenes, no habría tantas guerras; los que tienen toda la vida por delante no quieren romperla y tirarla, sino que quieren vivirla plenamente.
Dos jóvenes “de ojos grandes” fieles a sus ideales
Finalmente, el Papa Francisco les propuso la vida de dos jóvenes “de ojos grandes” que fueron asesinados porque permanecieron fieles a los ideales de su fe hasta el final. Uno de ellos fue un joven objetor, un joven europeo de “ojos grandes”, que luchó contra el nazismo durante la segunda guerra mundial, Franz Jägerstätter, proclamado beato por el Papa Benedicto XVI. Franz era un joven campesino austríaco que, debido a su fe católica, hizo una objeción de conciencia al mandato de jurar lealtad a Hitler y de ir a la guerra. Cuando lo llamaron a las armas se negó, porque consideraba injusto matar vidas inocentes. A pesar de los intentos de persuasión y de las torturas, Franz prefirió ser asesinado que matar. Consideraba la guerra totalmente injustificada. Si todos los jóvenes llamados a las armas hubieran hecho lo mismo que él, Hitler no habría podido realizar sus diabólicos planes. El mal necesita cómplices para ganar. Franz Jägerstätter fue asesinado en la prisión en la que también estaba encarcelado su compañero Dietrich Bonhoeffer, un joven teólogo luterano alemán y antinazi, que también tuvo el mismo trágico final.
Si no se busca la Verdad no se puede vivir
El Papa Francisco concluyó su mensaje invitando a los jóvenes europeos a mirar más allá, hacia arriba, a buscar siempre el sentido de su vida, su origen, su fin, la Verdad, porque si no se busca la Verdad no se puede vivir. “Caminen con los pies bien puestos en la tierra, pero con la mirada amplia, abierta al horizonte, al cielo”. La lectura de la Exhortación apostólica Christus vivit, dirigida especialmente a los jóvenes, los ayudará en esto. Además, los invito a todos a la Jornada Mundial de la Juventud del año que viene en Lisboa, donde podrán compartir sus sueños más bonitos con jóvenes de todo el mundo.
Las 12 reglas de San Alfonso para ser un buen abogado
La lista de conductas éticas puede ser aplicada también hoy y sirve además de reflexión para otras profesiones
Alfonso María Ligorio fue un hombre de una personalidad extraordinaria: noble y abogado; pintor y músico; poeta y escritor; obispo y amigo de los pobres; fundador y superior general de su congregación; misionero popular y confesor lleno de unción; santo y doctor de la Iglesia.
Hay que mi admirar los múltiples talentos que tenía Alfonso y la fuerza creadora que poseía. A los 12 años era estudiante universitario y a los 16 era doctor en derecho, es decir, abogado. Como misionero popular y superior general de su Congregación y obispo, llevó a cabo una gran labor, a pesar de su delicada salud. Desde los 47 a los 83 años de su vida, publicó más o menos 3 libros por año.
Alfonso María de Ligorio, a los 20 años de edad, estaba en el auge de su carrera como abogado, sin que hubiera perdido una sola causa en Nápoles, Italia, a principios del siglo XVIII. Estaba muy empeñado en dedicarse al Derecho con desinterés y ganaba todas las causas porque sólo defendía aquellas que juzgaba juustas.
En su vida particular Alfonso vivió actitudes que podemos interpretar como protesta frente a la corrupción de su medio ambiente. Con su estilo de vida ejerció una fuerte crítica de su tiempo y de su sociedad.
Preocupado por la malicia y la mentira con que actuaban sus colegas de profesión, antes de desistir de la carrera y ser ordenado sacerdote, san Alfonso escribió una lista de conductas éticas que pueden ser aplicadas también hoy. Son estas:
1 – No es lícito jamás aceptar causas injustas, porque son perniciosas para la conciencia y el decoro.
2 – No se debe defender una causa con medios ilícitos.
3 – No se debe cargar al cliente con demasiados gastos, teniendo la obligación de restituir lo no necesario.
4 – Las causas de los clientes deben ser tratadas esa dedicación con la que se tratan las propias causas.
5 – Es necesario el estudio de los procesos para sacar de ellos los argumentos precisos para la defensa de la causa.
6 – Muchas veces, la dilación y la dejadez de los abogados perjudican a los clientes y los perjuicios deben ser reparados; de lo contrario, se peca contra la justicia.
7 – El abogado debe implorar a Dios su auxilio en la defensa, porque Dios es el primer protector de la justicia.
8 – No es digno de elogio un abogado que acepta muchas causas, superiores a sus talentos, a sus fuerzas y al tiempo que frecuentemente le faltará con el fin de prepararse para la defensa.
9 – La justicia y la honradez nunca deben separarse de un abogado; al contrario, deben siempre guardarse como se guardan las niñas de sus ojos.
10 – Un abogado que pierde una causa por negligencia suya, está obligado a reparar los daños.
11 – Al defender las causas es preciso ser verdadero, sincero, respetuoso y razonable.
12 – Finalmente, los requisitos de un abogado son: ciencia, diligencia, verdad, fidelidad, justicia.
Fonte: Michelotto, João Batista. C.Ss. R. Peripécias de um Santo. 3ª ed. Editora Santuário. 1980.
Casa de los 1000 cadáveres
Si el cine de terror es muy gratificante para los espectadores de emociones fuertes e intensas, el cine de horror acentúa todavía más la crispación emotiva en ellos.
Dirección: Rob Zombie. Guión: El mismo. Fotografía: Alex Poppas. Música: S. Whitman, Ramones. Intérpretes: Sid Haig, Bill Moseley, Sheri Moon, Karen Black, Chris Hardwick y Erin Daniels.
Si el cine de terror es muy gratificante para los espectadores de emociones fuertes e intensas, el cine de horror acentúa todavía más la crispación emotiva en ellos.
El propio realizador, que debuta en el largometraje, ha escrito el guión. Versa ante todo y sobre todo acerca de una familia que se ve encantada ante el miedo que transpira su film por todos los costados.
Se inspira en la célebre noche de Haloween, tan americana y tan dada a superstición y a la brujería.
Deciden en esa noche hacer un viaje a lugares extraños para continuar escribiendo un libro sobre acontecimientos extraños y raros que suceden en esa memorable noche.
Al querer repostar en una estación de servicio, se encuentran con tipo extravagante y cuya presencia despierta en todos la desconfianza y la expectación. Este señor de la gasolinera les habla del doctor Satan que se fue al otro mundo colgado en un árbol del bosque.
En ese lugar se ha montado el “Museo de los Muertos Descerebrados”. Aquí es justamente donde pueden llenar sus depósitos de gasolina.
El relato sigue los pasos hacia la casa encantada. Los personajes que deambulan aparecen y desaparecen por su obra están formados por seres que padecen el delirio por la locura y por llevar a cabo atrocidades que les hagan despertar del gran deseo de emociones que les trasformen en ejecutores a imagen y semejanza de lo que contaban acerca del personaje extraño.
Convertir el horror en diversión es toda una forma poco exquisita de que los espectadores se distraigan.
Pienso que, excepto los seguidores de este cine, los demás sentirán repugnancia y asco por lo que ven.
Sin embargo, una cosa es el tema del film y otra su realización. Respecto a esta segunda hay que afirmar que tanto el guión- estudio de personajes, diálogos, puesta en escena horripilante, y el pulso de la narración, están acertadamente bien hechos. La banda sonora contribuye a esta sensación, objetivo del director, todo un maestro del shock rock.
En el fondo quiere rendir un homenaje a este género yendo a sus fuentes, aunque- dada su imaginación- sobrepasa incluso a sus antecesoras. El ritmo, los sustos, los ruidos, la iluminación crean un clima delirante en los espectadores que, sin duda, no se van a aburrir ante esta “Casa de los 1000 cadáveres.
¿Cuál es mi burbuja?
¿Qué ambiente envuelve mi alma? ¿Qué me asfixia o me exalta? ¿Qué ideas y hechos han sitiado mi corazón?
De mil maneras nos dejamos rodear por burbujas del alma.
Algunas burbujas vienen desde fuera, impuestas por personas o por acontecimientos. Un accidente, una calumnia, una crisis económica, un problema en la familia, crean una atmósfera más o menos enrarecida que afecta nuestro modo de pensar, de sentir, de amar.
Otras burbujas nacen desde uno mismo. Todo lo que hacemos o dejamos de hacer, lo que pensamos, lo que sentimos, alimenta el aire interior con alegrías o con tristezas, con esperanzas o con miedos, con amores o con odios.
Por eso vale la pena preguntarnos: ¿cuál es mi burbuja? ¿Qué ambiente envuelve mi alma? ¿Qué condicionamientos me asfixian o me exaltan? ¿Qué ideas y que hechos han sitiado mi corazón?
Individuar cuál es mi burbuja sirve para redimensionar hechos e ideas a las que a veces damos una importancia excesiva que no merecen. También nos permite descubrir que otros hechos o ideas han quedado marginados, cuando desde ellos podríamos entrar en burbujas sanas, buenas, positivas.
Es casi imposible vivir sin burbujas. Algunos no son capaces de escoger su burbuja, porque su psicología está enferma y viven encadenados a mecanismos mentales que los arrastran, sin casi poderlo evitar, de un sitio a otro.
Otros han escogido burbujas malas, negativas, llenas de oscuridad, que provocan daños en uno mismo y en quienes viven a su lado. Son burbujas que les llevan a ver sólo oscuridades, a pensar desde el odio y hacia el odio, a encerrarse en la avaricia, a sumergirse en la envidia y en el afán por destruir la fama de otros desde un corazón lleno de rencores malsanos. A pesar de la situación en la que se encuentran, en esas personas perviven todavía capacidades y energías interiores suficientes para reconocer sus errores, para acoger la ayuda de Dios, para cambiar de perspectiva, para abrirse a horizontes y burbujas buenas.
Afortunadamente, hay muchos hombres y mujeres que, desde la ayuda de amigos buenos, desde pensamientos sanas, desde la acción de Dios en las almas, son capaces de sumergirse en burbujas positivas. Desde ellas no cerrarán los ojos ante males reales o ante injusticias que deben ser superadas. Al contrario, sabrán afrontar la propia vida con un deseo sincero y bueno para pensar en positivo, para acoger las gracias del cielo, para convertirse en trabajadores incansables en un mundo que necesita hombres y mujeres de esperanzas.
Amor a primera vista: La dulce historia de cómo los santos Luis y Celia Martín se enamoraron
Nunca lo había visto antes, pero ella escuchó dentro de su alma: «Este es el que he preparado para ti»
Luis y Celia Martín, los primeros casados que fueron canonizados juntos, inicialmente no se sintieron atraídos por la vida matrimonial. De hecho, el matrimonio era la idea más lejana de sus mentes.
Ambos se sintieron atraídos por la vida religiosa y cada uno trató de unirse a una comunidad que facilitaría su búsqueda de la santidad.
Sin embargo, por diversas razones, a ambos se les negó la entrada a la vida religiosa y regresaron al mundo sin saber qué pasaría después.
Con el paso de los años, Luis y Celia comenzaron a sentir que habían sido llamados a la vida matrimonial. Sin embargo, no llegó ningún pretendiente elegible para ninguno de los dos.
Pero un día sus vidas cambiaron para siempre.
Inmediatamente lo supieron
Mientras Celia caminaba por un pequeño y estrecho puente medieval en su ciudad natal de Alençon, notó a un joven alto y guapo que caminaba hacia ella.
Celia nunca lo había visto antes y no pudo evitar sonreír. Entonces, cuando estaban a punto de rozarse, Celia escuchó dentro de su alma:
«Este es el que he preparado para ti».
Luis igualmente quedó impresionado por esta hermosa joven. Uno puede imaginarse a las dos almas enamoradas mirándose la una a la otra mientras seguían caminando hacia los extremos opuestos del puente.
Providencialmente, la madre de Luis había estado tomando algunas clases de encaje con Celia y ya había querido jugar a la casamentera, y enfocó a su hijo hacia la joven.
Cuando los dos se encontraron, inmediatamente supieron que Dios había puesto el uno al otro en su camino para unirse en el sacramento del matrimonio.
Un fecundo matrimonio
No perdieron el tiempo y después de solo tres (¡largos y dolorosos!) meses de compromiso, los dos se unieron en matrimonio el 13 de julio de 1858. Celia tenía 27 años y Luis 35 cuando se casaron.
Este fue solo el comienzo de un hermoso matrimonio que tuvo muchos hijos, incluyendo la famosa santa Teresa de Lisieux y la Sierva de Dios Leonia Martin.
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Si bien no todos los matrimonios comienzan de esta manera, esta historia nos recuerda que Dios es un romántico de corazón, siempre dispuesto a sorprendernos con su plan para nuestras vidas.
Proverbios 2:1-9 / Colosenses 3:12-17 / Mateo 19:27-29
Pienso, queridos hermanos y hermanas, que la relación y el conocimiento personal con San Benito de Nursia de todos los que nos está escuchando aquí o por medio de internet, debe ser muy diferente.
Quizás algunos de vosotros sin idea alguna que hoy se escanía esta celebración, se han encontrado; otros conocedores del calendario litúrgico, la han identificado enseguida, los oblatos y los monjes benedictinos esperábamos la fecha y tenemos claro que hoy recordamos la proclamación como Patrón de Europa, del autor de la Regla, el texto que nos identifica y da sentido a nuestras vidas. La vida benedictina es un tesoro de sabiduría espiritual llena de consejos y intuiciones capaces de enriquecer la vida incluso fuera de los monasterios y sin necesidad de ser monjes. Por eso, al hablar de San Benito y de la espiritualidad de la Regla quisiera que todo el mundo se sintiera incluido.
¿Cómo se hace presente en el mundo esta sabiduría espiritual? ¿Tiene que ver con los edificios románicos, góticos o más modernos que los monjes fueron edificando y que hoy están en tantos lugares patrimonio histórico? Un poco sí, pero no creo que los edificios hagan justicia a la sabiduría de san Benito.
¿Quizás esta sabiduría se ha concretado en cultura? Es interesante que la etimología ancha de la palabra cultura está cercana al significado de la palabra catalana cultivo. San Pablo VI dijo que los benedictinos fuimos importantes en la creación de Europa occidental, creamos con el libro y con el arado: esto es con todo tipo de cultura. Sí. El impacto cultural en sentido amplio ha sido fuerte y esperamos que lo siga siendo, pero tampoco agota el significado profundo de la aportación que creo que nos hace la Regla benedictina.
El núcleo, lo imprescindible de nuestro texto venerable, radica en el ámbito de la persona y de su dimensión espiritual: es tomar al hombre o a la mujer y encararlo con Dios. Éste es el fundamento. Queda claro que uno de los momentos en los que cualquier institución debe ser clara con lo que quiere, es el momento en el que es necesario incorporar nuevos miembros, nuevos trabajadores, nuevos socios. En este momento no podemos engañarnos sencillamente porque nos va la identidad y la continuidad. La Regla de Sant Benet establece el criterio definitivo del discernimiento de las vocaciones al establecer que es necesario que «busquen Dios de verdad». Es por esta razón que me atrevo a decir, no solo ni inventándolo, sino apoyado por toda la tradición monástica, que el núcleo de nuestra vida es ponerse de cara a Dios, para empezar un camino sostenido por la fe , con plena conciencia de la fragilidad personal, pero avanzando hacia Dios, que nos ha creado y ha puesto el deseo de buscarlo en nuestro interior. Este principio tiene algunos rasgos interesantes:
Es universal. No puedo proponerle honestamente a todos los que me está escuchando que viva la comunión de bienes, la estabilidad en una comunidad, la obediencia a un superior Proponerse pero que busque a Dios de verdad es totalmente posible Quizás por esta razón afirmamos que hoy hablando de temas monásticos, podemos hablar a todo el mundo.
Buscar a Dios de verdad es una proposición sencilla. Sólo tres palabras en el latín original. Las cosas importantes no deben ser largas ni complicadas. La propuesta será sencilla pero toca el fondo humano de cada uno: buscamos, por tanto estamos en movimiento, la espiritualidad benedictina nos comprende como hombres y mujeres de deseo, no perfectas.
Naturalmente es una propuesta creyente. No busquemos cualquier cosa. Buscamos a Dios. El Dios de Jesucristo. Y desde la fe, no podría pensarse una vida sin Dios. Por tanto profundizamos lo que somos y lo que creemos como cristianos. Nada más, nada menos. Cualquier propuesta cristiana debería responder plenamente a aquellas palabras de Jesús: he venido para que tengan vida y tengan que descidir.
También es una propuesta estable. En la espiritualidad de la Regla benedictina, el buscar a Dios de verdad no está pensado como algo puntual. Es lo suficientemente serio para implicar la vida. Es una propuesta que no es necesario cambiar constantemente. En nuestro contexto actual, incluso me atrevería a decir que esta idea de la estabilidad en las opciones, tan cristiana y tan benedictina es nueva, es alternativa. La práctica poca gente. Pero está comprobado que da felicidad y sentido. Quizá esta estabilidad sea una de las cosas que podríamos predicar más como monjes, sin olvidar que debemos vivirlo primero nosotros para predicarlo con algo de dignidad.
Por último Buscar Dios de verdad es una propuesta personalizada. Es necesario que cada uno se ponga en camino. Por mucho que parezca abstracto, Sant Benet nos concreto bastante cómo hacerlo: Habrá que orar y habrá que amar. Los monjes lo haremos en comunidad y cada uno que haya incorporado este rasgo espiritual a su vida o lo quiera incorporar, podrá ver cómo reza y cómo ama a su alrededor. Tampoco es difícil entenderlo. Orar y amar para hacer bien concreto vivir, creer y buscar a Dios es una propuesta para una vida tomada en serio. Vida sólo hay una y se estaría bien que no nos pasara lo que tan bien expresaba el poeta castellano Jorge Manrique,
Este mundo es el camino/para el otro, que se morada/sin pesar; / mas cumple tener buen tino / para caminar esta jornada / sin errar. (V)
No mirando a nuestro daño, / corremos a rienda suelta / sin parar; / desde que veamos el engaño / y queremos dar la vuelta, / no hay sitio. (XII)
(Coblas a la Muerte de su padre)
Estas intuiciones frente a la vida y la muerte, no son lejanas de la Regla de San Benito, y nos demuestran con esta proximidad que más allá del carisma estamos ante verdaderos enfoques creyentes y humanistas. La sabiduría espiritual es en el fondo un patrimonio de la humanidad, y Dios la reparte como quiere y al que quiere, generosamente.
Habiéndonos centrado en este leiv motiv, buscar a Dios de verdad, la Regla nos dice que viviendo así, orando y amando, la sabiduría espiritual impregnará nuestra vida, todas nuestras relaciones e incluso nuestras actitudes corporales.
Ésta es la raíz del árbol benedictino, cuyos frutos y cuya fecundidad han sido tan grandes. Procuramos que el crecimiento y los frutos del árbol estén siempre en relación con la raíz, esto es en la verdadera búsqueda de Dios, en la oración, en el amor. Por una propuesta así, que no hace más que replicar la llamada de Jesucristo a seguirle, entendemos que el evangelio de hoy justifique que podamos dejarlo todo.
Pongámonos siempre en disposición de escuchar y acoger la voz del Señor que nos llama, lo hace siempre, y lo hace en cada eucaristía, abrámosle pues el corazón.