Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Hay momentos en la vida cuando el alma se encuentra en un estado en que casi no comprende las palabras humanas, todo la cansa y nada la calma menos una plegaria fervorosa. En una oración fervorosa el alma encuentra alivio y aunque quisiera explicaciones de las criaturas, estas mismas le procurarían solamente una mayor inquietud.

Reflexión: El Espíritu de oración

Hay momentos en la vida, cuando el alma se encuentra en un estado en que casi no comprende las palabras humanas, todo lo causa y nada lo calma, menos una plegaria fervorosa. Dios, al prometer Él al mismo pueblo judío: “Derramaré sobre la casa de David el espíritu de gracia y de oración”, pero este espíritu de gracia y oración no era buscado. Jesucristo, vino como rocío de gracia y derramó por doquier el espíritu de oración. La oración es la característica de la religión católica y la señal de la santidad de un alma. La oración es luz y poder, es la acción misma de Dios, de cuyo poder dispone el que ora. Nunca veremos que se hace santo, uno que no ora. Las buenas obras exteriores ni la penitencia ni la mortificación constituyen la santidad de un alma.

Cuando se ora, se tienen todas las demás virtudes, como la humildad, que todo viene de Dios, que nada poseemos.

En la oración se ejercitan la fe, la esperanza y la caridad. Si, la oración por sí sola vale por todas las virtudes. Porque en el plan diario, la oración no es otra cosa que la misma gracia, Tanto teme el demonio a la oración que las tentaciones más violentas se desencadenaron contra la oración. Luego debemos alimentar constantemente de oración, nuestro espíritu, hacer de la oración, el primero de nuestros deberes.

Nada grande se hace por Jesucristo sin la oración, no se podrá adelantar un poco en el camino de la perfección. Todo el secreto de la santidad está en la oración. La gracia de la santidad de todos los santos es la oración y sabían hacer orar a cuantos les rodeaban, alabar a Dios. Si Dios nos abandona es porque no oramos. Podemos dejar todo, pero nunca la oración; nos conducirá a la salvación.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda el espíritu de oración a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.