En el Evangelio de hoy Jesús envía a los doce discípulos a evangelizar. Evangelizar es proclamar a Jesucristo crucificado y resucitado de entre los muertos. Cuando este kerygma, este Misterio Pascual, no está en el corazón del proyecto, la evangelización cristiana desaparece, convirtiéndose en una convocatoria a una religiosidad blanda o espiritualidad general.
Cuando no se proclama a Jesús crucificado y resucitado, surge un catolicismo que no demanda o amenaza; un sistema de pensamiento que, en el mejor de los casos, es eco de la cultura del ambiente. Peter Maurin, uno de los fundadores del movimiento Obrero Católico, dijo que la Iglesia tomó su dinamita, la colocó en contenedores herméticamente cerrados y se sentó sobre la tapa.
De manera similar, el teólogo protestante Stanley Hauerwas comentó que el problema con el cristianismo no es que sea socialmente conservador o políticamente liberal, ¡sino que “es demasiado aburrido!” Tanto para Maurin como para Hauerwas, lo que lleva a esta atenuación es una negativa a predicar lo que es peligroso o inquietante respecto de un Jesús que ha resucitado de entre los muertos.
Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos
Los profetas son la puerta que pone en comunicación a Dios con los seres humanos, y a los hombres con Dios. A nosotros nos dan palabras divinas y a Dios le dan nuestras mejores palabras. Después él las usa para hablar con nosotros, en un diálogo continuo donde nosotros aprendemos la lengua de Dios y nos volvemos más humanos y Dios se vuelve más Dios.
El Capítulo once del rollo de Oseas contiene algunos de los versos más hermosos de toda la Biblia. Son una cima de la profecía. Pero no podemos comprenderlos si antes no atravesamos los versos de condena, maldición, decepción y traición de los capítulos anteriores, si no nos encontramos con las palabras que Oseas utiliza para decirnos que la Alianza con Dios y su pueblo está rota para siempre, que la promesa se ha desvanecido por la infidelidad de Israel.
Si nos saltamos los capítulos difíciles y duros de la Biblia, si esquivamos el Gólgota y el Domingo de Ramos e inmediatamente vamos a Galilea, las resurrecciones se vuelven falsas y no salvan a nadie. Sólo quien muere de verdad puede conocer una resurrección verdadera.
Dios transformó el yugo de los ídolos que oprimían a los demás pueblos en lazos de amor, cuidando al pueblo como a un hijo. Pero el pueblo no quiso escuchar nada y siguió con sus prostituciones. La libertad conquistada gracias al aflojamiento del yugo se convirtió en una ocasión para escapar en busca de otros amantes, para alejarse de casa. Porque, como hemos aprendido también nosotros, los lazos de amor no dejan de ser lazos, y los hijos si consiguen romper sus lazos, incluso los que hemos creado solo para amarlos. Se les llama a mirar hacia lo alto: Se nos llama a ver las estrellas. Sólo los sapiens saben hacerlo, los animales no pueden mirar al cielo. Quizá sea esta la definición más bella de la vocación humana.
En la no-esperanza irrumpe lo inesperado. El dorso de las cosas se pliega y comienza para Dios el tiempo de la fidelidad sin reciprocidad. Dios cambia su mirada, invierte la marcha, cambia la dirección de su acción, y por tanto se convierte. Y hace algo que no debería hacer, lo contrario de lo que había dicho que haría. De esta lucha emerge un Dios inédito. Resulta espléndido que la diferencia entre Dios y el hombre consista precisamente en ser capaz de amar incluso sin reciprocidad. Dios nos ama renunciando a la reciprocidad.
El profeta reconoció la vida que le rodeaba y finalmente la comprendió. Pero una certeza sí tenemos: Oseas encontró y anunció una resurrección porque llegó hasta el fondo de su crisis y de la de su comunidad. Ni un solo centímetro antes.
La certeza de un futuro nació de la certeza final. Demasiadas veces no resucitamos porque nos quedamos en la primera o segunda estación del vía crucis, no llamamos a las crisis por su nombre tremendo, nos consolamos con pequeñas resurrecciones y no tocamos el fondo de los abismos, donde el pie puede intentar levantar un nuevo vuelo. Sólo así, resucitados desde la misma raíz podremos ir y anunciar el reino. Nuestro mundo necesita testigos creíbles, convencidos y convincentes. El mensajero debe de pasar el Evangelio por su propia vida, para luego transmitirlo con veracidad. Quien realmente quiere hacer las mismas obras de Jesucristo tiene que creer firmemente su Palabra y que esa Palabra es capaz de curar, resucitar, limpiar y echar cualquier tipo de mal que nos ata, no precisamente con ataduras de amor. El discípulo de Jesús es aquel que vive en total gratuidad. El verbo «cobrar» no puede estar en el vocabulario de un cristiano, porque sería como estafar a un Dios que nunca pasa factura y olvida nuestras deudas. Mercadear con las cosas de Dios es la mayor de las ingratitudes. Aquí no valen medias tintas o lo hacemos gratis o mejor no hacerlo. Hacer negocio a cuenta de Dios es el mayor antitestimonio que podemos dar a esta sociedad mercantilizada. Es hora de volver a la esencia de la gratuidad, allí donde nacen las ataduras del amor eterno.
Cuando alguien nos ofrece un servicio, no debemos pensar que todo nos es debido. No, muchos servicios se realizan de forma gratuita. Pensad en el voluntariado, que es una de las mejores cosas que tiene la sociedad italiana. Los voluntarios… ¡Y cuántos de ellos dejaron sus vidas en esta pandemia! Se hace por amor, simplemente por servicio. La gratitud, el reconocimiento, es en primer lugar una señal de buenos modales, pero también es una característica distintiva del cristiano. Es un simple pero genuino signo del reino de Dios, que es el reino del amor gratuito y generoso. (Ángelus, 28 junio 2020)
Fermín, Santo
Obispo y Mártir, 7 de julio
San Fermín, obispo de Pamplona. El obispo de Tolosa San Saturnino le envió a predicar el Evangelio a Pamplona, le consagró por su primer obispo y, vuelto después de algunos años a las Galias, predicó el Evangelio en el norte de Francia, muriendo en Amiéns, s. II.
Etimológicamente: Fermín = Aquel que es constante, firme, recio, valeroso y sólido, es de origen latino.
Este Santo es el famoso patrono de las «Corridas de San Fermín» en España, aunque en su vida ni los toros ni la fiesta brava tuvieron presencia alguna.
San Fermín de Amiens, nacio -según su leyenda- en Pamplona alrededor del año 272, murió en Amiens el 25 de septiembre de 303 fue un misionero cristiano, primer obispo de Amiens, cuya iglesia construyó. Fue decapitado cuando tenía unos 31 años. Es patrón de Amiens, Lesaca, y co-patrón de Navarra junto con San Francisco Javier.
Nacido en Pompaelo (la actual Pamplona), hijo de un senador pagano de nombre Firmo, un alto funcionario de la administración romana que gobernó Pamplona en el siglo III. La predicación de san Honesto, quien había marchado a la península tras ser milagrosamente liberado de su prisión en Carcassonne, conmovió a sus padres, quienes sin embargo no se convirtieron hasta oír a san Saturnino de Toulose. El santo habría bautizado a Fermín y a sus padres en el lugar que hoy se llama popularmente pocico de San Cernin.
Bajo la tutela de Honesto el joven Fermín aprendió la religión y el arte de la prédica. A los 18 años fue enviado a Tolosa, donde sería ordenado. Tras predicar en Navarra, marchó a Francia, donde se asentó en Amiens. Habiendo organizado la construcción de la iglesia local, fue nombrado obispo a los 24 años. La oposición oficial a la doctrina cristiana le granjeó la cárcel, donde, tras negarse a cesar su prédica, fue decapitado.
En 1186 el obispo Pedro de París llevó de Amiens a Pamplona una reliquia de la cabeza de Fermín.
Actualmente su santoral se celebra el 7 de julio. En Pamplona se conmemora con unas fiestas de fama internacional, los Sanfermines, en las que destacan los encierros de toros.
Es además patrono de las cofradías de boteros, vinateros y panaderos.
Evangelizar implica confianza
Santo Evangelio según san Mateo 10, 7-15. Jueves XIV del Tiempo Ordinario.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, eres el tesoro más grande que tengo. Mi vida sin ti no tendría sentido. Tú eres mi alegría, mi vida, mi todo. Gracias por tus beneficios. Gracias por el don de la fe a través de la cual me puedo poner en contacto contigo. Gracias porque confías en mí, y esperas que colabore contigo en la extensión de tu Reino. Gracias por amarme, no por lo que tengo o produzco, sino por lo que soy. Ayúdame a conocerte y a corresponder a tus beneficios.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 10, 7-15
En aquel tiempo, envió Jesús a los Doce con estas instrucciones: «Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente.
No lleven con ustedes, en su cinturón, monedas de oro, de plata o de cobre. No lleven morral para el camino ni dos túnicas ni sandalias ni bordón, porque el trabajador tiene derecho a su sustento.
Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, pregunten por alguien respetable y hospédense en su casa hasta que se vayan. Al entrar, saluden así: ‘Que haya paz en esta casa’. Y si aquella casa es digna, la paz de ustedes reinará en ella; si no es digna, el saludo de paz de ustedes no les aprovechara. Y si no los reciben o no escuchan sus palabras, al salir de aquella casa o de aquella ciudad, sacúdanse el polvo de los pies. Yo les aseguro que el día del juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas con menos rigor que esa ciudad».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hoy me diriges un mensaje que toca mucho mi vida como católico: la instauración de tu Reino. Esto es una realidad que ocupa toda mi existencia. Con tu Evangelio me envías a colaborar contigo en la misión de llevar la Buena Nueva de salvación a todos los hombres. Enciende en mí un celo cada vez mayor por tu Reino y por las almas.
Son muchas las recomendaciones que me das para la misión, que se encuadran en el fundamento de la confianza, que hoy quiero detenerme a considerar contigo.. Como cristiano, quizá he podido en ocasiones ir de misiones y hacer una experiencia de evangelización. La confianza en ti es lo único seguro que puedo portar conmigo.
Confío en que seré tan sólo instrumento tuyo. Confío que Tú darás el fruto de la misión. Confío en que no me abandonarás ni me faltará lo necesario. Evangelizar implica confianza. Y Tú nunca me has fallado.
Ayúdame a llevar confianza a este mundo a veces tan desalentado. Ayúdame a ser tu voz, tu rostro, tus manos, tus brazos, tus pies. Quiero llevar tu mensaje a los hombres que tanto lo necesitan. Pero no lo puedo solo. Necesito de ti. Hoy de nuevo me invitas preguntándome: ¿Quieres venir conmigo y ayudar a los hombres a ser felices en esta vida y en la otra? Y yo te respondo: ¡sí! Porque confío en tu misericordia, en que Tú eres quien me transforma en tu discípulo misionero.
«Cuando el Señor nos da este consejo: ‘¡párate!, elige hoy’, no nos deja solos. Está con nosotros y quiere ayudarnos. Nosotros solamente debemos confiar, tener confianza en Él. ‘Bienaventurado el hombre que confía en el Señor’. Hoy, cuando nosotros nos detendremos a pensar en estas cosas, para tomar decisiones, sepamos que el Señor está con nosotros, está junto a nosotros, para ayudarnos. Nunca nos deja solos, nunca. Está siempre con nosotros. También en el momento de la decisión está con nosotros». (Homilía de S.S. Francisco, 19 de febrero de 2015, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Ofreceré un misterio del rosario por los misioneros, especialmente los más necesitados de mi oración.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Qué es la gratitud
El mundo necesita una buena dosis de gratitud hacia los demás
El agradecimiento, además de ser una muestra de buena educación y respeto, nos proporciona felicidad, capacidad de goce y asombro, algo primordial en el ser humano. Por eso decimos que la gratitud abre los ojos, el corazón y la conciencia, pues por más insignificante que algo parezca, esta virtud lo engrandece y lo llena de gozo. Quien no agradece lo que es, lo que recibe y lo que tiene, vive amargado e insatisfecho, anhelando aquello que no ha podido lograr.
Los padres debemos proponernos que los hijos vivan el agradecimiento como una actitud habitual, tanto en el trato con los demás, así como con la vida misma y con quien la hizo posible. Es importante enseñarles a agradecer los alimentos que reciben, la posibilidad de estudiar, de tener una familia, de compartir con otros, de aprender…; en fin, tantas y tantas cosas que por momentos se nos vuelven invisibles a la vista y damos por hecho que nos pertenecen.
De esta forma los hijos crean conciencia de que el mundo no está rendido a sus pies en espera que ellos pronuncien su petición, sino que las cosas que se obtienen merecen un valor y un agradecimiento.
Cómo promover la gratitud en casa: 11 ideas prácticas
Las siguientes son algunas ideas que promueven la virtud de la gratitud en el hogar. No hay que olvidar que son aplicables a todos los miembros de la familia, no sólo a los chicos, pues el ejemplo de los padres es un elemento básico para el aprendizaje de valores.
1. Fijarse en las cosas buenas que suceden, así como en las fortalezas de las personas.
2. Percatarse de las necesidades que pasan otras personas y poner los propios dones a su servicio.
3. Saber disfrutar de las cosas y situaciones de nuestra vida, sobre todo de lo más sencillo.
4. Valorar los sacrificios y esfuerzos que hacen los demás para darnos lo que necesitamos.
5. No exigir otras cosas, sino agradecer aquello que se nos ofrece.
6. Dar siempre las gracias en compañía de una sonrisa, aunque sea por cosas aparentemente pequeñas y sin importancia.
7. Cuidar de las cosas que se nos han sido regaladas, mantenerlas en orden, hacer un uso apropiado de éstas y compartirlas con quien las necesite.
8. Volver una costumbre, el ofrecer detalles entre hermanos, padres e hijos.
9. En la noche, agradecer los dones recibidos a lo largo del día y en la mañana siguiente, agradecer por el nuevo día y ofrecer vivirlo de la mejor manera.
10. Nunca quejarse o lamentarse por lo que no se tiene.
11. Disfrutar de las actividades que se realizan en familia.
Para finalizar, una reflexión de Francisco Gras de la Escuela para Padres: “La gratitud con los padres, es un deber de cariño elemental. La gratitud con Dios, es un homenaje que arranca de lo más profundo del corazón. La gratitud a los demás, es señal de ojos abiertos y corazones humildes. El mundo necesita una buena dosis de gratitud hacia los demás y un poco menos, de reivindicaciones. Hay que pedir lo que nos falta y nos corresponde, pero sin olvidar que también hay que agradecer, lo que recibimos”.
Francisco en podcast reflexiona sobre su vida personal
El Santo Padre se reunió con el sacerdote argentino Guillermo Marcó.
“Mi corazón es un depósito, está lleno de cosas que guardo. Tengo que ampliar las estanterías a cada rato. En eso soy medio ‘coleccionista’ en el buen sentido de la palabra, no quiero perder nada de lo bueno que la gente me da. La gente te gratifica tanto, con ejemplos, con palabras, con uno o dos hechos. El cura está para enseñar a la gente, pero yo creo que es mucho lo que aprendemos de la gente si los miramos”.
Así comienza la entrevista que el Papa Francisco concedió al presbítero argentino Guillermo Marcó, quien fuera el encargado de la Oficina de Prensa del Arzobispado bonaerense mientras Bergoglio era arzobispo. 22 minutos de la charla, que duró una hora y media en total y tuvo lugar el 9 de junio, fueron publicados el domingo 3 de julio en “Marcó tu semana, de la tele a las redes”, el podcast producido por Marcó.
El coloquio se centró en cuestiones más personales del Pontífice: su vida espiritual, su etapa fuera de la Argentina natal; no se abordan asuntos coyunturales. Al ver que todos estos temas eran tratados en otros medios, prefirió hablar sobre tópicos «de la vida más simple», planteándole «preguntas que yo muchas veces me hago, porque cuando conocés a alguien, sabés cómo vivía, sabés cómo rezaba”, puntualizó el exportavoz en la presentación de su podcast.
“Muchas veces él te decía, frente a un problema: ‘Bueno, dejá que lo rezo y después te contesto’”, comentó Marcó.
¿Cómo es la oración de un Papa?
La primera cuestión que charlaron fue la vida de oración. Francisco sostuvo que “la oración de obispo es cuidar el rebaño para decirlo en términos evangélicos, y el Papa es un obispo, así que sigue con el mismo estilo. Es similar: pedir, interceder, agradecer por todo el bien que se hace”.
“¿Seguís siendo un madrugador de la oración?”, le consultó Marcó, y el obispo de Roma contestó:
“Sí, eso sí, porque si no rezás a la mañana, no rezás más, porque te agarra la picadora de carne”.
Callejear, la mayor nostalgia de la vida en Buenos Aires
Lo que el Sucesor de Pedro más extraña de la capital argentina es la posibilidad de callejear, como él mismo explicó:
«Allá en Buenos Aires o iba caminando o iba en el bus, etcétera. Acá las dos veces que tuve que salir me agarraron in fraganti. Dos veces, en invierno. Siete de la tarde que no pasa nada, todo oscuro… Cuando fui a la óptica una señora desde el balcón (gritó) ‘¡El Papa!’ y ahí se acabó. Y cuando fui a la disquería que no había nadie -fui a bendecir porque era una disquería de amigos que la habían reestructurado y todo- la gente me pidió ‘¿Por qué no viene usted que nos ayudó tanto?’. Entonces yo fui. Oscuro… Tanta mala suerte que justo ahí hay una parada de taxis cerca, había un periodista esperando un amigo para tomar un taxi”.
¿Qué se siente frente a la inmensa responsabilidad?
Respecto a su estado espiritual ante su misión al frente de la Iglesia, el Papa sostuvo que “el Espíritu Santo te da muchos frutos, pero nunca se habla de que te anestesia. Y a veces, siento que estás anestesiado frente a situaciones que te harían sufrir mucho y, sin perder la situación, poder moverte”.
“Donde hay crisis, se crece”
Otro de los temas tratados en la entrevista fue la gestión de las crisis: “Una de las cosas que aprendí acá es que no sabemos manejar las crisis, y las crisis son las que nos hacen crecer”, declaró el Papa.
Luego, Francisco citó a los fundadores de la Unión Europea como ejemplos de hombres que supieron manejar las crisis y crecieron con ellas, “no las transformaron en conflicto, o blanco o negro”.
“Cuando vos transformás una crisis en conflicto, perdiste. La unidad es mayor al conflicto, o sea, el conflicto te reduce”, dijo.
El testimonio de la ancianidad en primera persona
Por último, tomando como disparador el ciclo de catequesis sobre las personas mayores, que el Obispo de Roma comenzó el 23 de febrero de este año durante las Audiencias Generales, Marcó quiso saber cómo el Papa afronta esta etapa de su vida: “Yo, a esta edad, me río de mí mismo y sigo adelante”, manifestó.
¿En dónde encontrar la felicidad?
¿En dónde se debe buscar la auténtica felicidad
Hubo una vez un gran millonario que ofreció la mitad de su fortuna al que le dijera de corazón que no quería ser feliz. Esperó varios meses y nadie se le acercó. Está claro que todo hombre quiere y busca ser feliz, pues es algo que tenemos por naturaleza. A veces encontramos personas que dicen que son absolutamente felices; algunas de ellas tendrán mucho dinero y otras no tendrán nada. Así nos podemos preguntar ¿qué es la felicidad?, ¿cómo podemos ser felices? y ¿cómo podemos ayudar a otros a ser felices?
Muchas veces hemos escuchado que la verdadera felicidad se puede encontrar sólo en Dios, pero a veces no sabemos el porqué. Sin ser muy filosófico se puede explicar sencillamente lo que Sto. Tomás de Aquino dijo en su Suma de Teología(I-II q.2) sobre ¿qué es lo que hace al hombre ser feliz? Es importante entender la felicidad como aquello que satisface plenamente al hombre; y “plenamente” es una palabra clave. Cada día veremos a muchas personas que buscan la felicidad en las riquezas, pues teniendo dinero podrán comprar todo. Esto último es lo que hace imposible a las riquezas el dar la felicidad, pues si se tiene dinero es para conseguir algo más, y por lo tanto, el dinero en sí no nos satisface plenamente.
Otros dirán que la felicidad está en el honor y la gloria. Sabemos que se honra a alguien cuando posee alguna excelencia (por ejemplo, un premio académico). Pero como somos imperfectos, nunca podremos tener una excelencia completa y por lo mismo siempre estaremos buscando cosas para conseguir más y más honor, lo que nos llevará a la insatisfacción. En relación a la gloria, se da al que sabe algo, pero al igual que el honor, el hombre siempre buscará y podrá saber más y más, pues al ser creaturas imperfectas, tenemos una participación en la inteligencia de Dios y por lo mismo, inventamos o descubrimos cosas que en la mente divina ya habían sido creadas.
Por otro lado, hay personas que buscarán la felicidad en el poder, pero sabemos que por mucho poder que tenga, nunca se librará de los peligros o dificultades en su vida. Esto le llevará a preocuparse por ello, y no se satisfarán plenamente sus necesidades. Otros pensarán que la felicidad está en los bienes del cuerpo (la salud, por ejemplo). El hombre está compuesto de alma y cuerpo; y este último necesita el alma para vivir. Entonces, si los bienes del cuerpo satisfarían plenamente nuestra felicidad, no necesitaríamos nuestra alma; lo que es simplemente absurdo. Lo mismo se podría decir de los placeres, pues ellos son bienes del cuerpo, y como tales, necesitan de algo más para satisfacerse (el alma).
Finalmente tenemos otras dos posibilidades: algún bien del alma o algún bien creado. Lo primero no puede ser, pues el alma está en acto sólo cuando tiene al cuerpo (para darle vida), y por lo tanto, lo que en sí mismo es potencia, no puede dar la plenitud de felicidad, pues la potencia busca algo más, que es la actualización. Y si el bien del alma no puede ser, menos será un bien creado, pues por ser creado, quiere decir que depende de otro y por lo mismo es imperfecto.
Todo esto nos lleva a pensar que el único camino de felicidad es lo que es absolutamente perfecto, eterno, lo que es actualidad pura y es lo que llamamos Dios. Por lo tanto, podemos definir felicidad como la acción de estar con Dios, que es lo que alcanzaremos en el cielo. Por eso es muy importante conocer, amar y saber transmitir a Dios en esta vida, pues mientras más cercanos estemos de Él, más felices seremos. Ahora lo único que nos falta es preguntarnos ¿qué haré concretamente para ser feliz?
40. Cuando la alberca no tiene agua
Sembrando Esperanza II
Cuántas veces en nuestra vida nos suceden cosas inauditas, situaciones que hasta la fecha no podemos explicar, nos quedamos fríos, paralizados, incluso, las atribuimos a situaciones paranormales y extraordinarias. Estoy convencido que muchas de esas situaciones, para nosotros extrañas, son mensajes que Dios nos manda para que nos acerquemos a Él, para que creamos en Él y no dudemos jamás que Él maneja los hilos de nuestra vida. Dios tiene su tiempo para cada uno, solo basta, por nuestra parte, estar atentos, esperar y saber comprender este comunicarse de Dios; es claro que nuestra vida cambiará para mejor. No dudes, antes de lanzarte a la alberca, extiende tus manos y reza… ¡No sea qué!… Un joven que fue criado como ateo, estaba entrenando para salto ornamental a nivel olímpico. La única influencia religiosa que recibió en su vida, le llegó a través de un amigo cristiano. El deportista no prestó mayor atención a su amigo, aunque lo escuchaba con frecuencia. Tal vez nosotros hemos tenido o tenemos una actitud similar en nuestra vida, realmente no prestamos atención porque no nos interesa; “tenemos otras cosas más importantes que hacer” y a Dios lo vamos desplazando y lo dejamos de lado. Una noche, fue a la alberca de la universidad a la que pertenecía. Las luces estaban todas apagadas, pero como la noche estaba clara y la luna brillaba, había suficiente luz para practicar. El joven se subió al trampolín más alto, y cuando volvió la espalda a la alberca al filo de la rampa y extendió sus brazos, vio su propia sombra en la pared. La sombra de su cuerpo tenía la forma exacta de una cruz. En lugar de saltar, sin saber por qué, se arrodilló y finalmente le pidió a Dios que entrara en su vida. Mientras el joven permanecía quieto, el personal de limpieza ingresó y encendió las luces.
“HABÍAN VACIADO LA PISCINA PARA REPARARLA”.
Esta es la prueba más simple de que Él existe, si amas a Jesús y no te avergüenzas de las cosas maravillosas que Él ha hecho por ti. Recuerda que un buen amigo siempre está cuando se le necesita, aún si no se le conoce. ¿Por qué quedarnos con los brazos cruzados, cuando el hombre más grande, el gran líder que cambió el mundo, murió con los brazos abiertos?
Novena a la Virgen del Carmen
Oraciones para cada día de la novena, la puedes hacer tantas veces desees, de manera especial los días previos a la festividad (7 al 15 de julio)
Por la señal, etc.
ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío. Me has de perdonar mis culpas y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti te amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en este Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.
ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo: (rezar tres avemarías)
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles como gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.
DÍA PRIMERO
Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que fuiste figurada en aquella nubecilla que el gran Profeta de Dios, Elías, vio levantarse del Mar, y con su lluvia fecundó copiosamente la tierra, significando la purísima fecundidad con que diste al mundo a tu querido Hijo Jesús, para remedio universal de nuestras almas: te ruego, Señora, me alcances de su majestad copiosas lluvias de auxilios, para que mi alma lleve abundantes frutos de virtudes y buenas obras, a fin de que sirviéndole con perfección en esta, vida, merezca gozarle en la eterna. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA SEGUNDO
Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que por tu singular amor a los Carmelitas los favoreciste con tu familiar trato y dulces coloquios, alumbrándolos con las luces de tu enseñanza y ejemplo de que dichosamente gozaron. Te ruego, Señora, me asistas con especial protección, alcanzándome de tu bendito Hijo Jesús luz para conocer su infinita bondad y amarle con toda mi alma; para conocer mis culpas y llorarlas para saber como debo comportarme a fin de servirle con toda perfección; y para que mi trato y conversación sean siempre para su mayor honra y gloria y edificación de mis prójimos. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA TERCERO
Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que te dignaste admitir con singular amor el obsequio filial de los Carmelitas, que entre todos los mortales fueron los primeros que en tu honor edificaron un templo en el Monte Carmelo, donde concurrían fervorosos a darte culto y alabanza. Te ruego, Señora, me alcances sea mi alma templo vivo de la Majestad de Dios, adornado de todas las virtudes, donde El habite siempre amado, adorado y alabado por mi, sin que jamás le ocupen los afectos desordenados de lo temporal y terreno. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA CUARTO
Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para mostrar tu especialísimo amor a los Carmelitas les honraste con el dulce nombre de hijos y hermanos tuyos, alentando con tan singular favor su confianza, para buscar en ti, como en amorosa Madre, el remedio, el consuelo y el amparo en todas sus necesidades y aflicciones, moviéndoles a la imitación de tus excelsas virtudes. Te ruego, Señora, me mires, como amorosa Madre y me alcances la gracia de imitarte, de modo que dignamente pueda yo ser llamado también hijo tuyo, y que mi nombre sea inscrito en el libro de la predestinación de los hijos de Dios y hermanos de mi Señor Jesucristo. Así Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA QUINTO
Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para defender a los Carmelitas, tus hijos, cuando se intentaba extinguir la sagrada Religión del Carmen, mostrando siempre el amor y singular predilección con que los amparas, mandaste al Sumo Pontífice, Honorio III, los recibiese benignamente y confirmase su instituto, dándole por señal de que esta era tu voluntad y la de tu divino Hijo, la repentina muerte de dos que especialmente la contradecían. Te ruego, Señora, me defiendas de todos mis enemigos de alma y cuerpo, para que con quietud y paz viva siempre en el santo servicio de Dios y tuyo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
SEXTO DÍA
Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para señalar a los Carmelitas por especiales hijos tuyos, los enriqueciste con la singular prenda del santo escapulario, vinculando en él tantas gracias y favores para con los que devotamente lo visten y cumpliendo con sus obligaciones, procuran vivir de manera que imitando tus virtudes, muestran que son tus hijos. Te ruego, Señora, me alcances la gracia de vivir siempre como verdadero cristiano y cofrade amante del santo escapulario, a fin de que merezca lograr los frutos de esta hermosa devoción. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA SÉPTIMO
Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que en tu santo Escapulario diste a los que devotamente lo visten, un firmísimo escudo para defenderse de todos los peligros de este mundo y de las asechanzas del demonio, acreditando esta verdad con tantos y tan singulares milagros. Te ruego, Señora, que seas mi defensa poderosa en esta vida mortal, para que en todas las tribulaciones y peligros encuentre la seguridad, y en las tentaciones salga con victoria, logrando siempre tu especial asistencia para conseguirlo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA OCTAVO
Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que ejerces tu especial protección en la hora de la muerte para con los que devotamente visten tu santo escapulario, a fin de que logren por medio de la verdadera penitencia salir de esta vida en gracia de Dios y librarse de las penas del infierno. Te ruego, Señora, me asistas, ampares y consueles en la hora de mi muerte, y me alcances verdadera penitencia, perfecta contrición de todos mis pecados, encendido amor de Dios y ardiente deseo de verle y gozarle, para que mi alma no se pierda ni condene, sino que vaya segura a la felicidad eterna de la gloria. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
DÍA NOVENO
Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que extendiendo tu amor hacia los Carmelitas, aún después de la muerte, como piadosísima Madre de los que visten tu santo escapulario consuelas sus almas, cuando están en el Purgatorio, y con tus ruegos consigues salgan cuanto antes de aquellas penas, para ir a gozar de Dios, nuestro Señor, en la gloria. Te ruego, Señora, me alcances de su divina Majestad cumpla yo con las obligaciones de cristiano y la devoción del santo escapulario, de modo que logre este singularísimo favor. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.
Para saber qué es el Escapulario de la Virgen del Carmen, su historia, el objetivo, las promesas de la Virgen a quien lo lleve, puedes leer Nuestra Señora del Carmen Fiesta y significado del Escapulario.
San Fermín: el mártir que ataron a las patas de un toro
Era de origen romano, nació en Pamplona y fue obispo en Francia, donde murió de forma cruel
San Fermín era hijo de un patricio romano del siglo III después de Cristo. Sabemos que nació en Pompaelo (Pamplona en latín). Sus padres se convirtieron al escuchar la predicación de san Saturnino de Toulouse y lo bautizaron inmediatamente. Ese lugar es llamado Pocico de san Cernín (nombre de Saturnino) y sobre él se construyó una iglesia en el siglo X.
Fermín viajó a Francia a evangelizar. A los 18 años fue a Toulouse y allí fue ordenado sacerdote. Cuatro años más tarde se convirtió en obispo de Amiens.
En Amiens fue detenido y encarcelado por evangelizar. Al manifestar que no pensaba dejar de hacerlo, las autoridades decidieron condenarlo y lo degollaron. Previamente, una tradición explica que lo ataron a las patas de un toro y espantaron al animal por las calles de la ciudad, con lo que el santo sufrió terriblemente.
En 1186, el obispo Pedro de París llevó una reliquia de la cabeza de san Fermín a Pamplona.
La fiesta de san Fermín se celebra el 7 de julio.
Patronazgo
San Fermín es copatrón de la ciudad de Pamplona, que le honra con las fiestas del 6 al 14 de julio, llamadas Sanfermines.
Este es el cántico de los mozos que participan en el encierro:
A San Fermín pedimos,
por ser nuestro patrón,
nos guíe en el encierro
dándonos su bendición.
Oración
Glorioso mártir san Fermín, por el gran amor que has tenido a Jesús y a María, danos la gracia de conocer, de amar y servir a Dios con el fervor con que tú lo hiciste.
Por la singular limpieza de corazón y alma con que viviste, enséñanos a huir de todo pecado.
Por la confianza que tuviste en Dios, enséñanos a aceptar siempre su voluntad.
Por tu dichosa muerte, alcánzanos la gracia de vivir y morir cristianamente, amando la cruz hasta el final.
(Hacer la petición)
Dios, que nos has dado en San Fermín mártir, un ejemplo perfecto de defensor de la fe católica, concédenos la gracia de predicar el evangelio como él lo hizo, llevando una vida intachable, humilde, de acuerdo con el mensaje de la fe y amor que anunciamos. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
¡San Fermín, ruega por nosotros!