MATEO 9:9-13
Amigos, el Evangelio de hoy es la simple pero también magnífica historia sobre la conversión de Mateo. Los animo a leerla y meditarla durante la semana, porque es acerca de nosotros. La Biblia menciona que Jesús le dice a Mateo: “Sígueme”. El llamado de Jesús intenta llegar a nuestra mente, y luego de pasar por ella llegar a nuestro cuerpo, y luego de pasar el cuerpo adentrarse en nuestra vida, en todas nuestras decisiones prácticas.
Y entonces escuchamos que Mateo “se levantó y lo siguió”. El verbo Griego que se emplea aquí es el mismo usado en la descripción de la Resurrección de Jesús de entre los muertos: Mateo se levantó. Conversión significa transición a una vida superior, un elevarse sobre las preocupaciones de las cosas del mundo y reorientarse hacia las cosas de Dios.
Después escuchamos lo que pasó luego de la conversión de Mateo: «Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con Él y sus discípulos». Esto molesta profundamente a los fariseos, quienes preguntan a los discípulos: «¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?». La respuesta es que Jesús ama a los pecadores, Él no requiere perfección antes de acercarse a una persona.
Vagarán buscando la Palabra del Señor y no la encontrarán
La misión de profeta Amón fue denunciar al pueblo de Israel la corrupción en que vivían y advertirles que si no se arrepentían serían destruidos.
En esta lectura vemos reflejada la conducta engañosa de algunos israelitas: cumplir con las normas, pero aplastando a los que tienen a su lado. Es lo que comúnmente designamos como llevar una doble vida: de cara a la galería viven la piedad para con Dios, pero olvidan la caridad con el prójimo. Los israelitas olvidaron, y muchas veces nosotros también lo hacemos, que la fe pasa por la caridad, que son como las dos caras de una misma moneda. Si nuestra fe es sincera se va a notar en nuestra vida, en nuestro actuar según Dios, sin falsear ni maquillar su Verdad en nuestro provecho, y por supuesto, sin perjudicar al pobre.
Vivir una doble vida es una tentación muy sutil y que fácilmente anestesia nuestra conciencia. Podremos engañar a los demás, engañarnos a nosotros mismos, pero no a Dios. Por eso Dios actúa con firmeza. Como vemos en la lectura, es duro en sus Palabras, denuncia la injusticia a la que se somete a los pobres, y anuncia que los que así obran se verán rodeados de amargura, llanto, oscuridad… Situación de la que les será muy difícil salir porque incluso tendrán hambre de oír la Palabra de Dios, único capaz de devolver la esperanza, y no la encontrarán.
Pidamos al Señor que nunca nos falten profetas que nos anuncien su Palabra y que nos ayuden a no sucumbir ante las falacias de la vida. Que cada día tengamos más hambre de su Palabra, verdadero alimento para nuestra alma, el único que nos puede saciar de verdad.
Él se levantó y lo siguió
Hoy es el propio San Mateo quien nos cuenta el relato de su vocación. Jesús lo vio, le dijo sígueme y él se levantó y lo siguió.
De todos es sabido que Mateo era recaudador de impuestos, oficio que no era bien visto. Sin embargo, Jesús no se fijó en lo que hacía, en lo que aparentaba ser, sino que escudriñó su interior y descubrió dentro de él un corazón dispuesto a dejarlo todo y a seguirle.
Este relato nos interpela, nos anima a abrir nuestros ojos, a no tener una mirada superficial, que se fija en la apariencia y olvida el misterio de Dios que esconde cada persona.
Mateo fue llamado en el momento oportuno, lo vemos en el hecho de que a la invitación de Jesús a seguirle respondió con prontitud. Si el Señor se hubiera quedado en lo externo, en pensar que como estaba haciendo algo “contrario” a la vocación, mejor era no llamarlo al seguimiento, no tendríamos al gran Apóstol y Evangelista San Mateo.
Pidamos al Señor por la intercesión de San Mateo, que tengamos la valentía de proponer la vocación a los jóvenes de nuestro entorno. Ellos, aún sin saberlo, buscan a Dios, porque buscan la felicidad, muchas veces llamando a puertas equivocadas. Ayudémosles a encontrar el camino de la alegría verdadera, la que sólo Dios puede dar.
Es la primera condición para ser salvado: sentirse en peligro; la primera condición para ser curado: sentirse enfermo, Y sentirse pecador, es la primera condición para recibir esta mirada de misericordia. Pero pensemos a la mirada de Jesús, tan bella, tan buena, tan misericordiosa. Y también nosotros cuando pedimos sentimos esta mirada sobre nosotros; es la mirada del amor, la mirada de la misericordia, la mirada que nos salva. No tengan miedo. (Homilía Salta Marta, 21 septiembre 2017)
Cristo ha tocado lo más profundo de mi ser
Santo Evangelio según san Mateo 9, 9-13. Viernes XIII del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, ¿qué hay en tu mirada? Al ver tus ojos y darme cuenta que detrás de ellos hay un corazón que me ama profundamente, ¿cómo me voy a quedar indiferente? Busco ese amor. Te busco a ti. Y hoy te he encontrado en mi camino. Háblame, Jesús, dime lo que quieras. Tu palabra es espíritu de vida. Dame de esa agua. Sacia mi corazón con la luz de tu palabra.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 9, 9-13
En aquel tiempo, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a su mesa de recaudador de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y lo siguió.
Después, cuando estaba a la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores se sentaron también a comer con Jesús y sus discípulos. Viendo esto, los fariseos preguntaron a los discípulos: “¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?” Jesús los oyó y les dijo: “No son los sanos los que necesitan de médico, sino los enfermos. Vayan, pues, y aprendan lo que significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
San Mateo escuchó la voz del Señor. No era una voz cualquiera, era una palabra que tocaba lo más profundo de su ser. En ese momento Mateo recordó toda su vida. ¿De qué le había servido todo el dinero que tenía en su mesa? De nada. Había buscado por todas partes algo que saciara su sed.
Y un día rutinario un hombre se le pone delante. Un hombre, llamado Jesús, lo mira. Lo ama. Un hombre que condena el pecado pero nunca al pecador. Un hombre que había ido en busca de la oveja que se la había perdido.
Hoy vengo a ti, Jesús. O mejor, Tú me has salido al encuentro. Me has mirado. Has tocado lo profundo de mi ser, aquello que pocos conocen y me has amado. Has dado tu vida por mí y hoy me llamas a trabajar a tu lado.
Estaba descalzo. No tenía ni una moneda en mis bolsillos. Mi estómago vacío. Mi alma en pecado. No merecía llamarme hijo tuyo. Ni siquiera podía mirarte a los ojos sin darme cuenta de mi miseria y de tu gran amor. No me reprochas nada. No me dices ni una palabra negativa. No me dejas hablar. Tu corazón está lleno de gozo y vienes a mi casa.
Hoy veo mi vida pasada. Pienso en los momentos difíciles y en los momentos de alegría. Y veo una hermosa historia de amor. Me doy cuenta de que Tú no sólo me llamas sino que siempre has estado a mi lado.
«Jesús lo miró. Qué fuerza de amor tuvo la mirada de Jesús para movilizar a Mateo como lo hizo; qué fuerza han de haber tenido esos ojos para levantarlo. Sabemos que Mateo era un publicano, es decir, recaudaba impuestos de los judíos para dárselos a los romanos. Los publicanos eran mal vistos, incluso considerados pecadores, y por eso vivían apartados y despreciados de los demás. Con ellos no se podía comer, ni hablar, ni orar. Eran traidores para el pueblo: le sacaban a su gente para dárselo a otros. Los publicanos pertenecían a esta categoría social. Y Jesús se detuvo, no pasó de largo precipitadamente, lo miró sin prisa, lo miró con paz. Lo miró con ojos de misericordia; lo miró como nadie lo había mirado antes. Y esa mirada abrió su corazón, lo hizo libre, lo sanó, le dio una esperanza, una nueva vida». (Homilía de S.S. Francisco, 21 de septiembre de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy, Jesús, te ofrezco ser misericordioso así como Tú lo eres conmigo. No voy a pensar mal de nadie. Si me viene un comentario negativo de alguien me dominaré; no lo diré y buscaré decir cosas positivas de él.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Médico de las almas y de los cuerpos
El sentido cristiano del sufrimiento humano
1.“Curó a muchos enfermos de diversos males”, anota, refiriéndose a Jesús, el evangelista San Marcos (cf Marcos 1, 34). Jesucristo se manifiesta así como médico de las almas y de los cuerpos (cf Catecismo de la Iglesia Católica, 1421). Las curaciones son signos de la llegada del reino de Dios; de un acontecimiento que comporta la salvación integral para el hombre entero.
La curación de las enfermedades anticipan una sanación más radical, que tiene lugar por la Pascua de Cristo. El Señor, que “tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades” (Mateo 8, 17), venció en la Cruz al mal y al pecado, triunfando sobre las consecuencias del pecado: sobre la enfermedad, sobre el sufrimiento, sobre la muerte. Todos estos aspectos sombríos de la condición humana han sido asumidos y redimidos por el Hijo de Dios hecho hombre.
Esta apropiación del sufrimiento por parte del Redentor permite contemplar la enfermedad con una mirada nueva, porque los caminos del dolor han sido ya explorados por el Hijo de Dios, que los ha convertido en caminos de vida. El sufrimiento, la enfermedad y el dolor tienen, desde la Cruz, un sentido, una razón de ser, una finalidad: son ocasión propicia para unirse a la pasión redentora del Salvador. Contemplando la Cruz, el hombre sabe que jamás sufre solo, ni muere solo; tiene la posibilidad de morir con Cristo para resucitar con Él, uniendo el propio padecer a la ofrenda del Señor que se entrega por la salvación del mundo. El sufrimiento se transforma así en amor; en un amor que vence al mal.
Juan Pablo II escribió en el año 1984, con el título Salvifici doloris, una carta apostólica sobre el sentido cristiano del sufrimiento humano. El Papa dio testimonio, durante los años de su enfermedad, de la verdad de cuanto había escrito en ese texto. Realmente, la mejor encíclica de Juan Pablo II fue su propia vida; fue el modo de asumir su enfermedad y su muerte. Con su ejemplo puso de manifiesto que es posible “aceptar nuestro propio sufrimiento y unirlo al sufrimiento de Cristo. De este modo, ese sufrimiento se funde con el amor redentor y, en consecuencia, se transforma en una fuerza contra el mal en el mundo” (Benedicto XVI, “Discurso”, 22 de Diciembre de 2005).
2. A pesar de los progresos de la medicina, la enfermedad – física o psíquica – , el dolor y el sufrimiento acompañan al hombre. Son, además de herencia del pecado, muestras de nuestra caducidad y contingencia. En carne propia, o en la experiencia de personas cercanas, todos hemos podido saludar a estos compañeros de viaje. Como Job, cada uno de nosotros, en los momentos de angustia, podría quizá exclamar: “al acostarme pienso: ¿cuándo me levantaré? Se alarga la noche y me harto de dar vueltas hasta el alba. Mis días corren más que la lanzadera…” (cf Job 7, 1-4.6-7).
Cristo nos da la esperanza de saber que la enfermedad y el sufrimiento no serán, como no lo fue la Cruz, lo definitivo. Cristo nos da la posibilidad de transformarlos en ofrenda de amor. Y Cristo nos pide que estemos al lado del que sufre, sabiendo que cada vez que nos acercamos a un enfermo, nos estamos acercando al mismo Señor. “Venid, benditos de mi Padre, porque estaba enfermo y me visitasteis” (cf Mateo 25, 36).
3. La Iglesia continúa, con la fuerza del Espíritu Santo, la obra de Jesucristo de curar y salvar. De modo particular a través de los sacramentos de curación; el sacramento de la Penitencia y el sacramento de la Unción de los Enfermos.
Debemos dejarnos curar por Cristo, como se dejó curar por Él la suegra de Simón y tantos otros enfermos. Debemos ansiar que, en la confesión personal, Cristo-Médico se incline sobre nuestra dolencia para restaurarnos y devolvernos a la comunión fraterna (cf Catecismo de la Iglesia Católica, 1484). Debemos valorar la Unción de los Enfermos como sacramento especialmente destinado a reconfortar a los atribulados por la enfermedad (cf Catecismo de la Iglesia Católica, 1511). No podemos olvidar las palabras del apóstol Santiago, que siguen teniendo plena vigencia:
“¿Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados” (Santiago 5, 14-15).
«Maestros de la ternura»: El proyecto vital del Papa para los ancianos
Video del Papa para el mes de julio 2022.
“Para la vejez hay muchos planes de asistencia, pero pocos proyectos de existencia”, subraya Francisco en el videomensaje con la intención de oración que confía a toda la Iglesia Católica a través de la Red Mundial de Oración del Papa. Este mes, el Santo Padre pide “por los ancianos que representan las raíces y la memoria de un pueblo, para que su experiencia y sabiduría ayude a los más jóvenes a mirar hacia el futuro con esperanza y responsabilidad”. La intención coincide con la celebración de la segunda Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, que se celebrará el domingo 24 de julio tanto en Roma como en todas las diócesis del mundo.
Una generación numerosa
Hablando en primera persona de los ancianos, el Papa Francisco dice: “Nunca hemos sido tan numerosos en la historia de la humanidad, pero no sabemos bien cómo vivir esta nueva etapa de la vida”. En las últimas décadas, el número de personas mayores de 65 años no ha dejado de crecer. Este envejecimiento poblacional afecta especialmente a los países más desarrollados, donde el 25% de los mayores vive solo. “Para la vejez hay muchos planes de asistencia, pero pocos proyectos de existencia”, se lamenta el Papa en este vídeo, que ha contado con la colaboración del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida y de la Fondazione Alberto Sordi.
Una misión vital para los ancianos
En el contexto de un mundo con numerosas heridas, el Santo Padre señala un papel fundamental para la generación de los ancianos. “Las personas mayores tenemos a menudo una sensibilidad especial para el cuidado, la reflexión y el afecto. Somos, o podemos llegar a ser, maestros de la ternura,” dice el Papa. “Necesitamos, en este mundo acostumbrado a la guerra, ¡una verdadera revolución de la ternura! En eso tenemos una gran responsabilidad hacia las nuevas generaciones.”
Una Iglesia cerca de los ancianos
Sobre la misión de los ancianos en el mundo y en la Iglesia, ha hablado el Card. Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida: “El Santo Padre nos invita a tomar conciencia de la relevancia de los ancianos en la vida de las sociedades y de nuestras comunidades, y a hacerlo no de forma esporádica, sino estructural, con una pastoral ordinaria. Es decir, no se trata de perseguir una emergencia, sino de sentar las bases de una pastoral a largo plazo, que nos implicará durante décadas. Además de reafirmar la importancia de contrarrestar la cultura del descarte, el Papa también parece querer ofrecer puntos de referencia a quienes experimentan el desconcierto de descubrirse adelantados en años. Por eso ha querido establecer una Jornada Mundial que se celebre cada año y que marque el tiempo litúrgico: para decir que la Iglesia está cerca de los ancianos”.
Faltan respuestas a las necesidades de los ancianos
Por su parte, Ciro Intino, Director de la Fondazione Alberto Sordi, remarca que “Nuestra sociedad está cada vez más envejecida, pero tiende a excluir y aislar a los ancianos, socavando su identidad y su papel social, sobre todo en las relaciones con las generaciones más jóvenes. Lamentablemente, faltan respuestas adecuadas a las necesidades asistenciales y existenciales de las personas mayores. Queda mucho camino por recorrer en materia de políticas sociales y sociomédicas dirigidas a las personas mayores, destinadas a limitar la condición de aislamiento a la que se ven abocadas demasiadas personas mayores en la actualidad. Las personas mayores son portadoras de sabiduría, conocimiento, cultura: valores inalienables que, a través del diálogo intergeneracional, contribuyen a garantizar el futuro de nuestra sociedad y de las comunidades a las que pertenecen. Para que esta dinámica virtuosa se haga realidad, deben activarse las sinergias entre las redes familiares, los amigos, los cuidadores y las estructuras sociales públicas, privadas y particulares. La Fondazione Alberto Sordi promueve estos caminos de la red: ofreciendo así razones para la esperanza”.
Recordemos a nuestros abuelos
El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, comentó a propósito de esta intención: “Recordemos nuestros abuelos o personas ancianas que nos han compartido, a partir de su propia experiencia de vida y de fe, su sabiduría y su esperanza. En los Evangelios, los ancianos Simeón y Ana, reconocen en el bebé que Maria y José presentan en el Templo, la esperanza de todo un pueblo. Son capaces de ver y escuchar lo que la gran mayoría, corriendo tras sus ocupaciones, no percibe. Como nos lo ha recordado Francisco en las catequesis sobre la vejez de estos tres últimos meses, la alianza entre las generaciones, entre los ancianos y los jóvenes, es una bendición para la sociedad. Recemos este mes por esta intención de oración del Papa”.
¿Qué idea tienes de tu propia belleza?
Se habla siempre de la belleza física y, ¿qué hay de la belleza interior?, ¿qué hay de esos defectos que te hacen única e irrepetible?
A menudo me he encontrado con este tema: la eterna discusión sobre los cánones de belleza. Lo que para unos es hermoso para otros puede que no tanto, pues todos somos distintos tanto física como espiritualmente, y si nos dedicáramos a la tarea de preguntarle a las personas ¿qué es belleza? muy seguramente tendríamos una lista bastante larga de “estereotipos” de lo que puede significar esta palabra. Ahora bien, situémonos puntualmente en las mujeres, ¿por qué nos tardamos tanto arreglándonos para un evento? Los hombres se bañan, se visten, se peinan y listo. Hay algunos que se tardan más en el espejo, pero ninguno gasta dos o tres horas en compañía de sus amigos decidiendo que se va a poner… qué zapatos le combinan con el color de sus ojos o qué pantalón lo hace ver más atractivo. La publicidad nos hace pensar que sentirnos bellas debe ser una obligación, que no tenemos otra opción, que si no seguimos los patrones de belleza de hoy (en los que todas debemos tener cabello, piel y cuerpo perfecto) estamos mal. He aquí el meollo del asunto, se habla siempre de la belleza física y, ¿qué hay de la belleza interior?, ¿qué hay de esos “defectos” que te hacen única e irrepetible?
Dove es una marca que ha llegado al mercado con una idea diferente, pues pretende fomentar la autoestima en las mujeres. Por esta razón, en sus comerciales podemos ver a mujeres como tú y yo, normales, sin estar a punto de reventar por el botox o las cirugías plásticas.
Cuando trabajar se vuelve una pesadilla. ¡Evita el mobbing!
Texto de Alejandro Ledesma Solórzano sobre el hostigamiento y el estrés laboral
Tener buena relación con los compañeros de trabajo es lo más sano tanto para la empresa como para el empleado. Pero lamentablemente, no siempre es fácil y menos cuando el estrés laboral, acoso, hostigamiento, “grillas” o conflictos se manifiestan constantemente.
El hostigamiento laboral llamado “mobbing”, se ha convertido en problema para muchas empresas y sus empleados de todo el mundo. De acuerdo con la Organización Internacional de Trabajo (OIT), el 15 por ciento de los trabajadores sufre violencia moral y en su mayoría son mujeres.
En entrevista con yoinfluyo.com, el psicólogo Manuel Herrera Castillo, de Psicología para Todos aseguró que el “mobbing” es un fenómeno presente en el mundo laboral, “como en la escuela, en el trabajo también se dan casos de acoso y hostigamiento entre compañeros, esto se ha vuelto un grave problema ya que afecta principalmente el desempeño y la salud de los trabajadores”.
El especialista señaló que el acoso psicológico repercute emocionalmente en la persona acosada, “ante este problema muchas empresas han puesto manos a la obra para evitar o detener el mobbing, lo malo es que por amenazas o miedo a ser despedidos muchos no denuncian lo ocurrido y viven atormentados en un ambiente de estrés, lo cual afecta en su entorno laboral, social y familiar”.
Herrera Castillo precisó que el hostigamiento laboral se da comúnmente en empresas grandes y con mucho personal, “son los trabajadores activos, responsables, sobresalientes y altamente eficientes en lo que hacen las principales víctimas de otros compañeros quienes se enfocan en dejarlos en mal y menos preciar su trabajo, es un ambiente de burlas y descalificaciones”.
Agregó que la depresión, baja autoestima, ataques de pánico y reacciones paranoicas son algunos síntomas presentes en las personas hostigadas.
Por su lado, Mara Marisela Trujillo Flores, docente investigadora de la Escuela Superior de Comercio y Administración, ESCA, del Instituto Politécnico Nacional (IPN) indicó en el diario El Universal que el mobbing es un fenómeno complejo, que contiene factores sicológicos, sociales, éticos, jurídicos, y que también puede desencadenarse cuando el trabajador no permite ser manipulado por uno o varios miembros del grupo.
“Es un problema tan serio, que en países altamente industrializados, entre 12 por ciento y 15 por ciento de las personas que padecen esta situación llegan al suicidio,” agregó la catedrática quien desde hace varios años lleva a cabo un trabajo de investigación dirigido a analizar la problemática social del mobbing en el país”.
Por otra parte, el sitioaltonivel.com recomienda diversos consejos para sobrellevar el mobbing en la empresa.
Uno de los primeros pasos es realizar un análisis de la situación, mantener la calma y poder describir el escenario de una forma neutral.
También se recomienda reconocer el problema y saber distinguir las distintas situaciones que ocurren en un ambiente laboral.
Otro aspecto clave es evitar aislarse. Los expertos opinan que hay que mantenerse atentos, participar y trabajar en equipo. Además aconsejan cuidar la imagen profesional y personal, es decir, nunca descuidar las responsabilidades laborales, ser respetuoso y honesto.
Finalmente, se debe comunicar la situación por la que se atraviesa a los jefes superiores.
Recuerda que este fenómeno trae una serie de problemas que pueden afectar seriamente tu vida. No dejes que el mobbing se apodere de ti y en caso de ser víctima del hostigamiento no dudes en actuar y solicitar ayuda.
7 chistes con sacerdote de por medio: hay más en el libro 100 chistes con la gracia de Dios
Un chiste puede ayudar a llamar la atención, despertar a la feligresía y crear lazos de amistad
La Iglesia, la parroquia, los sermones o la catequesis, no tienen por qué ser divertidos. Pero tampoco tienen por qué ser aburridos. Sí se supone que tienen que ayudar a ese mandato de San Pablo en la Biblia (en sus cartas a los Filipenses y los Tesalonicenses) que dice: «Estad siempre alegres». Y el humor -una característica espiritual que Dios dio a los hombres, y no a los animales- puede ayudar a ello.
El humor, la risa, relajan el cerebro, pueden ayudar a captar la atención, a atender y entender más y mejor, a generar comunidad y evitar el tedio. Los oradores clásicos y los mejores predicadores y maestros de escuela lo saben: para captar la atención del oyente, y su benevolencia, nada mejor que empezar con una anécdota divertida, o un chiste. Y con miel se pueden decir cosas duras, serias, que se aceptan así mejor.
Una herramienta que puede ayudar a cualquiera -y divertirnos a todos- es el nuevo librito «100 chistes con la gracia de Dios», seleccionados por José Luis Rubio en Creo. Los hay sobre parroquianos, sobre Jesús y los apóstoles, sobre niños de catequesis, sobre ateos y devotos. No todos sirven para todos los públicos pero ninguno es blasfemo.
Si nuestro párroco o catequistas es muy aburrido, quizá le podemos regalar este libro y pedir que use los chistes en sus charlas o sermones. El libro tiene un deseo: «Ojalá puedan ser muchas las veces que podamos decir lo mismo que dijo Sara, la mujer de Abraham: ‘Dios me ha hecho reír’ (Génesis 21,6)».
A modo de ejemplo, reproducimos aquí 7 de esos 100 chistes. Hemos elegido 7 que incluyeran a un sacerdote.
1. El cura y el saltimbanqui
Un sacerdote está en el confesionario y acude un penitente.
– Tú no eres de esta parroquia, ¿verdad? No te había visto antes.
– No, padre, soy un artista del circo que acaba de llegar.
– ¿Y qué haces en el circo?
– Soy saltimbanqui.
– ¿Y eso que es?
– Espere que le hago una demostración.
El hombre se levanta y se pone a dar saltos mortales, volteretas y cabriolas por encima de los bancos de la iglesia.
Dos abuelitas que esperaban a confesarse lo ven y una dice:
– Mejor volvemos cuando venga el otro cura, ¡que este pone penitencias muy difíciles!
2. La homilía aburrida
La homilía del sacerdote era larga y aburrida y uno de los feligreses se quedó dormido y empezó a roncar.
El sacerdote, enfadado, se dirige a una mujer que estaba a su lado.
– Disculpa, hija, ¿podrías despertar al hombre que tienes a tu lado?
– Ah, no, padre, no me meta usted en sus líos -dijo ella. -Usted le ha dormido, usted le despierta.
3. El alcalde ateo
Un cura y un alcalde eran muy amigos, aunque el alcalde era muy ateo y a veces discutían sobre Dios o los milagros.
Un día se fueron ambos a pescar al lago con un bote de remos. Cuando estaban en mitad del lago, los remos se les cayeron por error y quedaron flotando a varios metros de la barca.
El cura sacó una medallita que llevaba al cuello, hizo una pequeña oración, la besó… y saliendo de la barca fue caminando sobre el agua, tomó los remos y volvió con ellos a la barca.
Al llegar a casa la mujer del alcalde le preguntó qué tal fue el día.
– Muy bien, por cierto, ¿te puedes creer que el cura no sabe nadar? -dijo el alcalde.
4. El cura que se durmió
El sacristán está preocupado porque llega la hora de misa y el cura no aparece, así que lo va a buscar a casa. Allí está el sacerdote, ojeroso.
– Dios mío, me quedé dornido, pasé malana noche y no he oído el despertador – dice el cura al sacristán. -Vete a la parroquia, reza el rosario con la gente para hacer tiempo mientras me visto y llego.
El sacristán vuelve a la parroquia y organiza un rosario, sin darse cuenta de que el cura, muy somnoliento, vuelve a quedarse dormido.
Al cabo de dos horas, el cura despierta, comprueba el reloj, y sale corriendo y abochornado hacia la iglesia, convencido de que ya no habrá nadie esperando.
Pero a medida que se acerca oye que la gente sigue rezando el rosario. Se acerca discretamente, sorprendido, y escucha la voz del sacristán:
– Misterio ciento cincuenta: la Magdalena se casa con el Cireneo…
5. Hipócritas
Un sacerdote se encuentra en la plaza del pueblo a un joven a cuya familia conoce.
– ¿Cómo es que no vienes nunca por misa?
– Pues la verdad, padre, es que está llena de gente que son unos auténticos hipócritas.
– Bueno, por eso no te preocupes, hijo, ¡siempre hay sitio para uno más!
6. El ratero se confiesa
Un ratero va a confesarse a la parroquia y al acercarse al confesionario ve que el cura se ha quedado dormido dentro. En eso ve que tiene un precioso reloj en la muñeca y sin poder resistirse se lo quita con mucho cuidado. Después lo despierta suavemente:
– Padre, he venido a confesarme… resulta que he robado un reloj. ¿Usted lo quiere?
– ¿Yo? Para nada. Debes devolvérselo a su dueño.
– Pero es que me ha dicho que no lo quiere.
– Bueno, pues en ese caso, quédatelo.
7. Con hermenéutica y homilética
Un sacerdote recién ordenado, gran estudiante de teología, es enviado como párroco a un pueblo de montaña de gente muy sencilla. Los vecinos organizan un acto para recibirle y él les dirige unas palabras.
– Hermanos, estoy aquí para todos vosotros. Vengo con mi hermenéutica, mi homilética, con exégesis y apologética.
– No se preocupe, padre -le dice un parroquiano. – Yo estoy con artritis, diabetes, conjuntivitis y reúma, pero el médico del pueblo es magnífico.
San Junípero Serra, «conquistador» de almas
De los indios dijo que “ellos me han robado el corazón”.
Junípero Serra es un español, un mallorquín, universal, que misionó California.
Fue el gran misionero de la Alta California, y a su obra se deben la defensa de los indios del lugar, los “pames”, a quienes consideraba sus “hijos” y a los que enseñó el cultivo de productos mediterráneos, como la vid, las técnicas de labranza, la carpintería y albañilería, a tejer, a guisar, a leer y escribir.
La labor de Junípero Serra fue de civilización y evangelización al mismo tiempo. Aprendió con gran esfuerzo la lengua de los indios nativos y se dedicó a ellos. Esto desmiente a quienes lo ven como un “conquistador” o “colonizador”, manipulados por algunos grupos contrarios a la Iglesia católica. Fraile reconocido. Los restos mortales de Fray Junípero descansan en la misión que él fundó de San Carlos Borromeo en Monterrey.
Es un acto de justicia, pues fray Junípero es más conocido en Estados Unidos que en España. Fue un fraile ejemplar, viviendo la pobreza evangélica. La presencia de Junípero Serra en California fue debida a la expulsión de los jesuitas en el reinado de Carlos III (1767).
Los jesuitas habían evangelizado la Baja California, aunque no se conservan apenas sus misiones porque estaban mal administradas afirma fray Zephyrin Engelhardt (The Mission and Missionaries of California).
Tras su expulsión fueron enviados en su lugar los padres franciscanos y dominicos, aunque estos últimos tuvieron muy poca presencia en California. De España a México y a Estados Unidos. El fraile mallorquín había aprendido en los años anteriores el trato con los indígenas trabajando en México.
A la Alta California llegó con el militar Gaspar de Portolá, que estaba al frente de un grupo de tropas para conquistar la Alta California.
Portolá era natural de Balaguer (Lleida). Una vez encontró este que muchos españoles habían enfermado de escorbuto y fray Junípero sufría fuertes dolores en la pierna. Le ofreció llevarlo a México por si se podía curar, pero el franciscano dijo que no, y que si moría que le enterraran allí mismo, en la cuneta.
Fundador de misiones
De la extraordinaria labor que hizo fray Junípero Serra dan fe las nueve misiones que fundó.
En ellas se ganó la amistad de los indios pames que eran de una raza, al decir de los colonizadores, de muy escasa inteligencia, torpes en las labores manuales y pobres en el entendimiento de las cosas.
Los españoles –alguno de ellos conquistadores con pocos escrúpulos—engañaban a los indios y traficaban con lo mejor de sus productos naturales y vendían los suyos a precios de usura.
Fue Junípero Serra quien de golpe decidió reducir a la mitad los precios de todos los productos para que estuviesen al alcance de los indios.
Como curiosidad, cuando llegaron los españoles a California encontraron mucha viña salvaje, cuyas cepas llegaron a España y de ellas se extrajo el vino de misa, según señala fray Agustí Boadas O.F.M., estudioso de las misiones franciscanas.
Los indios en su corazón
Con el fin de poderse comunicar con los indios aprendió el franciscano su lengua.
Es falso lo que han dicho algunos indios norteamericanos que impuso la lengua española porque está demostrado que el proceso fue al revés.
De los indios dijo que “ellos me han robado el corazón”, según atestigua Francis F. Guest, OFM, (“Junípero Serra and his aproach to the Indiana”).
Tuvo que enfrentarse a veces con el poder político para defender a los indios que decía “son nuestros hijos”.
De entre las misiones que fundó fray Junípero –las misiones eran centros religiosos, culturales y administrativos– están la de San Carlos de Monterrey, San Francisco origen de la importante ciudad actual, la de San Gabriel que luego se transformó en las ciudad de Los Ángeles, San Diego y Sacramento la actual capital de California.
Fueron bautizados unos 5.700 indios.
Una estatua en el Capitolio
La labor que desarrolló el tenaz fray Junípero Serra –que por cierto no gozó de buena salud lo que no impidió su gran obra- fue reconocida por los californianos hasta el punto que lo propusieron y así se acordó poner una estatua del fraile mallorquín en el Capitolio, junto a los padres de la patria de los Estados Unidos, pues todos los estados tienen la estatua de un héroe del Estado.
Junípero Serra es el único no americano que tiene una estatua en el National Statutary Hall del Capitolio.
Familia pobre y comunidad pobre. Fray Junípero Serra era natural de Petra (Mallorca), de padres campesinos y muy pobres, que le pusieron el nombre de Miquel Josep que cambió por el de Junípero (Junípero Sabina) al profesar como franciscano.
Sus cualidades intelectuales le valieron para ser pronto profesor de Teología en Palma y a los 36 años se fue como misionero a Las Américas.
Zarpó desde Palma en un buque que le llevaría a Nueva España, es decir a México, al frente de 20 franciscanos de los que 16 eran mallorquines.
Entre ellos estaba su íntimo amigo y biógrafo, fray Francisco Palou (Relación histórica de la vida y apostólicas tareas del venerable padre fray Junípero Serra, México, 1787). Ambos franciscanos hablaban en catalán y escribieron también en esa lengua. Falleció fray Junípero en Monterrey en agosto del año 1784, a los 71 años.
Santo misionero
El fraile mallorquín no fue solo un hombre de gobierno que misionó la Alta California, sino también un santo. Así lo han reconocido generación tras generación hasta que Juan Pablo II lo beatificó en el año 1988 en uno de sus viajes a los Estados Unidos y el papa Francisco lo canonizó el 23 de septiembre de 2015 en la ciudad de Washington. Como ha dicho el Ministro General de los padres franciscanos menores, fray Michael Perry, norteamericano, la fiesta de fray Junípero Serra, el 1 de julio, se celebra mucho en Estados Unidos.