Doctora de la Iglesia

Conmemoración: 01 de Octubre

 

Este 1 de Octubre nos unimos a la Orden Carmelita de todo el mundo para celebrar la festividad de la florecita de Jesús, la violeta de humildad, el lirio purísimo del Carmelo, la sembradora de rosas: Santa Teresita del Niño Jesús, una mujer, una joven, una contemplativa…

Santa Teresita del niño Jesús fue canonizada en 1925 por el Papa Pío XI y nombrada Patrona de las misiones en 1927. El Papa Juan Pablo II la proclamó  «Doctora de la Iglesia»  el 19 de Octubre de 1997. Con este título el pontífice reconoce que la doctrina propuesta por Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz puede ser un punto de referencia para todos los cristianos del mundo no sólo porque se adecua perfectamente a la verdad, sino también porque ofrece nueva luz sobre los misterios de la fe.

Santa Teresita del Niño Jesús nace en Alençon, al norte de Francia el 2 de enero de 1873. Fue la quinta y última hija de una buena familia cristiana. Cuando contaba sólo cuatro años, la madre murió. Teresita escoge entonces como «mamita» a su hermana Paulina. Se fue con su padre a vivir a Lisieux, es en esta ciudad que se suscita su deseo hacerse carmelita para comenzar una carrera de fondo hacia la conquista de la santidad.

Fue monja carmelita descalza desde los 15 años. Deseaba ardientemente ser misionera. Y lo fue, Jesús mismo le mostró de qué modo podía vivir esa vocación: “…Comprendí que el amor abarca todas las vocaciones, que el amor lo es todo, que el amor trasciende todos los tiempos y lugares porque es eterno… Entonces, delirante de gozo, exclamé: Mi vocación es el amor. Sí; he encontrado mi lugar en el seno de la Iglesia, y este lugar, ¡oh Dios mío!, es el que Vos me habéis señalado: en el corazón de la Iglesia, mi madre, yo seré el amor… Así serán realizados mis ensueños…”(Carta a su hermana Sor María del Sagrado Corazón – Historia de un alma)

Vivió nueve años en el Carmelo de Lisieux.  Su vida se desliza uniforme casi monótona, por claustros, celdas y oficinas. Por la mañana trabaja en la ropería; barre la escalera y el dormitorio. Por la tarde sale a arrancar hierbas en la huerta. Otra temporada se encarga del comedor: prepara el pan, sirve el agua… Sonrisa en los labios siempre. Alegría en la recreación. Igualdad de trato con todas, hasta con sus tres hermanas carnales que también se encontraban allí. La nombraron sacristana y con gozo manejaba los vasos sagrados. A veces pinta o escribe poesías. Nada extraordinario.

Dada su debilidad de enferma no puede seguir todos los actos de comunidad ni practicar las penitencias de la Orden; y, sin embargo, avanza velozmente hacia la santidad haciendo actos extraordinariamente pequeños pero vivificados por un amor purísimo. Ese es el secreto de su vida espiritual. Ese amor, que es confianza filial y desprendimiento de sí misma, es el ascensor divino, que la eleva, sin esfuerzo aparente, hasta los brazos de Dios.Ella escribe: Quisiera tener un ascensor para subir hasta Jesús, porque soy muy pequeña para subir sola. – -El ascensor que ha de elevarme hasta el cielo son tus brazos, Jesús mío…» (El caminito de la Infancia Espiritual)  Este es el caminito suyo, el de su infancia espiritual; programa de vida para las almas pequeñitas a los ojos de los hombres; nuevo sistema, sin métodos complicados.

Santa Teresita del Niño Jesús es uno de los santos más queridos de toda la historia de la Iglesia, aún cuando vivió tan solo 24 años. Su obra escrita es modesta: sólo tres manuscritos autobiográficos, 274 cartas escritas a diversas personas a lo largo de sus nueve años de vida monástica; un volumen de poesías religiosas, algunas obras teatrales también de corte religioso; otros textos esparcidos y las palabras recogidas durante su larga agonía, por sus hermanas Paulina y Celina. En 1898 se publica: “Historia de un alma” autobiografía suya escrita por mandato de su superiora. Esta obra ha sido traducida a más de 60 idiomas. Es un “clásico“de la mejor espiritualidad cristiana, libro clave en la conversión, consagración y vida cristiana de numerosísimas personas.

El mensaje de Santa Teresita nos llama a que procuremos ir por el «caminito» de la sencillez… que nos enamoremos del Amor con todas nuestras fuerzas… que siempre y en todo procuremos cumplir la voluntad de Dios… que el celo por las almas devore nuestro corazón… Asimismo, nos enseña a ser mejores cada día con los demás en los detalles de todos los días… a tener paciencia ante las dificultades de la vida… a tener sentido del humor ante lo inevitable…a que podemos vivir nuestro cielo en la tierra haciendo el bien a los que nos rodean.

He aquí un ilustrativo pasaje de su vida: “…Durante la oración de comunidad en el coro, al lado de Teresa una hermana hace ruido molesto y persistente moviendo su rosario grande. Teresa, que tiene un oído finísimo, se siente muy molesta. Ha sentido muchas veces el impulso de volver la cabeza para llamar la atención a la hermana del ruido, pero se ha dominado pensando que sufrir aquello por amor de Dios y del prójimo, es mejor que gozar de un místico recogimiento y se vence, aunque la violencia que tiene que hacerse le hace sudar copiosamente. Y en vez de taparse los oídos, escucha el ruido desagradable con el mismo interés que si escucharía un concierto delicioso…”

Santa Teresita muere de tuberculosis, el 30 de septiembre de 1897 en Lisieux. Desde entonces hay peregrinaciones continuas al lugar de su paso al cielo. Por medio de sus reliquias es recibida en todo el mundo con distintas manifestaciones.

“Santa Teresita, tú que pasas tu cielo haciendo bien en la tierra, envía sobre nuestra alma una lluvia de flores de gracia y de virtud para que de ahora en adelante consigamos no negarle nada al Señor, que nosotros podamos ser siempre sus hijos simples y dóciles, llenos de abandono en su Providencia, que a través de nosotros, sobretodo, permanezca sin mancha la pureza de nuestro corazón, para que al atardecer de nuestra vida podamos, como vos, sonreír a la muerte, confiando nuestra alma a Dios».

Tú, que conoces mi pequeñez
Tú, que conoces mi extrema pequeñez,
¡no temes abajarte hacia mí!
¡
Ven a mi corazón, blanca hostia a quien amo!
¡Ven a mi corazón, que él te desea!
¡Ah!, quisiera que tu bondad me permitiera
morir de amor, después de esa gracia.
¡Jesús!, atiende la voz de mi ternura.
¡Ven a mi corazón!

Santa Teresita del Niño Jesús


Compartamos algo de la espiritualidad de Santa Teresita del Niño Jesús: 
 

“…Para mí, orar consiste en elevar el corazón, en levantar los ojos al cielo, en manifestar mi gratitud y mi amor lo mismo en el gozo que en la prueba…Te ruego que poses tus divinos ojos sobre un gran número de almas pequeñas…Yo soy un alma minúscula, que sólo puede ofrecer pequeñeces a nuestro Señor…”

“…Hay insignificancias que agradan a Jesús más que el imperio del mundo o que, incluso, el martirio sufrido generosamente, por ejemplo: una sonrisa, una palabra amable, cuando tendría ganas de no decir nada o de parecer contrariada…”

» … Quisiera, oh amado, bien mío, recorrer la tierra, predicar vuestro nombre y clavar en tierras infieles vuestra cruz gloriosa. Quisiera anunciar el evangelio a un tiempo en todas las regiones del mundo y hasta en las islas más lejanas… Yo quisiera ser misionera, no sólo durante algunos años, sino haberlo sido desde la creación del mundo y continuar siéndolo hasta la consumación de los siglos… Nuestra vocación es formar obreros evangélicos, de quienes seremos Madres». (Como Misionera de Retaguardia)

» … Desde hace tiempo no me pertenezco, me entregué del todo a Jesús… Es muy libre de hacer de mi lo que le plazca…» (Sobre el Santo Abandono)
» … Mi caminito es el camino de la infancia espiritual, el camino de la confianza y de la entrega absoluta…»

“…Oh, fijaos, pensar bellas y santas cosas, escribir libros, escribir vidas de santos, no vale la acción de responder cuando se os llama…”


Compartamos algo de poesía de Santa Teresita del Niño Jesús:

MI CANTO DE HOY



1 Mi vida es un instante, una efímera hora,
momento que se evade y que huye veloz.
Para amarte, Dios mío, en esta pobre tierra
no
tengo más que un día:
¡ sólo el día de hoy!

2 ¡Oh, Jesús, yo te amo! A ti tiende mi alma.
Sé por un solo día mi dulce protección,
ven y reina en mi pecho, ábreme tu sonrisa
¡
nada más que por hoy!

11 ¡Virgen inmaculada, oh tú, la dulce Estrella
que irradias a Jesús y obras con él mi unión!,
deja que yo me esconda bajo tu velo, Madre,
¡ nada más que por hoy!

12 ¡Oh ángel de mi guarda, cúbreme con tus alas,
que iluminen tus fuegos mi peregrinación
!
Ven y guía mis pasos, ayúdame, ángel mío,
¡ nada más que por hoy!

14 Yo volaré muy pronto para ensalzar sus glorias,
cuando el día sin noche se abra a mi corazón.
Entonces, con la lira de los ángeles puros,
¡ yo cantaré el eterno, interminable hoy!

Fragmentos de Poema compuesto por Santa Teresita para María del Sagrado Corazón, a petición suya, para su santo, el 1 de junio de 1894

 

Jesús te ama