En este Quinto Domingo de Pascua, continuamos nuestra lectura del libro del Apocalipsis, saltando adelante hacia el final de la Biblia. Mirando al recorrido de la historia completa —desde la creación de Dios a partir del caos acuoso del Génesis hasta la desaparición del mar y la nueva creación que emerge en el Apocalipsis— vemos que la operación de rescate final y definitiva de Dios, en la plenitud de los tiempos, es su Hijo único. Jesús fue enviado todo el recorrido hasta lo más recóndito del pecado y de la muerte para que pudiera rescatarnos a los que habíamos caído en esas profundidades.
Trata sobre develar. Ha aparecido algo nuevo. Que ha aparecido el Cordero que parecía haber sido inmolado, crucificado pero RESUCITADO de entre los muertos
Que es ahora al que deberíamos alabar la alabanza al Cordero en el sitio celestial, esa palabra es un signo de un mundo reconstruído que ya no alaba más a los ídolos y poderes y bienes del mundo, sino que alaba y honra al Cordero que parecía haber sid inmolado. Eso conduce al correcto orden de la Creación de Dios. Vimos de una manera muy hermosa la semana pasada, entre la caracterización de este ejército verdadero, el ejército del Cordero que parecía haber sido inmolado, esos 144.000 marcados con un tatuaje, como los miembros del ejército de los mártires a través de los tiempos, una inmensa multitud que nadie podía contar. Es de es el nuevo orden de las cosas de Dios y su modo de ordenar las cosas. Ahora entre todo eso y el capítulo 21 que están al mismo final, hay un montón de destrucción y la gente a menudo se quedaba en ello, cuando decimos que esto es apocalíptico, habitualmente nos referimos a esa sección. Permítanme hacerles un breve comentario. En el libro del Apocalipsis oímos de terremotos e inundación, hambrunas, sangre y destrucción. Sabemos por la Revelación de JESUS que nuestro Dios no es un Dios de violencia. Es un Dios de Amor, cuyo propósito entero es devolvernos a la amistad con El. Dios nos es como un padre disfuncional alcohólico furioso. No piensen en El de esta manera. Las personas toman al Dios del Antiguo Testamento y dicen que hay un Dios que está adicto a la furia, no, no Dios tiene una pasión para enderezar las cosas. Algunas veces llegan a una habitación hecha un desastre. Digamos que ha habido una inundación o algo, y bueno el propósito es rehacerla ponerla linda de nuevo, habitable nuevamente. Pero lo que tiene que hacer es destruir mucho de la destrucción. Debes deshacerse del fango y del barro y de los escombros y de los muebles dañados y tienen que hacer un montón de trabajo enérgico para preparar la habitación para su restauración. Puedo sugerirles que esto es una matáfora y podría ser el encabezado bajo el cual podemos leer todos esos relatos de la afición destructiva de Dios. El Dios retirando los escombros de ese mundo caído. Puedo representarlo así, el pecado y la muerte han dejado una estela de caos y lo pueden ver, miren simplemente alrededor de nuestra cultura y alrededor del mundo, ven todos los signos de los escombros de ese mundo. Dios se ocupa de limpiar todo eso. ¿Porqué está enojado y es destructivo? No piensen eso. Un no y un no es un si. Que hace Dios, está diciendo si a la nueva Creación. Pero para hacer eso tiene que decir no a las distorsiones del viejo mundo caído. Entonces todas las plagas y los cuerpos repletos de la ira de Dios y el fuego y la destrucción. Piensen eso como el Señor hace la purificación del mundo por lo que está preparando y recreando ese nuevo cielo y nueva tierra. Leyendo este nuevo pasaje Juan hablando el visionario en Patmos ¨vi un nuevo cielo y una nueva tierra y la primera tierra había desaparecido y el mar ya no existía¨. Un pasaje maravilloso empaquetado con significado bíblico. Le sugiero que comencemos con esta última observación. El mar ya no existía. Recuerden lo que les dije de la trayectoria de la historia. La Biblia entera comienza cuando Dios trae al mundo, el cosmos armoniosamente creado a la existencia y dice en el comienzo de Génesis, su espíritu sobrevoló e; ¨TOHU BABOHU¨ en hebreo que significa el caos acuoso. A partir del caos acuoso, Dios trae orden bueno a su mundo creado. Esto se convierte ahora en una clave de interpretación para la Biblia completa. El TOHU BABOHU representado como lo que se opone a la intención creativa de Dios que trae orden y armonía a partir de El. Esa es la ocupación de Dios, esa es la obra de Dios.
¿Cuál es la historia concreta de la Biblia? Es la historia de Dios enfrentando el resurgimiento de este Toho Babohu. Piense en la historia del Diluvio. Escuchamos allí sobre el pecado expresándose por toda la tierra, bueno eso está simbolizado en las grandes aguas del Diluvio. Pero Dios envía una operación de rescate. El Arca de Noé, es un lugar donde el microcosmos del orden bueno de Dios puede ser preservado. Es un microcosmos del Cielo bueno y de la Tierra buena, incluso en medio del caos acuoso. Dios les envía una operación de rescate en la forma del Pueblo de Israel. Frente y en contra del Tohu Babohu del pecado, conforma un Pueblo de acuerdo a su propio corazón. Les da la Ley, les da la Liturgia, les da la Alianza, les da la Profecía. Estas son todas las instituciones por las cuales se frena el caos acuoso. Pero así se reafirma así mismo. Piense en la esclavitud de Egipto. Piensen en las batallas contra los filisteos y los asirios, los babilonios, los griegos y los romanos. Estas son todas expresiones del caos acuoso abriéndose camino de regreso. Pero Dios continua el envío de una operación de rescate. Una de las más poderosas es el Templo de la ciudad Santa. El templo es el lugar donde habita Dios. Estas son tofas las operaciones de rescate que envía el Dios de Israel para frenar el caos acuoso. Pero cual es la en la plenitud de los tiempos DIOS TANTO AMO AL MUNDO QUE ENVIO A SU HIJO UNICO. Lo envió a nuestra humanidad. Si pero hasta el fondo de la disfunción del pecado, yendo hasta el fondo mismo de Tohu Babohu para que púdiera rescatarnos a los que habíamos caído en estas profundidades. Ahora en la Resurrección del Hijo de Dios, retornando el Hijo al Padre trayendo con El al Mundo que ha Revivido.
Pienso que es importante porque esta trayectoria de la Historia desde el Tohu wadohu ya desde el comienzo, Dios batallaba de distintas maneras pero luego de encontrar finalmente una victoria decisiva sobre EL con su HIJO con todo esto en mente releamos estas líneas- ¨Vi un Cielo nuevo y una nueva Tierra, porqué el primer cielo y la tierra habían desaparecido y el mar ya no existía¨. Uno ama el mar y los poetas y compositores de canciones se han puesto poéticos con la belleza del mar, y ciertamente lo es. Pero noten algo en la Biblia no encuentran eso, no se pusieron románticos con el mar, porque lo veían como un símbolo del caos. Nosotros podemos sobrevolar el mar fácilmente, podemos tener estos barcos grandes que surcan las olas muy fácilmente. Pero imagínense en el mundo antiguo cuando no podían volar eran peligrosos muy débiles y por supuesto el mar era caótico y aterrador y también peligroso. Estarían contentos cuando estuvieran finalmente en tierra firme. Entonces ven al mar como el evocativo de todo lo que está mal, y escuchamos entonces esta pasaje de que el mar ya no existía. Este es un símbolo de que finalmente el pecado y la muerte y todos sus poderes ha sido resueltos.
Dios ha llevado a cabo su rehacer del mundo. Ahora si Dios ha hecho su operación de limpieza. Ha enfrentado en XTO. Todo el Tohu Babohu y estamos listos para rehacer el mundo. Les he dicho esto muchas veces antes. El Cristianismo no es sistema platónico, no sostenemos esta postura de que este mundo es como caído e imperfecto, así que tendremos de largarnos a otro tan pronto como podamos, esperemos que nuestras almas escapen a un lugar mejor. Esto podría ser una fantasía platónica o agnóstica. Pero la Biblia y su idea es más bien la Resurrección del cuerpo esto como parte de toda la re ovación de la Creación de Dios. Regresen al comienzo. Dios creó al Mundo y encontró que era muy bueno copn todo su conjunto. Si el tohu wabohu se reafirmó así mismo, ese es el poder del pecado y de la muerte. Pero Dios ha combatido contra esto y finalmente lo combatió hasta el fondo. ENTONCES el mar ya no existe más. Ahora es tiempo de hacer un nuevo cielo y una nueva tierra. Les dejo un último punto porque es desafiante como liberador y nos está dando a sus seguidores el privilegio de cooperar con su Obra. Entonces SI es la obra de Dios con ese enfrentarse con el pecado y la muerte y rehacer el mundo, pero nos está dando a nosotros el privilegio. Nosotros que hemos sido injertados en su Hijo nosotros que nos hemos unido al Ejército del Cordero que parecía haber sido inmolado, tenemos la responsabilidad y el privilegio de ayudar a crear este mundo nuevo lo hacemos a través de nuestra alabanza y de nuestros actos de Amor, a través de nuestra preocupación por los pobres. Es Hermoso y este es el modo en que la Biblia llega a su culminación, porque Dios ha hecho su gran obra. Entonces ahora unamos fuerzas con EL mientras el Cielo Nuevo y l Tierra Nueva llegan a la existencia.
QUE DIOS LES BENDIGA A TODOS USTEDES
JUAN 15, 1-8
Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús nos dice que Él es la vid, y nosotros las ramas que debemos permanecer en Él. Si nosotros no participamos en Jesús perdemos el poder espiritual que Él vino revelar.
El Evangelio de Juan nos da un consejo, Jesús no quiere adoradores sino seguidores, o mejor aún, partícipes: “Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en Mí, y Yo en él, da mucho fruto, porque separados de Mí, nada pueden hacer”.
Las bellas imágenes que presenta Juan tienen la intención, a mi parecer, de comunicar el poder de la Encarnación que cambia la vida: el Logos se hizo carne, nuestra carne, para permitir que la energía divina nazca en nosotros.
Gran parte de esto se resume en aquel adagio patrístico, repetido a menudo, de que Dios se hizo humano para que los humanos se conviertan en Dios. Muchos de nuestros grandes teólogos y maestros espirituales hablan inconscientemente de la “divinización” —es decir, compartir la simbiosis de la Encarnación— como objetivo adecuado de la vida humana.
Conflicto en la iglesia primitiva
No todo en la difusión del evangelio en la iglesia primitiva fue un camino de rosas. Esta primera lectura nos relata un fuerte conflicto en la que se vio envuelta. Bastantes judíos se convirtieron a la religión cristiana, al seguimiento de Jesús. Pero guardaban en su corazón un fuerte arraigo a prescripciones de su antigua religión judía, como la obligación de circuncidarse. Estos nuevos cristianos querían imponer la circuncisión para ser verdaderos cristianos, asegurando que sin ella nadie “podía salvarse”. Lo que provocó “un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé”, paladines de la predicación del evangelio a los gentiles. Para arreglar las cosas subieron a Jerusalén a consultar esta situación a los apóstoles. La lectura de hoy solo llega a decirnos que “los apóstoles y los presbíteros ser reunieron a examinar el asunto”. Sabemos que de este diálogo fraterno saldrá una solución según el evangelio.
Este es un buen ejemplo que nos da también a nosotros cristianos del siglo XXI, sobre cómo debemos solucionar los conflictos que puedan surgir en nuestra iglesia. El verdadero remedio es el diálogo fraterno, acudiendo a las fuentes de nuestra religión, a Jesucristo, a sus palabras, a la posterior tradición. Lo importante será siempre llegar al camino verdadero que nos trazó Jesús, con su vida y su predicación.
Permaneced en mí y yo en vosotros
Intentamos adentrarnos en las conocidas enseñanzas de este pasaje evangélico. La idea principal es que sin Cristo no se puede ser cristiano. Sin meter de lleno en la propia vida a Cristo no se puede ser cristiano, no podemos dar ni un paso cristiano sin él. “Sin mí no podéis hacer nada”, así es de rotundo el mismo Cristo. Para explicarnos bien ese mensaje, Jesús nos pone un ejemplo agrícola. “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos” Todos entendemos que los sarmientos si no están unidos a la vid, al tronco, no dan fruto, son hojas sueltas que no dan fruto.
Por eso, Jesús a lo largo de su predicación, y en este pasaje con más fuerza, nos insiste en la necesidad de estar unidos a él. “Permaneced en mí y yo en vosotros”. Es algo que no lo podemos ver como una dependencia humillante, que nos roba nuestra libertad. No. Es una dependencia amorosa. Es la súplica del Hijo de Dios, del que nos ama y nos ama hasta el extremo, que nos pide que correspondamos a su amor, que le amemos para que no se rompa el amor entre nosotros y para que le pidamos lo que deseamos y él nos lo concederá. Desde su amor busca nuestro amor. También nos habla Jesús de los que no permanecen en él, son como los sarmientos que los tiran fuera, se secan y los echan al fuego.
Jesús insiste en el verbo “permanecer”. Lo repite siete veces en el pasaje del Evangelio de hoy. Antes de dejar este mundo e ir al Padre, Jesús quiere asegurar a sus discípulos que pueden seguir unidos a él. Dice: «Permanezcan en mí y yo en ustedes» (v. 4). Este permanecer no es una permanencia pasiva, un “adormecerse” en el Señor, dejándose mecer por la vida. No, no. No es esto. El “permanecer en Él”, el permanecer en Jesús que nos propone es una permanencia activa, y también recíproco. (Regina Caeli, 2 mayo 2021)
Juan I, Santo
Memoria Litúrgica, 18 de mayo
LIII Papa y Mártir
Martirologio Romano: San Juan I, papa y mártir, que, habiendo sido enviado por el rey arriano Teodorico en embajada al emperador Justino de Constantinopla, fue el primer pontífice romano que ofreció la Víctima Pascual en aquella Iglesia, pero a su regreso, detenido de manera indigna y aherrojado en la cárcel por el mismo Teodorico, pereció como víctima por Cristo Señor, en Ravena, en la Flaminia († 526).
Breve Biografía
Era italiano, de Toscana. En 523 fue elegido Sumo Pontífice. En Italia gobernaba el rey Teodorico que apoyaba la herejía de los arrianos. Y sucedió que el emperador Justino de Constantinopla decretó cerrar todos los templos de los arrianos de esa ciudad y prohibió que los que pertenecían a la herejía arriana ocuparan empleos públicos (los arrianos niegan que Jesucristo es Dios y esto es algo muy grave y contrario a la religión Católica).
El rey Teodorico obligó entonces al Papa a que fuera a Constantinopla y tratar de obtener que el emperador Justino quitara las leyes que habían dado contra los arrianos. Pero Juan no tenía ningún interés en que apoyaran a los herejes. Y así lo comprendió la gente de esa gran ciudad.
Más de 15,000 fieles salieron en Constantinopla a recibir al Papa Juan, con velas encendidas en las manos, y estandartes. Y lo hicieron presidir muy solemnemente las fiestas de Navidad. Y claro está que el emperador Justino, aunque les devolvió algunas iglesias a los arrianos, no permitió que ninguno de estos herejes ocupara puestos públicos.
Y Teodorico se encendió en furiosa rabia, y al llegar el Santo Padre a Ravena (la ciudad donde el rey vivía) lo hizo encarcelar y fueron tan crueles los malos tratos que en la cárcel recibió, que al poco tiempo murió. Junto con el Papa fueron martirizados también sus dos grandes consejeros, Boecio y Símaco.
Y dicen los historiadores que el rey Teodorico sintió tan grande remordimiento por haber hecho morir a San Juan Primero, que en adelante lo veía hasta en los pescados que le servían en el almuerzo.
Vivir en Cristo
Santo Evangelio según san Juan 15, 1-8. Miércoles V de Pascua
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Vivir en ti, Señor, es creer en tu Palabra. ¡Aumenta mi fe! Vivir en ti es confiar en tus caminos. ¡Aumenta mi esperanza! Vivir en ti es amarte con todo el corazón. ¡Aumenta mi amor! Concédeme vivir en ti cada día mejor, y jamás permitas que me separe de ti. Amén.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 15, 1-8
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.
Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.
Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Qué sería un cristiano sin Cristo? ¿Qué sería una rama sin árbol? Éste es el mensaje del Evangelio hoy. Así de radical. Así de sencillo. Así de claro. Sólo quien está injertado en la vid recibe la vida; sólo quien está unido a Dios sacia su sed directo de la fuente.
Los frutos en las ramas, las ramas en el tronco. Así se transmite la vida dentro de una planta. La savia va empapando cada fibra; lo llena todo de nutrientes y lo anima con su energía. Así también se transmite la vida cristiana. Los frutos de santidad provienen de la gracia que corre en nosotros. Más aún; la auténtica vida se encuentra sólo en Dios; lo demás está vacío, no tiene sentido, ha muerto antes de nacer. «Sin mí no podéis hacer nada». Sólo vive realmente el que vive en Cristo.
¿Cómo mantenernos unidos a Cristo? ¿De dónde proviene la savia que nos nutre? La tenemos ahí, en los sacramentos. En la confesión, que nos sana del pecado. En la Eucaristía, que nos da la fuerza para dar frutos. Tenemos la vida eterna al alcance de la mano, y sólo tenemos que permanecer en el amor de Cristo, y así brotarán los frutos de una vida plenamente dichosa.
«Hacer frente a estas tentaciones [caminar sin rumbo y sin meta] no es fácil, pero es posible si estamos injertados en Jesús. Cuanto más enraizados estemos en Cristo, más vivos y fecundos seremos. Así se conservará la maravilla, la pasión del primer encuentro, la atracción y la gratitud en su vida con Dios y en su misión. La calidad de nuestra consagración depende de cómo sea nuestra vida espiritual».
(Discurso de S.S. Francisco, 29 de abril de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy haré una visita al Santísimo Sacramento, agradeciendo por el don de la Eucaristía.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Demasiadas pequeñas manos privadas de dignidad
Papa Francisco sobre la eliminación de la explotación laboral de niños y adolescentes.
La pobreza es la madre de todas las explotaciones. La miseria que acompaña a la ausencia de protección de los derechos elementales es el abismo que engulle a millones de personas cada año, empezando por los que no pueden defenderse, niñas y niños, y que se encuentran «arando los campos, trabajando en las minas, recorriendo grandes distancias para sacar agua y realizando trabajos que les impiden asistir a la escuela, por no hablar del delito de prostitución infantil». Es el mismo Papa quien, en un mensaje a la Organización Mundial del Trabajo (OIT), enumera los dramáticos estragos que suponen, escribe, «millones de niñas y niños» condenados «a una vida de empobrecimiento económico y cultural». Erradicar las causas El Papa dirigió sus palabras a los participantes en la Quinta Conferencia Mundial sobre la Erradicación del Trabajo Infantil, que comenzó el pasado domingo en Durban (Sudáfrica) y se prolongará hasta el próximo viernes. La lectura del mensaje a la audiencia la hizo ayer el nuncio apostólico en el país, el arzobispo Peter Bryan Wells, quien dio voz a la preocupación de Francisco por una «tragedia» agravada en los últimos años, escribió, «por el impacto de la crisis sanitaria mundial y la extensión de la pobreza extrema en muchas partes de nuestro mundo».
Por esas «demasiadas pequeñas manos» obligadas a hacer lo que ningún niño debería hacer, el Papa pide a los «organismos internacionales y nacionales competentes» un «mayor compromiso» para desentrañar «las causas estructurales de la pobreza mundial y la escandalosa desigualdad que sigue existiendo entre los miembros de la familia humana».
«De manera decidida» A partir de la explotación laboral, que no pocas veces lleva a las peores formas de abuso de otro tipo, hay millones, dice, de niños privados de «la alegría de su juventud y de la dignidad que Dios les ha dado». Por lo tanto, insiste enérgicamente, la Conferencia de la OIT tiene la tarea de difundir «una mayor conciencia» sobre el tema para «encontrar formas apropiadas y eficaces de proteger la dignidad y los derechos de los niños, especialmente mediante la promoción de sistemas de protección social y el acceso a la educación para todos». La Santa Sede y la Iglesia en su conjunto, recuerda Francisco, trabajan también para combatir el fenómeno «de manera decidida, conjunta y decisiva» ya que, repite, la «medida» con la que se respeta la «dignidad humana innata» y los derechos fundamentales de los más pequeños «expresa qué tipo de adultos somos y queremos ser, y qué tipo de sociedad queremos construir».
¡Cristo está vivo! No lo dejes en el sepulcro
Para muchos Cristo ha perdido su actualidad, no tiene nada que enseñar a los hombres tan avanzados de hoy.
La memoria del hombre no es infalible. Existe la famosa curva del olvido: después de aprender algo, poco a poco el tiempo lo oscurece y confunde y quizá hasta lo borra.
Algo así parece que ha pasado con la imagen de Cristo. Ha sufrido esa misma curva del olvido. Muchos hombres aún distinguen una imagen más o menos clara de Cristo aunque algo desfigurada. Otros la ven ya un poco borrosa. Algunos la han perdido. Hoy Cristo nos pregunta la opinión que de Él tiene el mundo como aquel día preguntó a sus discípulos en Cesarea de Filipo: ¿Quién dice la muchedumbre que soy yo?
También nosotros tendríamos que responderle: «los hombres dicen que eres Elías o uno de los antiguos profetas». Hablan de Cristo como si se tratara de un monumento histórico o de un personaje legendario. Para muchos hombres Cristo ha perdido su actualidad. No ejerce atractivo en el mundo. Su doctrina ha pasado de moda. No tiene nada que enseñar a los hombres tan avanzados de hoy.
Otros comparan a Cristo con Juan el Bautista. Lo creen demasiado sobrio y difícil, demasiado austero. Les parece demasiado exigente y su doctrina muy pesada para los hombres de hoy. O quizá ellos son demasiado cómodos y buscan llegar a la cima sin moverse ni sudar. Ciertamente reconocen la validez de su doctrina pero no se animan a hacerla propia.
Preferirían alcanzar a Cristo más fácilmente. Ser virtuosos, pero sin esfuerzo. Desearían que Cristo no hubiera hablado de cruz, que se hubiera limitado a contarles esas cosas tan bonitas del cielo, del banquete, de los lirios del campo…
En cambio, Pedro exclama, jubiloso, su experiencia de Cristo: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.
No sabe bien todavía cómo ha llegado a esa conclusión pero su corazón asiente a lo que acaba de decir. Al inicio él había seguido a Cristo atraído por su liderazgo, su personalidad. El rostro de Cristo irradiaba alegría y atractivo. Nadie como Él de íntegro: buscaban prenderlo pero no encontraban falta alguna en él. Ninguno tan recio y varonil y, al mismo tiempo, tan cariñoso con los niños y bondadoso con los enfermos y pecadores. Sabía apreciar mejor que nadie la belleza de una flor, del lago, del cielo…
Después Jesús había confirmado su fe incipiente con imponentes milagros, le había enseñado, orientado… incluso le había corregido varias veces. También le había puesto a prueba alguna vez, pero su amistad se había mantenido firme: «Señor, ¿a quién iremos? Sólo Tú tienes palabras de vida eterna» (Jn 6, 68).
Y ahora que Jesús se enfrenta con la hostilidad y el rechazo y ha tenido que abandonar Jerusalén, él le vuelve a reiterar su fe y su adhesión. Pero en esta ocasión, sus palabras denotan ya mayor profundidad y emoción: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.
Tres experiencias de Cristo. Tres fotos. Pero válida sólo la que sacó Pedro. Los otros se la sacaron a un fantasma, no al Cristo auténtico.
Cristo está vivo. No luchamos por una figura histórica solamente. Como hace veinte siglos, Él es motivo de amor y de odio. Contra Él chocan las olas de la humanidad y en Él se dividen las vidas de los hombres.
Flor del 18 de mayo: María, para Dios toda la gloria
Meditación: Cuando Jesús comenzó su predicación la gente lo aclamó Profeta, Varón de Dios y aún lo quisieron hacer rey. María se conservaba oculta, en su soledad Ella no atraía sobre sí la fama ni la gloria como Madre de tal Hijo. Así debemos ser nosotros, sólo dispuestos a procurarle Gloria a Dios, porque todo lo bueno, aunque provenga a través nuestro, viene de Dios. Por ello no son nuestras victorias, sino sólo victorias del Señor. Demos Gloria a Dios con nuestros trabajos y obras, permanezcamos ignorados frente a los hombres. Recordemos “…vanidad de vanidades, todo es vanidad” (Eclesiastés 1,2-3). Estemos presentes como María en el Calvario, donde no hay palmas ni laureles, sino injurias y vilipendios para compartirlos con Jesús.
Oración: ¡Oh María Madre de la modestia!. Haz que nuestra alma no permanezca ciega por nuestras vanidades y miserias, que rinda sólo alabanza al Buen Dios que todo lo alcanza y que seamos a Su semejanza. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Meditar sobre nuestra tendencia a hacer obras buenas buscando el reconocimiento y halago de los demás, en lugar de sólo pretender ser contemplados por los Ojos de Dios.
Cuando falta la oración, «pasan y pesan más cosas»
La experiencia de Jesús ha quedado como una recomendación para no pasar por alto, cuando llega la enfermedad y el sufrimiento.
Hay personas muy duras, personas que, como se dice en un lenguaje ordinario, no dan su brazo a torcer; no muestran sus heridas y tratan de esconder sus debilidades. Siempre se presentan fuertes e inconmovibles, aunque se estén destruyendo por dentro. Las vemos muy fuertes y, sin embargo, están sufriendo mucho.
Como cristianos hemos aprendido a reconocer nuestras heridas, a no tener vergüenza de mostrar nuestros sufrimientos. Hemos aprendido a movernos con humildad, a reconocer y aceptar las debilidades que de muchas maneras vamos enfrentando.
A diferencia de esas personas que no dan su brazo a torcer, es muy esperanzador cuando entre nosotros, entre los hermanos, llegamos a pedir plegarias frente a lo que estamos pasando. Llena de esperanza ver a una persona que pide oraciones a su familia y a sus amigos.
Por supuesto que quien no está habituado a un estilo de vida cristiana, cuando se le piden oraciones se alarma inmediatamente y suele preguntar: “qué te está pasando”. Pero llegan a entender que siempre estamos expuestos y que pasan y pesan muchas cosas.
Por eso tiene uno que invocar la comunión de los santos y pedir el apoyo de los hermanos, la intercesión de los hermanos, para que la comunidad cristiana nos cubra con sus oraciones cuando nos toca pasar por las pruebas y dificultades.
Como expone San Josemaría Escrivá: “Reza por mí”, le pedí como hago siempre. Y me contestó asombrado: “¿pero es que le pasa algo?” Hube de aclararle que a todos nos sucede o nos ocurre algo en cualquier instante; y le añadí que, cuando falta la oración, “pasan y pesan más cosas”.
Por lo tanto, ¿Qué hace un cristiano cuando llega el sufrimiento, cuando llega la enfermedad? Lo primero, por supuesto, es buscar la salud, la superación de los problemas. Lo primero es buscar la sanación del cuerpo y del espíritu y pedirle al Señor que permanezca a nuestro lado.
Pero, como dice San Pablo, a través del sufrimiento uno puede completar lo que falta a la pasión de Cristo. Por supuesto que no le falta nada a la pasión de Cristo porque hemos visto cómo Jesús se consumió, se desgastó, se entregó por completo. En sí misma no le falta nada, pero podemos asociarnos a este misterio de redención.
Por lo tanto, cuando llega la enfermedad y el sufrimiento, un cristiano también puede completar lo que falta a la pasión de Cristo, y ofrecer esta tribulación. Ante una enfermedad dolorosa, Santa Bernardita decía: “Lo que le pido a Nuestro Señor no es que me conceda la salud, sino que me conceda valor y fortaleza para soportar con paciencia mi enfermedad. Para cumplir lo que recomendó la Santísima Virgen, ofrezco mis sufrimientos como penitencia por la conversión de los pecadores”.
¿Qué se hace con los dolores, sufrimientos y enfermedades cuando llegan en la vida? Hay que pedir al Señor la sanación, que nos restablezca la paz, pero mientras llega ese momento hay que ofrecer los sufrimientos para que completemos lo que falta a la pasión de Cristo. El Padre Pio decía: “Estar en la cruz con Jesús es un acto sumamente más perfecto que el de sólo contemplarlo en ella”.
Hay muchas causas en el mundo que requieren que ofrezcamos estos sufrimientos, incomodidades, carencias, dolores y aquello que nos ha venido a cambiar y trastornar la vida, para que Nuestro Señor bendiga y lleve la paz a las personas necesitadas de su misericordia. Se trata de un acto de amor que puede cambiar el mundo marcado por el odio, el sufrimiento y el pecado.
Por eso, delante de su propio sufrimiento Jesús recomienda: “velen y oren para no caer en la tentación”. Porque cuando llega la enfermedad y el sufrimiento corremos el riesgo de caer en la tentación. Antes de morir, Jesús acude al Padre porque siente una angustia mortal. Siente cómo se acerca el odio del mundo y acude al Padre, insiste en la oración. La experiencia de Jesús ha quedado como una recomendación para no pasar por alto, cuando llega la enfermedad y el sufrimiento. ¿Cuál tentación? La tentación de perder la fe, de desesperarse, de blasfemar, de ya no querer seguir luchando, de renegar de Dios, de rebelarse contra Dios. Todo eso puede pasar cuando se enferma un familiar, cuando uno mismo se enferma, cuando enfrentamos una dificultad. A lo mejor es un arrebato, pero uno se rebela contra Dios porque estamos muy sensibles y vulnerables en el espíritu.
Tentaciones hay muchas cuando llega la enfermedad y el sufrimiento. “Oren para no caer en la tentación”. Estas pruebas no nos han faltado en estos dos últimos años de pandemia, cuando se enferman las personas y al ver morir al mismo tiempo a muchos seres queridos, sin poder abrazarlos y despedirnos de ellos, como se anhela en esos momentos.
Cuando llega la enfermedad, por lo tanto, hay que pedir la salud, ofrecer nuestros sufrimientos y mantenernos en oración para no caer en la tentación. La fe nos llevará a expresarnos como los santos: Esto lo ofrezco para completar lo que falta a la pasión de Cristo, para asociarme al misterio de la redención por tantas personas, especialmente por esos pobres pecadores que no piden perdón.
Santa Rafaela María Porras y Ayllón, la humildad en persona
Fundadora de la congregación de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús
Rafaela María Porras y Ayllón nació en Pedro Abad (Córdoba, España) en 1850. Eran trece hermanos. Su padre murió cuando tenía 4 años. Ingresó en el convento junto con su hermana Dolores. Como religiosa tomó el nombre de Rafaela María del Sagrado Corazón de Jesús. Se decía de ella que era “la humildad hecha carne”.
Fundó una organización que pronto sería la Congregación de las Esclavas del Sagrado Corazón, que se dedica al culto y a la enseñanza. Pronto habría numerosas fundaciones en España. Pero por motivos infundados tuvo que renunciar a ser la superiora a los 43 años. Se trasladó a Roma y allí permaneció hasta su muerte. Falleció en Roma el 6 de enero de 1925.