Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Cuando uno está débil y enfermo hace continuos esfuerzos para lograr hacer lo que todos hacen normalmente; sin embargo no siempre es posible poder hacer “lo normal”, pero Te agradezco, Jesús, por todo. No la grandeza de la obra sino la grandeza del esfuerzo será premiada. Lo que se cumple por amor no es pequeño, oh Jesús mío, ya que Tu ojo ve todo. (53) No sé por qué me siento tan excepcionalmente mal por la mañana; para levantarme de la cama tengo que concentrar todas las fuerzas y a veces hasta recurrir al heroísmo. Al recordar la Santa Comunión recobro un poco más de fuerzas. Así pues, el día comienza con la lucha y con la lucha termina. Cuando me acuesto me siento como un soldado que vuelve del campo de batalla. Lo que encierra en sí este día, lo conoces solamente Tu, Maestro y Señor mío.
Reflexión: La confianza en Dios
Cuando uno está débil y enfermo hace continuos esfuerzos para lograr hacer lo que todos hacen normalmente. Lo que encierra en sí este día, lo conoces solamente tú, maestro y Señor mío. Le dice Jesús a Sta. Faustina: Si tu confianza es grande, mi generosidad no conocerá límites.
El apóstol Pedro: Descargad sobre Él, todas vuestras preocupaciones porque Él cuida de vosotros. Esta confianza en Dios nos mueve a pedir con constancia con perseverancia. Esperar en Jesús es confiar en Él, dejarle hacer, más confianza, cuanto menores son los elementos en que humanamente nos podamos apoyar. Nuestra confianza en el Señor ha de ser más grande cuanto menores son los medios de que se disponen o mayores son las dificultades. La confianza lleva al abandono en Dios y a poner todos los medios a nuestro alcance, al ser constantes en el apostolado y paciente en la adversidad, a tener una visión más sobrenatural de la vida y de sus acontecimientos.
En momentos de turbación, de prueba, Jesús no se olvida de nosotros, nunca falló a sus amigos, nunca.
La plena confianza en Dios, da al cristiano una singular fortaleza, una serenidad ante los acontecimientos y circunstancias adversas. Cuando vemos que todo se hunde ante nuestros ojos, no se hunde nada porque tú eres Señor, mi fortaleza.
La confianza en Dios nos mueve a pedir con constancia, con perseverancia; jamás Dios ha negado ni denegará nada a los que piden sus gracias. Escucha: “Jesús dijo a los apóstoles: Tened confianza en mí que yo he vencido al mundo”. Es tu victoria, la confianza en Dios, da la medida de mis fuerzas y de mi santidad.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda la confianza en Dios a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.