Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
1304 (48) JMJ
Con añoranza miro hacia el cielo sembrado de estrellas,
Hacia el azul del firmamento impenetrable.
Hacia allí, a Ti, oh Dios, se lanza el corazón puro
Y desea liberarse de las cadenas del cuerpo.
Con ardiente deseo te miro, patria mía,
¿Cuándo terminará este destierro mío?
Así suspira hacia Ti, Jesús, Tu esposa,
Que por anhelarte vive agonizando.
Con nostalgia miro las huellas de los santos,
Que pasaron por este destierro a la patria,
Dejándome ejemplos de virtud y sus consejos
Y me dicen: paciencia, hermana,
Ya pronto caerán las cadenas.
Pero el alma ansiosa no oye estas palabras,
Ella desea vehementemente a su Dios y Señor
Y no entiende las palabras humanas,
Porque sólo de Él está enamorada.
Mi alma ansiosa, herida por el amor,
Se abre paso por entre todo lo creado,
(49) Y se une a la eternidad sin límites,
Al Señor a quien mi corazón está desposado.
A mi alma ansiosa, permítele, oh Dios,
Sumergirse en Tu Trinidad Divina,
Cumple mis deseos, por los cuales Te suplico humildemente,
Con el corazón colmado del fuego de amor.
Reflexión: El cielo
Con añoranza miro hacia el cielo sembrado de estrellas, hacia el azul del firmamento impenetrable. Hacia allí, a Ti, oh Dios, se lanza el corazón puro y desea liberarse de las cadenas del cuerpo.
Con ardiente deseo te miro, patria mía, ¿Cuándo terminará este destierro mío? Así suspira hacia Ti, Jesús, Tu esposa, Con nostalgia miro las huellas de los santos, que pasaron por este destierro a la patria. Dejándome ejemplos de virtud y sus consejos y me dicen: paciencia, hermana ya pronto caerán las cadenas. Pero el alma ansiosa no oye estas palabras, Ella desea vehementemente a su Dios y Señor y no entiende las palabras humanas, Porque sólo de Él está enamorada. Mi alma ansiosa, herida por el amor. Se abre paso por entre todo lo creado, Y se une a la eternidad sin límites, Al señor a quien mi corazón está desposado.
Dios ha creado para el cielo y no para la tierra. Esta vida temporal no es sino camino y puente por donde tenemos que pasar para ir al paraíso. Tan pronto es uno bautizado queda inscrito en el libro de la vida, tiene un puesto en el cielo. La felicidad de la vida eterna consistirá en visión directa de Dios, una comunión de vida con Dios uno y trino. Vera Dios es encontrarse con él, ser felices en él. Vamos a pensar lo que será el cielo, ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni paso a hombre por pensamiento cuales cosas tiene Dios preparado para los que le aman. Ver la compañía de las personas justas que mas hemos querido en este mundo, familia, amigos.
San Agustín resucitara esta carne, tendremos el propio cuerpo, pero revestido de gloria y esplendor. No habrá ya muerte, ni llanto, ni habrá más dolor, ni tendrán ya mas hambre, ni mas sed, enjugará.
Dios toda lagrima de sus ojos. Pensar en el cielo da una gran serenidad.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda el cielo a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y proteja.
Sta. Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.